Los resultados de una investigación reciente en la cueva del Chiquihuite, en Zacatecas, rompen con la teoría de la llegada de los seres humanos al continente americano al estimar su arribo hace 33 mil años, más de diez mil años antes de lo pensado.
Un equipo de 30 antropólogos, arqueólogos y científicos americanos y europeos, quienes han trabajado en esta cueva desde 2012, encontraron más de mil 900 artefactos de piedra, indicios de presencia humana.
Se trata de instrumentos que, tras una datación realizada con métodos de radiocarbono, revelan la existencia de una industria lítica desconocida. Son lacas, navajas, puntas de lanzas y otros artefactos que tienen una huella de fabricación humana mucho más antigua, probablemente durante el Último Máximo Glacial.
“Ya había algunas evidencias en todo el continente de la posible presencia humana en diversas localidades, presencia anterior a la cultura Clovis, que se considera la más antigua convencionalmente. Pero la solidez de este estudio marca un parteaguas, un nuevo paradigma al señalar años anteriores”, afirma Joaquín Arroyo, biólogo de la UNAM e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
La exploración señala que a México pudieron llegar los primeros pobladores hace 20 mil años. Arroyo precisa en entrevista, que se trataron de grupos nómadas de cazadores que llegaron persiguiendo a sus presas y recolectando semillas u otro alimento.
Aunque, aclara, todavía no hay evidencia científica de presencia humana en la cueva. Por lo que se analiza el ADN ambiental para determinar qué plantas, animales y seres humanos pudieron habitar el sitio ubicado en la Sierra del Astillero.
Hasta hace dos décadas, la teoría más aceptada era que los primeros pobladores de América llegaron hacía 11 mil 500 años desde Asia, a través del Estrecho de Bering. En los últimos diez años, la línea del tiempo se recorrió hasta los 18 mil años de antigüedad, debido al hallazgo de sitios arqueológicos con nuevos indicios como Monte Verde en Chile.
Pero el descubrimiento de la cueva de Chiquihuite sitúa a los humanos en México al menos hace 26 mil años, cuando comenzó el Último Máximo Glacial. A eso le suma el tiempo que se tardaron en bajar desde el norte del continente.
“Se duplica el tiempo que se tenía estimado, por lo menos de los restos humanos encontrados en cenotes en los últimos años, que datan de 14 mil años, por eso resultan trascendentes los hallazgos en esta cueva y seguro motivará otras exploraciones”, añade quien colaboró en el proyecto con el arqueólogo Ciprian Ardelean., principal investigador de la cueva.
Arroyo detalla que la excavación se realizó en cuatro etapas con “herramientas como de dentista para no lastimar las piedras”. Lo que sigue es buscar ADN humano y explorarán otras cuevas.
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