El diseño, el graffiti y la pintura son algunas de las expresiones con las que Gerardo Yepiz, artista plástico oriundo de Ensenada, Baja California, mejor conocido como Acamonchi, se ha dado a conocer desde los noventas, primero en ambos lados de la frontera entre Tijuana y San Diego, y luego en Japón y Europa, donde también ha expuesto su obra.
Platicamos con este personaje de espíritu punk, considerado uno de los artistas urbanos más importantes de México, y cuyo estilo siempre muestra una influencia de las calles, el entorno sociopolítico y la cultura subterránea, y quien según sus propias palabras “pinta o modifica todo lo que se le atraviesa".
- Después de tus stenciles de Raúl Velasco y Colosio conocimos también tus pinturas... ¿Cuáles son las técnicas que has desarrollado hasta hoy?
He experimentado con muchas técnicas a lo largo de tres décadas, que van desde el dibujo tradicional hasta la pintura, el grabado, la serigrafía, el graffiti, además del pincel de aire, fotocopias, offset, máquinas de coser y desde luego todo lo digital que se atraviesa. En los últimos años también he aprendido a editar video… Pinto o modifico todo lo que se me atraviesa.
-La calle es un tema importante para ti. ¿Qué otros tópicos forman parte de tu discurso actualmente?
-Me gustan las ciudades grandes, mi reacción ante los ambientes.
“Actualmente vivo muy cerca de Atlanta en Georgia. Es un ecosistema muy complejo, en una zona de bosque. Durante el día vemos una gran variedad de pájaros, ardillas, conejos y venados… La vegetación es muy extensa, todo crece muy rápido, porque llueve regularmente; los cambios de temporada están muy marcados. Los colores son muy interesantes, y las luciérnagas me impactan mucho, junto con el resto de los insectos… Los he estado estudiando a detalle, leyendo más acerca de las plantas, de la historia del lugar, etcétera. Los temas pictóricos actuales son una mezcla de las preocupaciones que he tenido en los últimos años”.
-Tu interés por la bicicleta también lo reflejas en tu obra.
-He sido ciclista por muchos años, llegué darle al BMX cuando era adolescente y más adelante compré una bicicleta de montaña, hasta que mis amigos me recomendaron una bicicleta ligera que fuera más rápida y práctica. He llegado a tener muchas bicicletas y también he trabajado con compañías como Electra y Leader… Los temas del ciclismo aparecen en mi arte gráfico, en mi ropa custom y también en las pinturas. Y soy parte de una pandilla de ciclistas punk en San Diego, llamada “The Cretins”; organizamos paseos, carreras ilegales, tocadas punks y eventos absurdos y peligrosos… Alley cat races; Scavenger Hunt…
Tijuana tiene su onda, la escena del arte ha sido constante, y pienso que los artistas se han arriesgado bastante
-Háblanos más de esas carreras
-Son con bicicletas fixie en su mayoría, en eventos informales y las reglas varían y dependen de la locación. Participan un grupo de ciclistas a los que se les entrega un manifiesto con instrucciones de los puntos donde se harán las paradas para recoger algo, tomarse una foto, buscar algo debajo de un bote de basura o darle un hi five a alguien en una parte de la ciudad… Los check points están monitoreados y los ciclistas van siendo registrados; el primero en completar la ruta gana. Los retos van desde lo más difícil a lo más absurdo, como tomarse una cerveza de un jalón o comerse un burrito… Y los premios van desde dinero en efectivo, partes de bicicleta o accesorios.
-¿Has tenido problemas con la policía durante alguna de tus actividades?
-Una vez en octubre de 1998 nos pararon a Shepard Fairey (OBEY) y a mí en San Diego. Y también en la Ciudad de México con el Hollow Fest, salimos a rayar, y al final de la noche nos paró la policía por otra cosa… Traíamos aerosoles en el carro y las manos pintadas… Aunque nunca se fijaron en eso.
-¿Tijuana makes you happy?
-Sometimes.
-¿Y San Diego?
-Sí, extraño San Diego mucho, pero aquí tengo la oportunidad de recuperarme económicamente y de hacer otras cosas.
-¿Cómo sientes el arte en la frontera actualmente? Qué es lo que más llama tu atención?
-Tijuana tiene su onda, la escena del arte ha sido constante, y pienso que los artistas se han arriesgado bastante; organizan eventos en cualquier lado, con o sin recursos. En San Diego siento que está muy dividido en las diferentes escenas: Arte urbano, arte corporativo, rollo artesanal, y muchos aficionados.
“Como que el público de San Diego no puede distinguir entre principiantes y artistas serios”.
“Durante 20 años pasé muchos corajes tratando de explicar por qué no quieres tocar ciertos temas; muy en particular cuando traté de explicar el Arte Mexicano Moderno y no los clichés… Las ideas preconcebidas sólo nos estorban; te das cuenta de que no investigan lo suficiente como para apreciar y coleccionarlo. Siento que el tema de identidad de un artista mexicano fronterizo-contemporáneo ha sido un problemón”.
-¿Cómo ves a las nuevas generaciones de artistas gráficos y pintores? ¿Quiénes te gustan?
-Hay mucha energía. Creo que en particular el nuevo muralismo está en muy buen momento. Voy a mencionar algunos que me inspiran: desde Panca, Tania Candiani, Foi Jimenez, Alida Cervantes, Charles Glaubitz, Jaime Otis, Julio Orozco, Hugo Crosthwaite, Surge, Mike Maxwell, Shente HEM, Héctor Falcón, Dulce Chacón, Smithe, Dhear Jesús Benítez, Siler (graff), Mazatl, Une, Larry Cavaney, Peter Geise y un larguísimo etcétera… Espero que no se molesten si no leen su nombre aquí.
-¿Qué opinas de la popularidad que tomó desde hace años el llamado street art y de la forma en que se lo han apropiado las marcas?
-Creo que eso iba a suceder en cualquier momento. Como sucede con los movimientos de vanguardia a lo largo de los años. El marketing también me ha beneficiado a mí… Gracias al trabajo corporativo con las marcas he podido mantenerme, desde modelando ropa hasta trabajo artístico con La Rioja, Osiris Shoes, Reebok, Pepsi, Tribal Gear, Warner Records, GSL, Red Bull, Gibson, Mc Donalds o MTV.
-A nivel creativo, cómo te ha tratado la pandemia del Covid-19?
-Nos ha jodido de muchas maneras. Desde la cancelación de viajes, eventos y proyectos… Recientemente falleció una tía y actualmente algunos familiares y amigos se han reportado enfermos.
Siento que el tema de identidad de un artista mexicano fronterizo-contemporáneo ha sido un problemón
“El estrés de la pandemia hace que te desanimes. Afortunadamente mi novia me apoya mucho; tenemos un bonito espacio, tengo un estudio de arte grande, también he estado cocinando más… Tenemos un huerto en casa y es muy relajante cuidar las plantas, verlas crecer y recoger frutos. He leído más revistas, libros y he podido ver la colección completa del Estudio Ghibli. También he estado trabajando en mi banco de imágenes y produciendo algunos videos para la banda tijuanense Ford Proco.
-Háblanos de tu relación con la música
-He sido un miembro invisible de Ford Proco desde 1992, produciendo mercancía, logos, portadas de discos, websites, promoción y videos.
“También del Colectivo Nortec, de quienes he sido amigo desde que ellos eran parte de otras bandas industriales”.
“En San Diego trabajé con varias disqueras independientes como GSL Records, Imputor, y en eventos de electrónica, indie, hip-hop etcétera. Una de las bandas de San Diego con la que he trabajado ha sido Prayers”.
-¿Cuáles fueron los últimos lugares donde expusiste tu obra, antes de la pandemia?
-La última vez que expuse individualmente fue en el Museo del Tequila y el Mezcal en Garibaldi, en diciembre pasado, a través de Arca Mx. Edgar Hernández me ha apoyado mucho, y también mi socio Eduardo Mondragón, de Art3.
-¿Se puede ver algo de eso en línea?
-En la pagina de arcamx.com/ está el catálogo completo y también hay videos en mi página acamonchi-art.com
-El año pasado visitaste la Ciudad de México para un proyecto y tenías planeado volver este año.
-Me encanta la Ciudad de México, estaba a punto de regresar antes de que la pandemia se saliera de control. Alcancé a ir a Ensenada a visitar a mi familia y tenía planeado regresar a la Ciudad de México antes del verano, pero no me fue posible. Queremos hacer muchas cosas ahí: desde murales, hasta exposiciones y eventos de street art; organizar tocadas, etcétera… Siempre hay algo que hacer.
-¿Cuál es la mejor plataforma para ver o adquirir la obra de Acamonchi en línea?
La página acamonchi-art.com o buscando “Acamonchi” en Flickr o Instagram. Para mercancía, directamente con theart3.com y arcamx.com; ambas están en la Ciudad de México ¿Cuáles son tus planes para cuando termine esta contingencia?
¡Viajar! Definitivamente regresar a la Ciudad de México, ver a mi familia y amigos, restablecer el trabajo pendiente, hacer murales, exponer, tatuarme… Y también cortarme el pelo. Ya pasé del look de cholombiano light al de Ray Conniff de tiempo completo.
¿Qué es lo más atinado y lo más desatinado que se ha dicho de Acamonchi?
Mi sinceridad, que evito hablar de arte con curadores… y que no asisto a mis inauguraciones.
¿Algo más?
Que no se dejen llevar por las apariencias. Sólo Acamonchi salva, los demás, quién sabe. Padres de familia: hablen con sus hijos a tiempo acerca de Acamonchi, antes de que lo haga la persona equivocada. ¡Vegan-Straight Edge hasta la muerte!
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