Con tan sólo 16 obras hechas por mujeres del total de las dos mil 100 piezas bajo resguardo del Museo Nacional de San Carlos (MNSC), autoridades de este espacio museístico reconocen el desequilibrio de género existente en la colección de obras pictóricas en la colección a su cargo. Y aunque están en la búsqueda contrarrestar esta situación con la adquisición de nuevas obras, admiten que no se trata de una tarea fácil.
Así lo explicó Mireida Velázquez, directora del MNSC, previo a la apertura de la exposición Pintar en femenino: Mujeres en el sistema artístico mexicano 1846-1940. Homenaje a Leonor Cortina, con la cual se revalora el trabajo de las artistas en la historia del arte nacional.
Entre las figuras que destacan en esta muestra están la primera artista mexicana documentada, María Guadalupe de Moncada y Barrio; Guadalupe Velasco, hija de José María Velasco, Carmela Duarte Zuckerman, quien retrató a Porfirio Díaz, así como la muralista María Izquierdo y la veracruzana Nahi Olin.
“El problema de adquisición es histórico, porque las mujeres no tuvieron igualdad en acceso a la educación e igualdad de acceso a los espacios de exhibición. Con el reconocimiento de ello es que podremos transformar esos porcentajes. Nos gustaría de decir que el 50 por ciento de nuestras obras son de mujeres, pero la historia nos dice que ellas tuvieron que trabajar a contra corriente. Eso es lo que queremos que quede muy evidente en esta exposición”, dijo la también investigadora.
OBRAS EN PROCESO DE DONACIÓN
Por su parte, Zyanya Ortega, curadora e investigadora de la muestra, que tiene 150 obras de 49 artistas, provenientes de diversas instituciones, fundaciones y particulares, puntualizó que cuatro piezas se encuentran en proceso de donación. Tres de ellas son de la artista de la Ciudad de México Pilar de la Hidalga García (1843-1901): Escena de establo (gallinas), Escena de establo (Borregos) y Dolorosa al pie de la cruz; así como una más de la artista Susana Pérez, Bodegón con flores.
La especialista agregó que la adquisición de piezas requiere de un trabajo de investigación, localización, identificación y gestión laborioso. Varias de las piezas hechas por mujeres han sido encontradas, en hechos poco comunes, en venta en galerías de arte.
“Adquirir en este momento es difícil por los recursos que tenemos. Y también, como muchas de las obras de estas mujeres están en casas, varios descendientes no se quieren deshacer de ellas, quieren traspasarlas a las siguiente generación, muy pocas piezas salen al mercado como para decir que vamos a comprar tantas obras por año. Realmente son contadas las veces que salen piezas, sobre todo de autoras decimononas, al mercado.
PIONERA DEL ESTUDIO DE ARTE HECHO POR MEXICANAS
Mireida Velázquez destacó que una de las intenciones de esta exhibición es ofrecer un homenaje a la maestra en Historia del Arte, Leonor Cortina, quien se ha desempeñado como curadora, investigadora y escritora en varios medios impresos e instituciones, entre ellas El Sol de México y el mismo MNSC, del que fue directora. A ella se le atribuyen los primeros estudios sobre arte decimonónico hecho por mujeres. Así fue como en 1985 presentó en el mismo recinto, la exhibición Pintoras mexicanas del siglo XIX.
“Cuando Leonor Cortina comenzó a estudiar a estas artistas no había tanta información. Ella fue buscando entre sus conocidos las pistas que integraron aquella exhibición. En ese momento en Estados Unidos, Sudamérica y Europa ya había exposiciones de mujeres, pero no con una perspectiva de recuperación y de darlas a conocer.
“Es a partir que se comienza a tomar en consideración las teorías, por ejemplo de Griselda Pollock, para ver la historia desde una perspectiva de género”, dijo la funcionaria quien reconoce la existencia de unas generaciones de curadoras, conservadoras e historiadoras.
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DE SEÑORITAS TALENTOSAS A ARTISTAS
Dividida en cinco núcleos temáticos, con pinturas al óleo, grabados, dibujo y fotografía, la exhibición recibe al público con una introducción de arte de la colección del MNSC, de arte europeo hecho por mujeres, el cual sirvió de ejemplo de varias artistas en nuestro país. A éste, le sigue un amplio apartado de la condición de las artistas mujeres durante el siglo XIX, en el por normas de recato y comportamiento las mujeres aprendieron a usar técnicas pictóricas, sin que les fuera permitido aprender demasiado.
También se habla de los espacios de exhibición en los que pudieron mostrar sus obras. Entre 1850 y 1898, fueron 144 mujeres las que expusieron copias de obras, bodegones, retratos, escenas de género y obras originales. Esto, seguido de una sección en la que se pone hincapié en la participación de ellas dentro de las academias; así como la propuesta artística de las mujeres en el contexto de la vanguardias, ya en el siglo XX. Así, la muestra es un reflejo de la transición de las mujeres de ser consideradas “señoritas talentosas” o artistas profesionales y reconocidas.