El presidente Andrés Manuel López Obrador se pronunció en contra de cesar a la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Lucina Jiménez, por haber autorizado que la Iglesia La Luz del Mundo, realizará un concierto operístico en dicho recinto.
Durante la conferencia mañanera, calificó las críticas a la directora del INBA como actos de intolerancia, ante lo que dijo que no actuará con autoritarismo, pues debe haber Estado laico con tolerancia, pues debe profesarse el mismo respeto a ateos como a creyentes de las diversas religiones.
“Yo les diría que hay que ser tolerantes, laicos, pero tolerantes, no ser tan rígidos, pienso que se debe de evitar que se den estas cosas, si se producen y si están prohibidas, pero no crear un ambiente de intolerancia. Cómo por este hecho suspender a la directora o director, denunciar”, defendió.
Aunque reconoció que la directora del INBA debe ofrecer una disculpa si violo la ley o mintió sobre el objetivo del concierto operístico El Guardián del Espejo, el cual se presume, fue realizado para homenajear al líder mundial de la iglesia evangélica, Naasón Joaquín García.
Que ofrezcan disculpas, que reconozcan si hubo error, pero también tenemos que respetarnos todos, ese es mi punto de vista
No obstante, manifestó: “Me molesta mucho a mi la intolerancia”, por lo que dijo, no se debe actuar con tanta intolerancia respecto a la realización de las diversas expresiones religiosas ni ser tan rígidos en la aplicación de la ley.
“Me molesta mucho a mi la intolerancia. Tenemos que aceptarnos más todos, y apostar más a la libertad, que podamos convivir todos, católicos, evangélicos y todas las denominaciones y ateos, libres pensadores y agnósticos, de todas las clases, de todas las culturas, de todas las preferencias sexuales, así, no ser tan rígidos, ese es mi punto de vista”, reclamó.
De acuerdo con la artículo 24 de la Constitución Mexicana, se prohíbe la realización de los actos religiosos en recintos públicos del gobierno, en aras de respetar el Estado laico.
Aunque el INBA alega que es válido porque no se realizó un rito religioso, el evento fue gestionado por el senador Rogelio Israel Zamora y se contó con la asistencia del presidente de la Mesa Directiva del Senado, Martí Batres, así como del diputado federal, Sergio Mayer.