Cuando se habla del México prehispánico no es común que se piense en el norte del país, debido a que la gran mayoría de las culturas se concentraron del centro al sur del país, contemplando el este y el occidente. No obstante, los Chalchihuites fueron nómadas que incluso construyeron centros ceremoniales como el de Alta Vista.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se le conoce como cultura Chalchihuites a una "serie de manifestaciones y sucesos relacionados, que a su vez representan, como unidad, la máxima expansión septentrional del área mesoamericana durante el periodo comprendido entre ca. 200-1400 d.C.".
Los Chalchihuites eran grupos nómadas de cazadores y recolectores, que de acuerdo con el INAH, son mejor conocidos como chichimecas, señalando que dicho nombre es genérico.
Al ser un grupo nómada, su extensión septentrional era enorme, aunque se sabe que habitaban en la zona semidesértica Mesa Central, además, éstos habrían dominado la cultura semisedentaria de Loma San Gabriel.
Se sabe que la cultura Chalchihuite abarcaba desde el noroeste de Zacatecas hacia el norte, cubriendo una porción meridional y occidental de Durango. Se puedo llegar a dicha conclusión tras los estudios elaborados del pionero de la arqueología del norte de México, el Dr. J. Charles Kelley.
Tras fechamientos realizados a través de radiocarbono, se pudo dividir la cultura Chalchihuites en dos ramas:
Súchil (ca. 200- 950 d.C.): rama temprana, sus asentamientos se ubican en el noroeste de Zacatecas y el sur de Durango
Guadiana: (875-1400 d.C.): rama tardía, sus sitios arqueológicos encuentran al sur de Durango
Centro ceremonial Altavista
Alta Vista fue el centro ceremonial más importante de la Cultura Chalchihuites durante la etapa Súchil. El sitio se fundó aproximadamente entre los años 400 y 450 por sacerdotes que estaban vinculados a Teotihuacán.
El esplendor de Alta Vista fue aproximadamente entre los años 700-750. El INAH explica que tras múltiples investigaciones elaboradas en el lugar, se cree que la construcción del centro de los monolitos tuvo una planeación perfecta. Dicha conclusión responde a la ubicación del lugar, el cual se encuentra en las inmediaciones de la línea del Trópico de Cáncer, situación que muestra su trascendencia.
Dichos pobladores consideraron la sierra de Chalchihuites como un calendario en el horizonte oriental, a través de este observaban un desplazamiento anual del Sol, lo que les facilitó la anticipación de cambios de estación, lo que a su vez fue vital para el ciclo agrícola de la zona.
El sitio web del INAH señala que los llamativos monumentos de Alta Vista "fueron planeados no sólo para registrar el nacimiento del Sol, sino también su movimiento en la bóveda celeste y el ocaso".
"Las esquinas de las plazas y edificios principales se proyectaron hacia el exterior, en dirección a los cuatro puntos cardinales, y su alineación con respecto al Sol y la Estrella Polar indican que Alta Vista se estableció como un adoratorio dedicado al Sol y a los cuatro rumbos del universo", explica el sitio web del INAH.
Lo llamativo no sólo se queda en lo astronómico, pues en exploraciones e investigaciones se encontró una alta actividad minera prehispánica, hay aproximadamente 800 minas prehispánicas explotadas por la cultura Chalchihuites durante unos 600 años.
El INAH señala que Alta Vista fue fue abandonada aproximadamente entre los años 850 y 900, incluso se sabe que hubo un incremento considerable de sacrificios humanos en ese proceso.
¿Quién "descubrió" Alta Vista?
Alta Vista fue "descubierta" a inicios del siglo XX, en 1908 por el entonces estudiante de arqueología Manuel Gamio, considerado como el padre de la antropología moderna en México.
Tras su descubrimiento iniciaron excavaciones para profundizar en las investigaciones del lugar, específicamente en el Salón de las Columnas. Dicho proyecto quedó abruptamente suspendido al no contar con permisos de excavación.
Tras años de abandono y deterioro, los trabajos de investigación y restauración se reanudaron a lo largo del siglo XX, siendo fundamental la colaboración del Dr. J. Charles Kelley y la universidad de Illinois.