Bertrand Tavernier fue un erudito del cine. No sólo porque su carrera se dividió entre director, guionista, productor, promotor y periodista del séptimo arte, sino porque de su boca podía salir todo tipo de información
“Era el equivalente a un Jorge Luis Borges en conocimiento de cine. No era una enciclopedia, eran mil bibliotecas caminantes de cine”, dice Daniela Michel, fundadora y directora general del Festival Internacional de Cine de Morelia que recibió al director francés como invitado especial en 2007.
“Escucharlo era una maravilla, uno de los máximos placeres que puede tener un cinéfilo porque su conocimiento y apreciación de cada película que hablara era prodigioso, impresionante”.
El Instituto Lumière, del que el cineasta era presidente, anunció ayer la muerte del laureado director francés. “Con su esposa Sarah, sus hijos Nils y Tiffany y sus nietos, el Instituto Lumière y Thierry Frémaux tienen la tristeza y el dolor de informarles de la desaparición de Bertrand Tavernier”.
Realizador de casi una treintena de filmes, entre documentales y largometrajes de ficción, Tavernier parecía estar destinado a dedicar su vida al cine. Nació el 25 de abril de 1941 –en un mes hubiera cumplido 80 años–, en Lyon, Francia, la misma ciudad donde los hermanos Auguste y Louis Lumière inventaron el cinematógrafo hace más de un siglo.
Sus influencias como autor venían de otros cineastas como John Ford Jacques Becker y Jean Renoir. En 1984 ganó el premio a Mejor Director en el Festival de Cannes por la película Un domingo en el campo. Su cinta The bait, ganó en 1995 el Oso de Oro en el Festival de Berlín, y entre sus reconocimientos están cuatro premios César y un BAFTA.
“Era una persona con una gran sensibilidad propia y sobre el trabajo de los actores, además de ser muy ecléctico: Hizo películas que sucedían en Estados Unidos, en Francia, otras de época, trabajó con los mejores actores del mundo. Es una pérdida incalculable, monumental para la cultura cinematográfica del mundo. Para mí es el gran señor del cine”, dice Daniela Michel.
Capitán Conan, Borrón y cuenta nueva, La vida y nada más, El relojero de Saint Paul y Salvoconducto fueron parte de su filmografía como director. Todas estas películas formaron parte del ciclo de cine que el Festival Internacional de Cine de Morelia presentó durante su visita, encuentro en el que también dejó huella.
“Él nos propuso en ese momento hacer un programa dentro del festival que se llama México imaginario, que reúne películas de cómo otros cineastas del mundo han visto México. Bertrand fue muy generoso con el Festival de Morelia”, reconoce Daniela Michel.
Su último trabajo como director fue Viaje por el cine francés, un documental en el que por cerca de tres horas y media el director hace un recorrido en primera persona de las películas que le influyeron desde niño, hasta los inicios de su carrera.
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“Ese documental es la cosa más impresionante del mundo, cómo está narrado y armado. Así hablaba él, era alguien de quien podías tomar notas y notas y notas de tanto conocimiento que tenía”, señala Michel.
Entre los proyectos de Bertrand Tavernier quedó pendiente una actualización de su libro Amis américans, “una referencia cinéfila porque él entrevistó a muchísimos cineasta como Quentin Tarantino o Alexander Payne para que hablaran de cine estadounidense. Él quería incluir nuevos cineastas ahí”.
