Imaginen que es 1893 y que el matrimonio homosexual está permitido. Ahora imaginen que es 1993 y que una “enfermedad extraña" asedia la humanidad. Finalmente, viajemos a 2093: la epidemia ha llegado y lo amenaza todo.
Los años pudieran parecer relativos, pero la constancia de los hechos dibuja la posibilidad de que esa historia transcurre en tiempo presente. Es esa combinación de distopía y regresión la que convierte a Al paraíso (2021, Lumen) en una de las novelas más prometedoras de 2022 y de Hanya Yanagihara, quien desde hace varios años es un auténtico fenómeno editorial.
Son más de 900 páginas las que utiliza esta escritora estadounidense involuntariamente experta en bestsellers, para profundizar en lo que ella llama las tres formas del terror moderno: el totalitarismo, el cambio climático y las enfermedades.
“Esos temas son los que tenía en mente cuando comencé a escribir el libro en 2018. Son problemas que se han acentuado mucho con el paso de los años”, dice Yanagihara en conferencia.
La autora se declara una neoyorquina de sepa (aunque haya nacido en Los Ángeles en 1974). No es raro que sus dudas existenciales provengan de un cuestionamiento histórico del pueblo estadounidense: ¿Quiénes somos realmente? ¿Es un artificio la historia que nos han contado sobre nuestra nación?
“Una de las cosas que todos nos planteamos en Estados Unidos es que nuestro país en realidad es muy joven, pero está integrado por culturas muy antiguas Es entonces cuando nos preguntamos: ¿Qué hubiera sucedido si no hubiese ocurrido tal hecho o si tal ley no hubiese sido aprobada?”, observa Yanagihara, quien con su obra Tan poca vida (2016, Lumen), publicada en más de 26 países, vendió más de dos y medio millones de ejemplares.
La autora continúa con sus cuestionamientos: “¿Qué es realmente la historia de Estados Unidos? ¿Quién la escribe y quién nos la ha contado? ¿Hay otras versiones de ese relato que no conocemos?”.
Aunque procura que su trabajo literario suceda con la mayor libertad posible, sí tiene una regla: que todos sus libros provoquen, que sean ese golpe al avispero tan necesario en tiempos donde la disidencia se compra y se coopta fácilmente.
“Lo que me planteo (en este libro) es si la libertad personal contradice la idea de la libertad de una nación. Cuando decidimos hacer algo, cuando adoptamos una postura: ¿acaso esto niega la libertad de los demás o la empodera?”, reflexiona Yanagihara.
Para ella, en los últimos 20 años, Estados Unidos vivió dos hitos que restringieron —y siguen restringiendo— las libertades individuales de los ciudadanos: los atentados del 11-S y la pandemia de Covid-19.
Tras la caída de las Torres Gemelas, dice, su país adoptó una serie de políticas que modificaron para siempre la forma de vida de millones de personas: cambió la dinámica de viajar y de identificarse, cambió la tipificación de los delitos, cambiaron las leyes.
Sobre el coronavirus, afirma que "tendremos que esperar unos 20 años para ver hasta qué punto las nuevas reglas adoptadas por el gobierno fueron adecuadas o coartaron todavía más las libertades. Hay un viejo dicho budista que dice que, cuando hablamos del presente, realmente estamos hablando del pasado, de forma tal que, si hablamos del futuro, seguramente lo que estamos hablando es del presente. Yo pienso que todo libro que se ambienta en el futuro, en el fondo, está hablando de las inquietudes y preocupaciones del presente”, concluye.