#SOY / Isabel Beteta y el conocimiento del ritmo

La directora y fundadora del Centro Cultural Los Talleres narra su historia y la forma en que la danza expresa la denuncia a través del movimiento

Gerardo León

  · viernes 12 de abril de 2024

La expresión en sus rostros denota la angustia, el miedo a perder lo poco tenían, a saber si llegarán o se quedarán en el camino… El ir y venir de sus manos expresa la esperanza y la injusticia; sus piernas son el arma perfecta para hacer del movimiento una denuncia.

“Es la danza, el arte de hablar sin palabras sobre la indolencia que invade nuestro mundo actual”, dice la bailarina y coreógrafa Isabel Beteta.

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La fundadora y directora del Centro Cultural Los Talleres, describe en entrevista la importancia de difundir a través del arte, los retos que la sociedad actual enfrenta día con día, como el tema de la migración.

“El arte siempre ha sido un espejo o reflejo de lo que sucede en la sociedad y en este caso a través de obras simbólicas representamos todo lo que se genera a partir de la migración, ese choque de culturas, seres humanos con otra manera de ver el mundo, que vienen con miedo, el cual también se manifiesta en la gente que reside en el lugar al que llegan; temen que les quiten sus plazas de trabajo y los gobiernos no van a tener la capacidad de absorber a tanta gente y darles lo que necesitan, vivimos en una época en que los lados extremos del ser humano se están viendo reflejados”, dijo Beteta.

Dice que los actos injustos y comportamientos negativos de los seres humanos han servido a lo largo de la historia como un referente para el montaje de obras clásicas de la dramaturgia.

“Así como el montaje de Macbeth, de William Shakespeare, mostraba una historia llena de intriga, la danza hace lo suyo mostrando la realidad de lo que lo estamos viendo a nivel mundial y perdón que lo diga, pero lo que están haciendo los políticos en todo el mundo, incluyendo México, es un teatro. A veces parecen payasos”.

“Cumplo 70 años y sigo bailando como si tuviera 40, obviamente me cuido para no hacer osos, pero hay otras cosas que se van nutriendo más” Isabel Beteta, bailarina y coreógrafa / Cortesía

Así surge Tepalcates, pieza del coreógrafo Duane Cochran con la que se inaugura la temporada Danza x la libre el 13 de abril, en el Centro Cultural Los Talleres.

Tepalcates, según Cochrán, es la metáfora del alma fracturada de un hombre y será interpretada por la compañía que él fundó y dirige, Aksenti Danza Contemporánea.

“El proyecto de Danza x la libre como su nombre lo indica es crear danza sin límites, como ir por una carretera sin pagar cuotas. Inició mucho antes de que surgieran las becas a la cultura y está conformado por bailarines ya experimentados que han sobrevivido a las adversidades.

“La temática está enfocada, por un lado, al abrazo, a decir: ‘Ven, yo te cobijo’ y por otro lado está la indolencia que es lo más grave que está sucediendo actualmente, el pensamiento de ‘no me duele lo que le está pasando al otro’. Y el arte lo presenta a veces directamente y otras de una manera más simbólica, porque la danza al no tener palabras tiene que hacerlo a partir de la emoción, con un símbolo compartido con el público”, afirma Beteta.

Cochran describe su obra tal como sucede con los fragmentos de una vasija de barro: “Es posible unir las piezas de esta alma o espíritu”. Su propuesta nació porque un día se vio en el espejo y decidió que tenía que cambiar su vida, cambiar de piel.

En el escenario aparecen cinco personajes, cada uno va en busca de algo, y a medida que se relacionan se van conociendo a sí mismos.

La pieza está enfocada en la esencia masculina y explora la dualidad de los seres humanos, como la fortaleza y la fragilidad, la rudeza y la ternura

Compuesta por siete escenas, Tepalcates comienza con un video con imágenes fuertes sobre cosas y sentimientos rotos. El par de funciones que Aksenti dará en Los Talleres marca el inicio de su gira, la cual llevará a la compañía a Mérida y Valladolid en Yucatán, con el apoyo del Estímulo Fiscal Efiartes.

Tepalcates se estrenó el año pasado y trata sobre la fragmentación de nuestra sociedad, el contraste entre el animal y el humano, una obra muy atractiva visualmente, es un poema.

“Después se presenta un dueto de una servidora y el otro con la maestra Victoria Camero basada en los binomios o gemelos originarios; yo pensé en Tezcatlipoca y Quetzalcoatl, uno verde y otro rojo, eran contrarios pero complementarios. Yo soy más blanca y nos movemos muy diferente, aprovechamos todas las diferencias posibles y al mismo tiempo estamos integradas.

“La otra obra de estreno se llama El Abrazo, también es mía y surge de esa idea de cuántas veces te puedes abrazar. Está cargada de una cuestión emocional, estuvo pensada más como una pintura, como un dibujo de cuerpos entrelazados y tiene el ritmo de separarse y juntarse, y se va cargando poco a poco de toda la connotación que conlleva un abrazo”.


La evolución de la danza contemporánea

La maestra Beteta dice que “el desarrollo de la danza se ha vuelto más sofisticado, y se ha dado de forma más clara la interacción de los creativos, siendo el coreógrafo que comparte su idea con el vestuarista y escenógrafo para generar una idea que se enriquece y así surge una parte muy importante que son los efectos de luz y sombra, todo eso le da un nuevo discurso para que la obra sea más contundente”.

“México tiene una característica muy particular y valiosa que es el hecho de que todo lo que llega de otras partes es asimilado, transformado e incorporado, me atrevería a decir que se hace sutil con lo nuevo que llega. Cada grupo tiene su personalidad y tiene que ver con cómo se han asimilado las técnicas que llegan de otros países, hemos conservado el Graham, el Butho, el Limón, el Release, el Flying low y los movimientos a partir de las articulaciones. Sin embargo, seguimos entrenando en ballet clásico, y danza área, tu servidora ha hecho todas esas técnicas junto con la mayoría de los bailarines actuales por lo menos de esta temporada”.

Considera que las nuevas generaciones se basan en la inmediatez de las redes sociales y que les cuesta trabajo adaptarse a los lineamientos de la academia tradicional.

“Actualmente hay mucha confusión en el sentido de que vivimos en una época en la que los satisfactores son muy rápidos, porque todo lo puedes tener a la mano a partir de internet, de ahí que diga yo que hay mucha confusión porque sí hay el entusiasmo, sí hay el interés, pero hay un grupo nutrido que se desilusiona cuando no ve rápido el resultado. Y la otra es que no están acostumbrados y no les gusta el rigor tradicional y eso ha generado en algunas escuelas bastantes conflictos, no están acostumbrados a que se les exija pero es todo un paquete al que se irán acostumbrando y sin duda lo harán”.

Su legado

Beteta se graduó de la Universidad de Rice, Houston, de la licenciatura en historia del arte, literatura francesa y artes plásticas (1977).

Inicia su formación como bailarina clásica bajo la tutela de Margarita Contreras. Poco después incursiona en el mundo de la danza profesional como aprendiz del Taller Coreográfico de la UNAM y más tarde como bailarina de Danza Libre de la UNAM, dirigida por Cristina Gallegos. En 1982 viaja a Nueva York, donde estudia las técnicas Horton en la Joyce Tristler Dance Company, Pilates con Carola Trier y Clásico con Zinna Rommet.

“Al hablar de mi legado, lo más sencillo es decir que dejo el espacio de los talleres y eso significa todo lo que ha pasado por aquí, han sido 40 años de danza, hay un legado histórico en el espacio mismo en el tiempo que ha pasado que cuando ya no esté seguirá, que eso es lo que estoy programando en mi mente.

Yo no tuve hijos ni me interesó, mi vida ha sido la danza y esa seguirá cuando yo no esté. Cumplo 70 años y sigo bailando como si tuviera 40, obviamente me cuido para no hacer ‘osos’ en el escenario, el cuerpo ya no da lo mismo pero hay otras cosas que se van nutriendo más, y creo que se perciben en escena.

“Me gustaría poder decir que he integrado al mundo el conocimiento del ritmo interno del cuerpo, esa es una esa amalgama de las técnicas que has ido asimilando poco a poco, y que se vuelven parte de tu cuerpo y las cuales emergen cuando te mueres, eso se proyecta en las coreografías, donde se nota de dónde vengo, de un estudio de arte y artes plásticas, el espacio de talleres el legado coreográfico y lo que yo pueda como persona compartir en escena”, comparte.

En 2016, Isabel Beteta recibió la Medalla Bellas Artes. Anteriormente obtuvo el premio como intérprete SOMEC-VITARS 2004 y en 2008 el XXI Premio Nacional de Danza José Limón, entre una larga lista de actividades y reconocimientos.


Danza x por la libre

El 19, 20 y 21 de abril se presentará Nemian Danza Escénica con una tríada de estrenos recientes de los miembros y coreógrafos más longevos de la compañía: Sin excusas, de Rosario Verea, y Los que caen, de Javier Amado, obra inspirada en Macbeth con su dosis de pasión y deseo, ambición de poder y carencia de voluntad.

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Signos Vitales Danza Contemporánea, compañía formada en 2015, actuará el 26, 27 y 28 de abril, con Decir…es innecesario, propuesta que utiliza el lenguaje de señas para reflexionar sobre la relación de pareja y la expresión del amor, y El sonido del silencio, en torno a cómo en la ausencia de ruido la nada explica todo.

Durante la temporada Danza x la libre también se presentarán los Coreógrafos, Anzar Danza y Tándem Cía. de Danza los tres últimos fines de semana, respectivamente.