Académicos y estudiantes de la UNAM, que forman parte del Seminario de Investigación sobre el Centro SCOP, de la Facultad de Filosofía y Letras, exhortaron a los diferentes grupos especialistas y a la sociedad en general a intervenir en el debate en torno al proyecto de conservación y restauración de las instalaciones de la antes Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.
Dicho centro tiene gran relevancia no sólo por ser uno de los proyectos urbanísticos más importantes de la segunda mitad del siglo XX, sino porque en sus muros se encuentran obras murales de grandes artistas, entre ellos Juan O’Gorman, José Chávez Morado, José Gordillo, Guillermo Monroy, Jorge Best, Arturo Estrada, Rosendo Soto y Luis García Robledo, así como esculturas de Francisco Zúñiga y Rodrigo Arenas Betancourt.
La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), dio a conocer la semana pasada una maqueta de una propuesta preliminar para la recuperación de los murales y rehabilitación del espacio que sufrió fuertes afectaciones por los sismos en la CDMX de 1985 y 2017, incluyendo la construcción de un centro comercial en el lugar, sobre Eje Central y Eje 4 Sur Xola.
Como parte de los puntos a considerar, los especialistas en historia del arte y arquitectura afirman que “es indispensable que se den a conocer todos los aspectos estéticos, históricos, técnicos y ejecutivos de la nueva propuesta con la finalidad de proceder a un análisis especializado de los mismos”, ya que “el conocimiento tanto del proyecto constructivo de 1953, como de las sucesivas intervenciones, sobre todo las que se derivaron de los terremotos de 1985 y 2017, debe sustentar cualquier acción contemporánea”, el cual también debe considerarse para cualquier acción en el futuro.
También reafirman que dicha “discusión debe hacerse de cara a la sociedad, y con la participación de los grupos académicos, profesionales y científicos que deben aportar distintos saberes al perfeccionamiento del proyecto”, y tomando en cuenta “la participación de los vecinos del Centro SCOP, muy especialmente de la Unidad Habitacional que se planeó y construyó a la par de las oficinas gubernamentales”.
De manera puntual, destacan para realizar este debate se debe tener la información técnica y detallada "acerca de los procedimientos para asegurar la protección de los mosaicos y las esculturas, tomando en cuenta las lecciones que se derivan del terremoto de 1985, cuando no fue posible conservar la totalidad de los murales”, así como de los “estudios estructurales sobre el conjunto de edificios y las condiciones del suelo”.
Al haber sido planeado el Centro SCOP no como un complejo aislado de la vecindad de la colonia Narvarte donde se encuentra, los académicos consideran que su rescate debe contemplar “las nociones de integración plástica que organizaron el proyecto arquitectónico y las obras de arte asociadas al mismo, pues se plantearon en forma unitaria.
También afirmaron que “cualquier solución debe conservar en lo posible el programa arquitectónico original, y no debe renunciarse al diálogo con el pasado, indispensable en un proyecto de restauración de esa magnitud. La planta del diseño arquitectónico original del conjunto pretendía representar la organización, el orden jerárquico y los propósitos de desarrollo nacional de la época”; y que “debe entenderse que el conjunto de los mosaicos no es una mera añadidura ornamental, sino que fue y es fundamental para la construcción urbana del discurso político, estético y ético del Centro SCOP”.