Aunque aún dominado por los hombres, el mercado del arte está en pleno cambio: las obras de pintoras abstractas, y de artistas femeninas en general, son cada vez más apreciadas por los coleccionistas, como lo mostraron las pasadas subastas de primavera en Nueva York realizadas durante la primera quincena de mayo.
"Hay una revaluación extraordinaria del mercado para las mujeres artistas, tanto antiguas como contemporáneas", asegura David Galperin, responsable de ventas de la casa de subastas Sotheby's en Nueva York.
El año 2018 ya mostró un cambio, con récords para las pintoras de arte abstracto Helen Frankenthaler (fallecida en 2011), la británica Cecily Brown (50 años), Grace Hartigan (fallecida en 2008) y sobre todo Joan Mitchell (fallecida en 1992), cuyo Blueberry se vendió hace un año en 16.6 millones de dólares.
David Leiber, socio de la galería David Zwirner que expone varios de sus cuadros, recuerda que Joan Mitchell conoció el éxito muy pronto, tanto del público como de la crítica. Pero casi no se había beneficiado del crecimiento del mercado del arte en los últimos años, hasta la subasta de Blueberry.
"El valor de mercado de estas artistas cuyas obras son tan poderosas como las de sus contemporáneos masculinos estaba por detrás de ellos desde hace décadas", explica Galperin.
Si bien su valor comenzó a apreciarse, aún siguen muy por detrás de las sumas alcanzadas por Willem de Kooning (68.9 millones de dólares), Jackson Pollock (58.4 millones) o Mark Rothko (86.9 millones).
"Es un ajuste del mercado que debería haber ocurrido hace ya tiempo", afirma Alexander Rotter, presidente del departamento de posguerra y arte contemporáneo de Christie's en Nueva York.
Este ajuste se debe a varios factores, comenzando por el crecimiento del mercado que favoreció a los artistas hombres, muchos acercándose o superando la barrera de los 100 millones de dólares.
"Hay un apetito por las oportunidades (...) y eso se debe a que los precios (de las obras de mujeres) son accesibles en relación con obras de calidad comparable y pintadas por sus pares masculinos", estima Galperin.
El fenómeno beneficia además a otras mujeres artistas, como a la escultora francesa Louise Bourgeois (fallecida en 2010), que en la pasada subasta batió su propio récord de 28.2 millones de dólares, establecido en 2015. Como hace cuatro años, la obra es una araña gigante, creada en 1997, y se vendió en 32 millones de dólares por Christie's.
BUSQUEN A LA MUJER
Otro factor, menos directamente ligado al mercado del arte: estamos en una era de redescubrimiento de las mujeres artistas, científicas, políticas, cuya contribución ha sido durante mucho tiempo minimizada o incluso olvidada.
"Espero que lleguemos a un mundo en el cual no tengamos que hacer más distinciones, donde los precios se decidan en función de la obra más que del género" del artista, dijo Alexander Rotter. "Pero hoy hacemos la elección consciente de estar atentos a las mujeres artistas".
Algunos coleccionistas piden específicamente adquirir obras realizadas por mujeres, observó. "Esto existió siempre, pero es más importante hoy".
El movimiento favorece a los grandes nombres, pero también a artistas menos conocidas, como la pintora de origen nigeriano Njideka Akunyili Crosby, una de cuyas telas se vendió a 3.4 millones de dólares el año pasado en Sotheby's, o la anglo-ghanesa Lynette Yiadom-Boakye, que el año pasado vendió una pintura por 1.5 millones.
Atraviesa también las épocas, como atestiguan los 7.1 millones de dólares pagados en enero por una obra de la retratista francesa Elisabeth-Louise Vigée Le Brun (1755-1842), un récord para una mujer entre los viejos maestros.
Frente a esta tendencia, las casas de subasta reposicionan su oferta, explica David Galperin, e incluyen ahora a más mujeres en sus catálogos de primavera y otoño.
"Es verdaderamente crucial presentarlas en este nuevo contexto para atraer a nuevos compradores y sacudir estos mercados", explica.
EL MERCADO MANDA
En tan sólo cinco días de subastas en Nueva York, varios artistas superaron su propio récord de ventas. Obras de Claude Monet, Jonas Wood, Louise Bourgeois, Robert Rauschenberg y Frank Stella alcanzaron su precio más alto, destacando por supuesto el Rabbit de Jeff Koons con el mayor monto pagado por un artista vivo en una subasta: 91 millones de dólares.
Del lunes 13 al jueves 16 de mayo, las casas Christie’s, Sotheby’s y Phillips vendieron casi 2 mil millones de dólares en obras de arte.
Durante la temporada del año pasado, la lista de diez obras con el precio más alto sumó los 587 millones de dólares e incluyó nombres como Andy Warhol, Van Gogh, Rothko, Picasso y Modigliani.
En este 2019, varios nombres se repiten en el top ten aunque sí hubo un pequeño aumento del 3% en esta cifra.
LOS DIEZ MÁS CAROS 2019:
Meules, 1890, Claude Monet, 110.7 mdd, vendida en Sotheby’s.
Rabbit, 1986, Jeff Koons, 91 mdd, vendida en Christie’s.
Buffalo II, 1964, Robert Rauschenberg, 88.8 mdd, vendida en Christie’s.
Femme Au Chien, 1962, Pablo Picasso, 54.9 mdd, vendida en Sotheby’s.
Double Elvis [Ferus Type], 1963, Andy Warhol, 53 mdd, vendida en Christie’s.
Study for a Head, 1952, Francis Bacon, 50.3 mdd, vendida en Sotheby’s.
Untitled, 1960, Mark Rothko, 50 mdd vendida en Sotheby’s.
Arbres dans le Jardin de L’Asile, 1889, Vincent Van Gogh, 40 mdd, vendida en Christie’s.
Tête, 1911-12, Amedeo Modigliani, 34.3 mdd, vendida en Christie’s.
Spider, 1997, Louise Bourgeois, 32 mdd, vendida en Christie’s.