"Yo vengo de la Nada. Pude ser un niño de la calle. Uno de esos cholos a los que el Estado no prestó ninguna atención. La enérgica sabiduría de mi madre me imbuyó ideas de grandeza. El valor del ser. Lo intenté. Al principio me fue mal. Tiempo duro que me templó. Época azarosa que me formó”.
Así hiló Sebastian fragmentos de su biografía. Rebotaba su voz en el vestíbulo del edificio sede de la Fundación Sebastian. Repentino acceso de tos y una serie de estornudos lo agitaron. Revolvieron su alborotada cabellera. Estremecieron su poderosa humanidad. A los 70 años frío invernal lo hacía tiritar. De los bolsillos de su chaqueta de piel surgían puñados de pañuelos de papel. Debilitado prosiguió.
"Observo que importa lo que de turbulenta, febril, accidentada sea la vida de un artista. Vincent van Gogh, Modigliani sirven de ejemplo. O Frida Kalho. ¿Cómo explicarse su súbito éxito? Quizá a una suerte de lotería. Fenómeno del capitalismo. Imperio del mercado. Fue Madona quien le echó el ojo. Y grupos feministas la imitaron. Su origen alemán provocó interés de coleccionistas germanos. La Fama es parte de la Historia.
ABRIENDO PUERTAS
"Vine al mundo con problemas cardíacos. Venas y vasos que irrigaban mal. Tenía 14 años cuando la emergencia me mandó al quirófano. Me salvé . Y en el 68 fui a dar a la cárcel. Quedé preso en el Campo Militar número 1. Volví a nacer.
"Ante lo frágil de mi existencia decidí trabajar con frenesí. Realizar mi obra. Enfrentar y resolver los retos que cada artista enfrenta. Hoy hay repartidas en el mundo 268 obras. Esculturas de varios metros de altura. De varias -muchas- toneladas. Obras que forjo en mi taller. Creaciones -mis puertas- que los cobardes y envidiosos y los mediocres juzgaron idea de un mercachifle, de un mercantilista. Esculturas como la X monumental que luce El Chamizal.
"Bloque de 60 por 60 metros. La equis de Ciudad Juárez, la llaman. La apreciaron vulgar y simplona. Me deturparon hasta el cansancio. No faltó quien sugiriese desconocieran mi origen chihuahuense. Y me despojaran de los grados de Doctor Honoris Causa que diferentes universidades me otorgaron. A la ignorancia y a su afán por fregar atribuyo su actitud. La obra es hoy símbolo de Chihuahua. Los visitantes quieren fotografiarse con el monumento. Mi obra es una puerta. Frente a los Estados Unidos. Cavilo: Allá quieren construir muros. De este lado abrimos la puerta”.
Sebastian. En su acta de nacimiento Enrique Carbajal. Matemático. Arquitecto. Investigador de la UNAM. Profesor. "22 años fui asistente de Matías Goeritz. Padre de las Torres de Ciudad Satélite. Di a mi madre la satisfacción de verme profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México. Nací en Ciudad Camargo. Como José David Alfaro Siqueiros. Como Lucha Villa. Ahí estamos. En esas fotos. Lucha. Linda y enriquecedora de vida. Esa -señaló hacia un elevado muro muestrario de decenas de fotografías- nos la tomaron una semana antes de someterse a la operación que la dañó".
Ahí está usted con Meade Kuribreña - ubicó el reportero.
"Y acá con José Reyes Baeza. Y con Ricardo Rocha. Con...”
PREFIERO TRABAJAR
Hombre corpulento de anchas y poderosas manos. "De niño recogía el lodo de las márgenes de un río para modelar pequeñas figuras". Individuo imaginativo. "La noche me inspira. Doy vida a ideas. Una suerte de obsesión me apresa. Pesa -sirve- experiencia, habilidad, lenguaje". Sus dos Gabrielas, esposa e hija, organizan, coordinan. Gabriela Carbajal participó hace poco en la Bienal de Beijing.
¿Participan, se interesan los artistas plásticos en la política nacional? - sugirió el entrevistador.
"Sépase que en distintas etapas de mi vida alcé, uní mi voz. Sucesores de la Escuela Mural Mexicana ,Felguérez, Cuevas y otros hicimos presencia. Con Federico Silva -padre de Vicente Silva Lombardo- compartí inquietudes políticas. Quizá hoy se eche de menos la voz de los creadores plásticos. Con franqueza yo prefiero trabajar. Ya en el taller. Ya en la universidad.
"Contemplo un universo político que mantiene expectantes a muchos. Artistas o pensadores que dudan de los beneficios de la política. Tal vez exista desencanto. Cierta desilusión acerca de esa actividad.
"Este México es en mucho muy diferente al que yo conocí en 1964. Vine entonces a beber la Cultura de México. Percibía que el Estado Mexicano prestaba poca atención -a lo mejor ninguna- a desposeídos. Fallaba la educación. No formaba; no atendía. Tal carencia derivó en niñez al garete. Niños de la calle. Seres sin destino. Origen de los pandilleros. De pequeños delincuentes adictos a las drogas
"Hoy vemos un panorama similar. Niños y jóvenes dejados de pe a pa apresados en el mundo del narcotráfico. ¡No tuvieron educación! No saben ni jota de Ética. Ni Moral. Así no debe sorprender la brutalidad que desarrollan. El Estado mexicano volvió a fallar. Desde luego -matizó Sebastian- que en ambos tiempos existen los que se rescataron. Supieron salvarse. Actuaron con talento y la libraron.
"Trabajar al lado de Matías Goeritz equivalió a poseer la llave de México. Aprender hace disciplina. Sistematiza trabajo. Organiza la actividad. A mi hora -Profesor de Arquitectura en la UNAM y en la Academia de San Carlos- mi formación adquirió otro giro. Interesante, desde luego.
"Enseñar -supe, sé- obliga a aprender. Ocurre interesante intercambio de conocimientos. El profesor dedica horas en la preparación de su clase. Echa mano de materiales, lecturas. Aporta experiencia.
"Y a la luz de lo que comparte, descubre -descubren profesor y alumno- nuevo saber. Estimulante fenómeno. Atrae. Insta al profesor a superar su actividad. Experiencia novedosa. Beneficia grandemente al llamado Hecho Educativo. Yo enseño Matemáticas. Geometría es una de mis disciplinas. Lo que sé me permitió construir 3 edificios.
"Como la pintora Leonora Carrington que para el maestro Ignacio López Tarso hizo los telones -la escenografía de El Rey se Muere”.
¿Usted participó en la actividad teatral?
"En teatro no. En ópera, sí” -respondió Sebastian.
“Y más todavía. Desarrolle vestuario. Durante un tiempo me dediqué al mundo de la moda. Tuve mucho éxito. Mi trabajo me llevó a Europa. Con Pierre Cardin compartí pasarela”.
Años atrás el proteico Sebastian diseña su ropa. Sacos muy amplios. Quizá como los de mezclilla que usaba el pintor Digo Rivera. Ropa que recordaba la que usaron los ferrocarrileros. Tales casacas y el suéter de cuello alto -de tortuga- le permiten lucir un indumento muy apropiado y original.
ME MULTIPLICO
Muy orgulloso muestra las organizadas dependencias de la Fundación Sebastian. Galería que hoy exhibe obras de Sergio Gutman. Espacio para 53 cuadros de gran formato. La Soledad, se llama el espacio. Bodegas atestadas de obras. Sala anatómica. Verdades del material. Obediencia de la piedra. Recinto. Cincel lo enriqueció, Parece desgajado. Hecho ladrillos. Regulares. Impresionante.
"Cada artista debe abrirse paso por sí mismo” -reflexiona Sebastian. “Vencer los obstáculos que se le presentarán. ¿Capillas? Siempre han existido. Siempre existirán. Yo estoy contra un Estado paternalista. No concibo que el Estado mantenga a los artistas. Digo que su responsabilidad es crear condiciones que favorezcan la obra creativa. Atmósfera propicia a la creación.
"El gobierno me ha dado trabajo. Sin mimarme. Más bien todo lo contrario. Conozco el rostro del ninguneo oficial. El afán de negarme. Pésimo gesto. Para funcionarios de Conaculta no existí. ¡Hasta que mi éxito los obligaba a conceder -a regañadientes- mi dimensión de creador. Los hermanos Tovar y de Teresa, Rafael y Guillermo se dieron a maltratarme. ¡Bah! Allá ellos.
¿Existe un buen ambiente para el arte en México?
"Desde siempre. A lo largo de nuestra historia se ve. Lo prehispánico asombra. Los diversos periodos históricos lo prueban. Mestizaje que enriquece. Vanos a Oaxaca y en cualquier esquina hallamos un gran artista. Y así en el país entero.
"Muy joven -apenas supe que podría morir en cualquier momento- decidí trabajar a toda velocidad. Sobresaltaba pensar en que piraría en un dos por tres. No me desanimé. Si la creación tiene mucho que ver con el ánimo del artista , el mío era inmejorable. A trabajar se ha dicho. Casi sin dormir.
"A los 70 ya la bajé. La dificultad para la obra es siempre La materia lucha Y la enfrento. Hace tiempo no me ocupo de los mediocres y rencorosos. Acusan, critican. Pero si acaso les va bien, callan. Se escurren. Se deslizan sigilosos. Dan pena.
"Me multiplico. Soy mi promotor. Viajo por el mundo entero. Para la Fundación Sebastian que fomenta el intercambio con artistas plásticos de infinidad de países. Jóvenes y maduros que realizan estancias muy formativas. "Venecia y Lima, Perú, me esperan. Preparo exposiciones. Y la realización de mis obras”.
Sobresaltado produjo Sebastian.
"Ya me voy. Mi hijo Matías -compositor de música culta- dará hoy un concierto. Mi otra hija, Violeta eligió al cine para expresarse. Estuvo en Londres para perfeccionar la técnica de la escritura de un guión.
"Avísame cuando se publique la entrevista. ¿Juega?”
¡Juega!