A lo largo de la historia la Ciudad de México no sólo ha lidiado con temblores como una potencial amenaza para su población, pues las inundaciones son otro fenómeno natural que han azotado a la capital, para muestra de ello hay que remontarse al año 1629 del siglo XVI, año de la Gran Inundación la cual duró 5 largos años.
De acuerdo con José Vázquez Ángeles, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Heinrich Martin mejor conocido como Enrico Martínez, fue un cosmógrafo de la Corona Española, la cual le encomendó que elaborará un plan para evitar inundaciones en el centro de la entonces Nueva España.
La guía oficial para visitantes de la Ciudad de México explica que el proyecto de Enrico fue un fracaso, pues el tajo kilométrico de tierra que se había excavado para desviar el cauce de aguas se derrumbó por completo. El académico Vázquez Ángeles explica en su artículo "Enrico Martínez y Adrian Boot, ingenieros del fracaso" que la intención de Martínez era desviar el flujo del agua de los ríos de Cuautitlán y Tula, los cuales provocaban grandes inundaciones en la ciudad.
Corona Española consideró mover la capital a otra zona
Entre varios proyectos para evitar inundaciones en la capital, Martínez incluso provocó un socavónpara evitar inundaciones, en Nochistongo, hoy Huehuetoca, Estado de México, el cual fue terminado a fines del siglo XVIII. Su intención era desecar ríos y lagos, hecho que se terminó dando siglos más adelante con severas consecuencias para la zona metropolitana del Valle de México.
El tamaño del desastre de la inundación de 1629 fue tal, que las autoridades reales consideraron trasladar la capital de la Nueva España a otra región como Coyoacán, situación que al final no se terminó dando debido al alto costo que requería tal operación.
El vestigio de la inundación que aún permanece en el Centro Histórico
Una de las peores catástrofes naturales que ha azotado a la capital mexicana no podía quedar en el olvido, por ello hay un vestigio de un león que recuerda la altura que llegó a tener la inundación por las calles del Centro Histórico de CDMX.
Exactamente en la esquina de Madero y Motolinia del Centro Histórico se puede ver una desgastada y longeva cabeza de león que rememora el nivel del agua que alcanzó la inundación de 1629, que en algunos puntos fue de dos metros y en otros de 1 y medio.
La última gran inundación en CDMX
Como se mencionó anteriormente, la Ciudad de México ha enfrentado grandes inundaciones, las cuales de entre muchas razones, entre ellas que la zona metropolitana y la capital se encuentran en una región lacustre rodeada por montañas, siendo la zona baja de la cuenca la más urbanizada. Eso sin mencionar que anteriormente era un gran lago, por lo que, el curso natural del agua ha generado inundaciones en diversos puntos de la ciudad.
Siendo la del 15 de julio de 1951, la última inundación de CDMX de carácter catastrófico, pues se inundaron varias zonas de la cuenca de México, siendo el centro de la capital una de las más afectadas, incluso se tuvieron que utilizar lanchas de madera y balsas de hule para transportarse y ayudar a los afectados.
La inundación duró aproximadamente tres meses, el nivel del agua fue tan grande en distintos puntos de la ciudad que ésta quedó sumergida en dos terceras partes, con una profundidad de dos metros en las zonas más bajas.
Tras dicho desastre, el Gobierno de la Ciudad de México tomó cartas en el asunto y decidió entubar el río Churubusco, plantas de bombeo y se realizó una ampliación de secciones hidráulicas, además de la construcción del segundo túnel de Tequixquiac, entre otras cosas.