Con la pandemia de Covid-19, la muerte se convirtió en una cifra: un millón 240 mil fallecidos a nivel mundial en ocho meses. En México, suman casi 100 mil fallecidos. Son padres, madres, hermanos, hijos, amigos con una historia que queda olvidada en las gráficas de contagios, en las estadísticas de crecimiento, en mapas de distribución, sin jamás atender a la persona detrás de los números. El artista Rafael Lozano-Hemmer da rostro a estas pérdidas humanas y ofrece un memorial a cada familia víctima de coronavirus.
El homenaje titulado “La arena fuera del reloj. Memorial a las víctimas de COVID-19” es una obra pública que ocurre en el sitio web fueradelreloj.net y en la página del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), e invita a familiares de personas fallecidas por Covd-19, de cualquier parte del mundo, a participar enviando el retrato de su deudo para integrarlo a una suerte de altar digital.
▶️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
En entrevista, Lozano-Hemmer explica que se trata de una máquina que, a través de un sistema de robótica, dibuja el retrato con cristales de arena sobre una plataforma de papel de estraza; una vez concluido el dibujo, la base se levanta para que la imagen se desvanezca en apenas 15 o 20 segundos. La máquina continúa con la siguiente víctima. Y así, en un acto emotivo, se busca dar rostro y memoria a las personas fallecidas.
“Esta obra surge sobre nuestra incapacidad de dimensionar las estadísticas. El curador Cuauhtémoc Medina se acercó a mí porque llevo varios años haciendo obras que intentan sentar los datos. Me interesa como artista pensar en cómo hacer para materializar los números, hacer tangible los datos, visualizar estos datos que solo escuchamos cada día pero no entendemos porque no vemos a las personas fallecidas”, refiere quien representó a México en la Bienal de Venecia de 2007.
El trazo del retrato, que tarda 30 minutos aproximadamente, podrá verse en vivo desde la página web y la imagen en arena se quedará guardada en la base de datos como una especie de archivo de víctimas mortales que en el futuro será de utilidad no sólo para proyectos artísticos sino para dimensionar los alcances reales de la enfermedad mortal.
La obra ofrece también a las familias la posibilidad de vivir el duelo, pues en la mayoría de los casos de fallecimientos por coronavirus se han prohibido las ceremonias fúnebres, no sólo en México sino como medida sanitaria global. Ello ha imposibilitado a las víctimas pasar por un proceso natural de despedida. “En la mayoría de los casos, de amigos cercanos y gente en general, su familiar es hospitalizado y ya no se vuelven a ver, no hay esa oportunidad de despedirse”, acota el artista quien en marzo pasado se contagió de coronavirus.
Lozano-Hemmer, quien vive y trabaja en Montreal, asegura que como sobreviviente de la enfermedad una de las principales enseñanzas es la solidaridad, la conexión con el otro; no sólo con la persona más cercana físicamente sino con quien está en otro país y sufre por igual la pérdida de un familiar. Insiste además en la importancia de la ciencia y el arte como vías de salvación en un presente caótico.
Te recomendamos el podcast ⬇️