No más de 20 personas trabajaron en el proyecto Agua rosa. Por eso es que ser los únicos representantes mexicanos que participaron en el Cinequest Film & VR Festival de California, donde la cinta tuvo su estreno, provoca en Lizzy Auna, su protagonista, un sabor de boca más que dulce.
“El esfuerzo para lograr algo así es el triple, el cuádruple. Pero a la vez lo hace más disfrutable. Al menos en mi experiencia así ha sido, porque había la disposición y colaboración de todos los que participaron: el objetivo era sacar la película”.
La cinta sigue la historia de dos jóvenes que realizan un viaje para reclamar una herencia. Este encuentro hace que ambos confronten y cuestionen su identidad personal, pero también su relación como pareja y los miedos que tienen de enfrentar la soledad y lo que ella implica. Axel Arenas coprotagoniza este drama junto a Lizzy Auna.
“Nos parecía que la historia nos conectaba de una manera muy profunda y que cada uno podía adentrarse en esas fibras, teníamos la espinita de contar algo así y de que la gente tuviera esa conexión porque se trata de una historia universal”, dice la actriz.
Agua rosa fue escrita, dirigida, producida y fotografiada por los realizadores Ca Silva y Miguel López Valdivia, quienes en conjunto forman el sello Antónimo con el que ambos aparecen en los créditos del filme.
“Son nuestros todólogos”, bromea Lizzy. “Ellos crearon la historia a partir de experiencias personales de cada uno. Y en conjunto decidieron poner las cosas que tenían en común y que querían expresar de sus relaciones pasadas y de ellos mismos; eso fue lo que plasmaron en papel”.
Toda la historia se filmó en una sola locación, la casa de la familia de Miguel López Valdivia en Aguascalientes: “Él conoce esos espacios, así que sabía que todo eso se podía ajustar perfecto. Hay una alberca y un lago enfrente, ocupamos todo lo que teníamos a la disposición y los directores iban adaptando los espacios”.
Luego de su estreno en California, el filme continuará una ruta de festivales fuera de México. En nuestro país, se espera que pueda llegar a finales de año a cines o a través de plataformas digitales.
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Mientras tanto, Lizzy Auna está trabajando en un guion que desea convertir pronto en un largometraje. “Es un proyecto muy personal e íntimo. Me estoy metiendo en problemas porque para nada soy escritora, yo estudié estuación, pero le estoy dando a eso”.
Comparte que su historia, aún sin título, abordará, “estas cosas que como humanos traemos desde siempre en cuanto a crecimiento personal, familiares y emocionales”.