Hoy fue un día diferente para Pablo Gamboa. No pudo ponerse los tacones que todos los días suele usar, ya que se encuentra en Nueva York visitando una expo dedicada al diseño de espacios de hoteles.
"Suelo traer tacones todo el tiempo, pero estoy en una feria de diseño y es difícil caminar todo el día con ellos en este tipo de eventos. Imagínate caminar por la expo en tacones de aguja", dice en entrevista telefónica.
Únete al canal de El Sol de México en WhatsApp para no perderte la información más importante
Pero esta costumbre lleva detrás un motivo importante, relacionado con el discurso de odio y homofobia que actualmente permea en México y el mundo.
"Empecé a usar tacones hace cuatro años, cuando a uno de mis amigos lo mandaron al hospital después de una golpiza que recibió de cuatro hombres afuera de un bar y quedó en coma. Cuando llego al hospital y le pregunto a un amigo también de la comunidad LGBTQ+ qué había pasado, su respuesta fue: 'lo golpearon por maricón'. Esa situación me dejó muy mal… No podía entender cómo pudieron golpear a alguien al grado de dejarlo en estado de coma por la simple razón de ser gay, así que quise generar una forma de comunicar un mensaje de inclusión, por lo menos en los círculos en los que yo me muevo, y crear una forma de activismo también como empresario", afirma Pablo quien a sus 30 años de edad ha fundado tres compañías bajo el nombre de Índigo Creative Studio.
Bajo esa firma ha creado importantes proyectos alrededor del mundo, incluyendo un hotel en España decorado con puro diseño mexicano.
“Pareciera que somos una cultura muy cool la de los diseñadores, muy avanzada y muy avant-garde, pero no tanto, la verdad es que el discurso heteronormado sigue existiendo y rigiendo este tipo de ámbitos.
“A final de cuentas en esta feria de diseño donde me encuentro, reconozco que encuentro personas muy cool, pero siguen siendo extremadamente tradicionalistas. Mucho empresario y empresaria muy cuadrados. A pesar de que estamos en Nueva York, a la mayoría de las personas que exhiben sus marcas y su trabajo, les resulta impactante ver a un hombre en tacones, han pasado por aquí entre cinco y siete mil personas y no me ha tocado ver a un hombre en tacones.
“Actualmente la gente relaciona a un hombre en tacones con el transformismo, con personas analfabetas o sexoservicio, no se imaginan a un empresario montado en tacones y con un traje. Por eso estoy tratando de construir una imagen que represente confiabilidad. Es cambiar la narrativa de lo que la gente está acostumbrada a ver porque lo que no ves no lo normalizas, mis amigos que me conocen y me ven todos los días, me ven completamente igual y ya no les sorprende, les da igual que traiga o no tacones, porque me valoran como una persona exitosa, capaz y profesional sin importar lo que traigo puesto.
Sobre el tema de los crímenes de odio y los continuos casos relacionados con la discriminación dice que hay mucho por hacer ya que la comunidad LGBTQ+, sigue estando en peligro.
“México se coronó dentro de los países con más casos de crímenes de odio. Pienso que es necesario conseguir que la gente se siente a dialogar en la mesa, a discutir y reflexionar sobre este tema pero no desde su perspectiva personal sino que debe participar desde la misma mesa de discusión”.
Afirma que el pensamiento homofóbico no sólo proviene de la comunidad heterosexual, sino de la misma comunidad LGBTQ+.
“La comunidad tiene mucho en qué trabajar. Personas de la comunidad dicen ‘cómo voy a ser homofóbico si soy gay’ pero no es así, vivimos todavía en la heteronorma de que somos hombres y nos gustan otros hombres, pero se tienen que ver como tal, y tienen que cumplir con la norma de verse como hombres, norma escrita por personas heterosexuales. Esto lo digo sobre todo a partir del hecho de que cada quien puede ser lo que le plazca, siempre y cuando no haga daño a nadie, tenemos que entender que no debemos opinar de los cuerpos de las personas que no podemos hablar sobre lo que las personas deciden hacer con su cuerpo y su imagen.
“Hay que entender que una camisa es una camisa, los tacones son tacones… Estos no pueden determinar un género, así como la ropa.
“Para mí el mundo perfecto, un espacio de aceptación, donde todas las opiniones sean tomadas en cuenta, y donde podamos ser lo que queramos ser sin temor a represalias”, expresó.
Busca crear espacios dignos
El diseñador de interiores no sólo piensa en la responsabilidad de crear espacios donde la comunidad LGBTQ+ pueda ser vista, valorada y apreciada, sino en su labor como profesional del diseño, apuesta por ofrecer ambientes dignos que cubran las necesidades de las personas y donde logren vivir felices.
“La parte empresarial y corporativa nace de mi filosofía personal, se crea a raíz del usuario que será quien viva en el proyecto y que este cubra por completo sus necesidades.
“Las personas piensan que el interiorismo es para gente rica y para unos cuantos. Falta mucho por conocer lo que realmente hace un diseñador de interiores, no importa cuán reconocido sea su historial o sus proyectos. Nuestro reto es generar ideas para mejorar la calidad de vida de los usuarios, pero la gente no está familiarizada con la idea de pagar diseño en México”.
El experto afirma que los espacios cada vez son más pequeños y en México, los costos son elevados para poder tener tan pocos metros cuadrados, por lo que pensar en un diseño óptimo aleja a la gente de la función real del diseño.
“El diseño de interiores puede ser una actividad lujosa, y esto, hace que la gente de las poblaciones masivas no se acerque a los diseñadores y por ende, la profesión llega a ser desconocida para las masas. Esto es porque surgen todas estas ideas erróneas de su concepción pensando que es para presupuestos de locura, que es sólo para los 50 metros hacia arriba, que sólo un cierto tipo de personas pueden ambientar su casa o departamento, porque es una cosa carísima, entonces es necesario cambiar esta percepción y saber que actualmente una persona de recursos limitados puede tener un espacio bien diseñado, tan experimental y creativo como cualquier otra persona”.
En Ciudad de México está autorizada la construcción de espacios de 40 metros cuadrados, o hasta menos, esto gracias al crecimiento urbano descontrolado, a lo que Pablo opina, “esto es un marco de referencia para que tengamos una idea de cuánto se han reducido los espacios, y es muy fuerte para mí porque debería de ser justo lo contrario, es ahí donde realmente necesitas un diseñador.
“Un espacio tan limitado donde debes cubrir necesidades muy específicas, para un diseñador es casi imposible, o en todo caso, vas a generar un espacio que no cubre al cien por ciento las necesidades de quien lo habite.
“No entendemos que la forma en que la luz se utiliza, los colores que se aplican, la forma en la que las texturas conviven con el espacio, interactúan directamente con tu calidad de vida, con tu tranquilidad, con tu ansiedad, con el control de estímulos, la capacidad de relajación que debe haber en tu casa. Después de la pandemia reflexionamos mucho sobre esto, nosotros abrimos la constructora en 2020, empezaba el confinamiento donde todo mundo se dio cuenta que no tenía un espacio adecuado para trabajar, entonces veían cómo entraba la luz del sol y no sabían cómo aprovecharla, la gente no sabía cómo aprovechar su espacio, de pronto el ritmo de la vida hace que te olvides de cuán importante es tu casa porque siempre te la pasas afuera, y si no te gusta tu casa buscas la forma de buscar un lugar adecuado donde puedas estar feliz”.
Lo anterior fue un estímulo para que Pablo desarrollara aún más su creatividad, para lograr estancias óptimas sin importar cuántos metros cuadrados tengan
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes del suplemento #SOY
“Somos seres estimulables y respondemos al entorno a partir de los estímulos que éste nos da. Limitarnos a pensar la vida en dos dimensiones o en tres, es un problema, pensar que un espacio bien diseñado sólo se trata de luz y mobiliario estamos en un grave error. Tiene que ver con proporciones, aromas, complementos visuales, a final de cuentas, hay una tendencia sobre el diseño en México basada en la idea de que el diseñador funciona de acuerdo a su creatividad, pero yo pienso que es a través de su ego, y eso juega en contra sobre todo de la audiencia porque ese diseñador dice yo trabajo con concreto, telas grises y no sale de los mismo porque eso es lo que sale en las revistas y lo que tiene todo mundo.
“Mi intención cuando creé el estudio, fue alejarme de ese concepto donde todos ponen su nombre en su empresa, por eso decidí llamar a mi firma Índigo, que es un color creado a partir del balance entre rojos y azules. La importancia de esto es entender y ser esa parte utilitaria entre el usuario final y sus deseos. Tomar lo que el usuario realmente desea para dar forma a su espacio; él no sabe cómo hacerlo, no te contratan para que imprimas tu visión en su casa, te contratan para que lo entiendas a él e imprimas su visión del ambiente que quiere crear, porque a fin de cuentas el que vivir ahí es él, es él el que lo va a disfrutar, y el que se tiene que ver reflejado en ese espacio a la hora de entrar, no tú, aunque salgas en las revistas después”, concluye.