“Toda su obra va a sobrevivirlo, va a sobrevivirnos, y tal vez su vida física se cuente por años, pero su vida intelectual se contará por centenarios”, advirtió el jurista Diego Valadés al referirse a Miguel León Portilla, filósofo e historiador mexicano, a quien se recuerda hoy en el primer aniversario de su muerte.
En un encuentro virtual organizado por la Academia de la Lengua Mexicana y dirigido por el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, Valadés compartió el espacio con el la filóloga Ascención Hernández Triviño, académica y viuda del historiador; el abogado Fernando Serrano Migallón y los historiadores Javier Garciadiego y Rodrigo Martínez Baracs, quienes coincidieron en la inmensidad del legado de León-Portilla y su impacto en el pensamiento mexicano.
Existen, señalaron, un México antes y uno después de los estudios de León-Portilla, quien fuera miembro de la Academia de la Lengua Mexicana, Academia Mexicana de la Historia y Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
➡️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
“Estaba comprometido con la causa que encarnaba, no solo como universitario militante, sino también como defensor del indigenismo, de la dignidad humana, defensor de la vida de las lenguas y cada vez que moría una lengua, él decía que moría una parte importante de nosotros”, refirió Valadés.
García Diego destacó el trabajo que hizo León-Portilla sobre los manifiestos en náhuatl de Emiliano Zapata suscribió. Si bien el caudillo no aprendió la lengua, el historiador consiguió demostrar que estuvo inmerso en las comunidades e hizo propios los manifiestos de los indígenas. El investigador los estudió y tradujo para dar una visión más sobre la vida de los pueblos originarios.
Ascención Hernández Triviño, viuda del autor de Visión de los vencidos, recordó el valor que León-Portilla daba a las instituciones académicas, no solo a la UNAM, su alma máter, sino también a la Academia de la Lengua Mexicana, de la que fue miembro por casi 60 años de manera continua y siempre en activo.
León Portilla, quien falleció a los 93 años de edad, fue un historiador mexicano, experto en materia el pensamiento y la literatura de la cultura náhuatl. Desde 1988, se desempeñó como investigador emérito de la máxima casa de estudios; en 1995 recibió la Medalla Belisario Domínguez y desde el 23 de marzo de 1971 fue miembro del Colegio Nacional.