MÁLAGA. El enemigo del cine es la prisa, dijo Arturo Ripstein al presentar en la Sección Oficial del Festival de Málaga El diablo entre las piernas, un filme de 143 minutos.
Una de las características de su cine es el plano secuencia y al respecto señaló: “en el cine comercial, los planos secuencias prácticamente no existen, ni la edición tiene sentido, sólo hay velocidad, que es el gran enemigo del montaje”.
Añadió que empezó “como un cinéfilo rabioso, cuando había que ir a ver las películas en el cineclub, me gustaba ir para tener una mirada, pero esto ha desparecido con el comercio y la prisa".
Junto a su guionista de los últimos 35 años y compañera de vida, Paz Alicia Garcíadiego, Ripstein ofreció una rueda de prensa virtual para hablar del filme que tiene su estreno europeo, desde su casa de la Ciudad de México ante la imposibilidad de viajar a Málaga por la pandemia.
Además, Ripstein, autor de una extensa filmografía como La perdición de los hombres, Profundo carmesí, La virgen de la lujuria y La calle de la amargura, entre otras y uno de los nombres fundamentales del cine en español, recibió este martes la Biznaga del Premio Retrospectiva del Festival de Málaga como un reconocimiento a su amplia trayectoria de más de 50 años de carrera.
“No haber podido estar en Málaga con ustedes es una tristeza, me hubiera encantado estar, era un viaje al que le tenía muchas ganas. Me gusta mucho Málaga, es una pena no poder acompañarlos”, dijo al director del festival, Juan Antonio Vigar, quien además de felicitarlo y asegurarle que estará en una próxima edición del certamen, le recordó una frase suya en la aseguró que las películas "se cuentan con el corazón, los ojos y las tripas de quien las hace, y por ello son, en cierto modo, autobiográficas".
A la pregunta de cómo están las cosas en México, Ripstein de inmediato respondió “pues mal” y añadió que ambos llevan más de 160 días confinados por la pandemia. “Es una durísima prueba, hemos evitado gratamente la violencia doméstica, no ha habido golpes y las cosas se distorsionan mucho en el encierro, todo se vuelve muy extraño, aquí uno no sabe si es un día menos, un día más, el tiempo desaparece, no se sabe si es mañana o ayer”, aseveró.
Sobre la película, un filme acerca de la decadencia y el sexo en la vejez, apuntó que “queríamos hablar también de la noción del encierro en la vejez y de la noción de los celos, una noción imbécil pero poderosa. Es una cuestión que se retroalimenta, y eso hace que el ritmo narrativo sea circular, que la película esté dando vueltas. Hay un juego entre el día y la noche, y en la noche siempre somos más nosotros y mejores”.
El diablo entre las piernas, protagonizada por Sylvia Pasquel, Alejandro Suárez, Patricia Reyes Spíndola y Daniel Giménez Cacho, compite por la Biznaga de Oro del certamen andaluz junto con nueve filmes españoles, otro mexicano y cuatro de Chile, Argentina, Brasil y República Dominicana, respectivamente.
El cineasta dijo que cuando Paz Alicia Garcíadiego le compartió el guion, que no era para filmarse, “me convencí de leerlo sólo con saber el título y después de llevarlo a la pantalla”.
Por su parte, Garcíadiego refirió que la idea de este guion le surgió un día que al pasar frente a un espejo no se reconoció a sí misma. “Dije esta no soy yo, yo tenía otra cara, y a partir del dolor de sentir que ya no era aquella, pesé en hablar de los viejos, en tiempo presente”.
Sostuvo que en ese guion enfatizó los olores porque “los viejos huelen distintos de los jóvenes y ese olor produce repeluz en el sexo, hay una decadencia del cuerpo y me importaba que estuviera presente el olor de la casa, el olvido, la humedad, el hecho de que ella huele a viejo y él huele mucho más a viejo”.
La otra película mexicana de Selección Oficial que opta a la Biznaga de Oro del festival es Blanco de verano de Rodrigo Ruiz Patterson y en la sección oficial de documentales compite La mami, un documental mexicano sobre la encargada del baño de mujeres del histórico sitio de ficheras Barba Azul, dirigido por la directora española afincada durante años en la capital mexicana, Laura Herrero Garvin.