La familia del artista plástico Francisco Toledo, fallecido el pasado 5 de septiembre, le reafirmó su postura al presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados, Sergio Mayer, pues aseguran a través de una carta que “el maestro Francisco Toledo no era partidario de reconocimientos y homenajes”.
En días pasados, el diputado Sergio Mayer ofreció una disculpa por impulsar un reconocimiento con el nombre del extinto artista plástico, sin contar con la aprobación de la familia, pero el proceso para desarrollar el reglamento y su entrega seguían en marcha.
En la carta firmada por Natalia, Jerónimo, Laura, Sara y Benjamín López, así como su viuda, Trine Ellitsgaard, dirigida al diputado Sergio Mayer decía:
“El pasado 17 de diciembre a través de una carta pedimos que no se utilizara el nombre de nuestro padre y esposo para nombrar una medalla, con anterioridad ya le habíamos hecho saber esta decisión explicando que el maestro Francisco Toledo no era partidario de reconocimientos y homenajes”.
En ese sentido, la familia pidió también a los diputados hacer las “modificaciones pertinentes” (el pasado 18 de diciembre quedó publicado en el Diario Oficial de la Federación) para que esta medalla no lleve el nombre del artista plástico.
Polémica
En días pasados, el diputado Sergio Mayer declaró a un medio que tras la muerte del autor, prácticamente sus obras pasaban “a ser de la ciudadanía”, de igual forma aseguró que ya había hablado del tema con familiares y que la primera carta enviada había sido “fuera de tiempo”.
La familia solicitó también este día “respeto para su padre y esposo” y aseguraron que si bien los proyectos y obras de su padre eran de carácter público, no lo es su nombre y su persona ya que estos son de carácter privado “así como él siempre llevó su vida”.
Al final de la misiva, los familiares recordaron que Francisco Toledo planteaba la posibilidad de que los recursos del reconocimiento fueran empleados en algún proyecto educativo ecológico o cultural.
Respecto a la declaración hecha por Mayer sobre la pertenencia de su obra, la familia pidió respetar su voluntad.
“Con la finalidad de que ésta cuide y vele por el patrimonio que formó, pero también para el debido uso de su nombre, dejó estipulado que los derechos de autor, sobre su nombre y firma, son de la familia. Esta asociación civil está conformada por miembros de la familia y trabaja de la mano con otra de las asociaciones que creó: Amigos del IAGO y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo A.C.”.