Guanajuato.- Hace 225 años el pintor romántico Francisco Goya publicó su famoso y terrible aguafuerte “El sueño de la razón produce monstruos”, como una crítica de la sociedad supuestamente ilustrada que le tocó vivir. Este 2024, la obra de teatro española “Protocolo del quebranto” nos recuerda, de una manera descarnada, que aquella sentencia lapidaria sigue vigente, pues detrás de nuestra presunción de modernidad, tecnología y progreso, los conflictos bélicos a nivel internacional persisten como una pesadilla recurrente.
Con el texto del reconocido director y dramaturgo español Mario Vega, esta obra que conmocionó al público en su función del 17 de octubre en la 52 edición del Festival Internacional Cervantino, narra la historia de un fotógrafo de guerra que, tras ser herido por una mina, se pierde entre las líneas de un conflicto armado, donde milagrosamente es rescatado por una pareja de sobrevivientes y traficantes de pólvora que, a su torpe y violenta manera, han logrado sobrevivir a las balas y las bombas, en un no lugar de nombre Osel.
Con una estética decadente que realza la deformidad de algunos de los personajes, la obra sorprende e impacta visual y sensorialmente al ofrecer una atractiva coreografía escénica que, en juego con un único armatoste móvil, ofrece al menos ocho cambios de escenarios sin que haya ni un corte en la tensión dramática. El resultado es una especie de puesta en escena cubista, cuyo dolor y desconcierto es equiparable al expresado por Picasso en su célebre cuadro “Guernica” (1937).
En el texto, escrito a partir de entrevistas con 20 sobrevivientes del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, son constantes las reflexiones existenciales, que van desde la condena al eterno sufrimiento humano, hasta la definición de la justicia y la libertad.
Plantea cómo los países occidentales se sienten con la capacidad moral de opinar e incluso intervenir en las realidades de poblaciones afectadas. Un ejemplo de gran poder de la obra, es el monólogo del fotorreportero quien, en una especie de sueño lúcido, recibe un premio internacional de periodismo tras haber documentado una sorprendente historia bajo métodos maquiavélicos en pos de la verdad y la libertad de expresión.
“Vamos a la guerra en busca de información y volvemos con las maletas llenas de cadáveres. Les da igual la dignidad de las personas que fotografiamos. Exigen la muerte más sangrienta, el niño que más vio la muerte de su padre. Es demoledor ver cómo titulan una fotografía con una mentira vergonzosa. Definitivamente la primera víctima de la guerra es la verdad”, expresa el periodista.
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“Protocolo del quebranto” resulta en un impactante esperpento de una realidad violenta y cruel. Creada por el laboratorio teatral unahoramenos y el Teatro Pérez Galdós de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, demuestra que el arte teatral sigue siendo un foro activo, necesario para la protesta y la autocrítica, por más macabro que sea el reflejo que vemos danzar en escena.
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