Fin de semana dedicado a célebres figuras y glorias del cine francés en medio de un tiempo lluvioso y gris, nada acorde con la Costa Azul que recibe año con año al festival.
Primero le tocó a Alain Delon, la gran estrella del cine francés y no solamente quien acudio al festival para recibir una Palma de Honor por su carrera, acompañada por la proyección de la película del británico Joseph Losey Mr Klein (1976) donde Delon ofreció una de las muchas memorables actuaciones a lo largo de su trayectoria.
La decisión del festival a honrar a Delon conocido por sus opiniones homofóbicas, misóginas y nacionalistas, simpatizantes con la extrema derecha fueron acompañadas por sendas protestas al iniciarse el certamen. A pesar de esto el homenaje se desarolló sin problema alguno.
Nada de esto era por temerse, respecto al otro famoso personaje del cine anfitrión, el veterano y siempre activo realizador Claude Lelouch, quien regresó a Cannes con Los años más bellos de una vida, el filme que de alguna manera cierra el tríptico que se inició hace 52 años con la ya emblemática película Un hombre y una mujer, ganadora de la Palma de Oro y de 3 Oscares para Lelouch a sus 28 años de edad a la que siguió en 1986 Un hombre y una mujer-20 años después, igualmente estrenada en Cannes.
Fiel a los simbolismos y a los intérpretes que lo acompañaron a lo largo de este recorrido, el realizador confío de nuevo los papeles principales a los emblemáticos actores Jean-Louis Trintignant y Anouk Aimee, así como la presencia de Mónica Bellucci.
La película fue objeto de una larga ovación al termino de su estreno fuera de competencia, mientras que el pase de todos estos personajes míticos del cine galo por el tapete rojo del festival ofreció momentos de verdadera emoción al público que acudió para saludarlos.
De los veteranos a las nuevas generaciones el cine galo parece tener asegurada su supremacia a nivel de producción y de ingresos en su mercado nacional y a la exportación a la vez que muchos nuevos talentos parecen también garantizar la calidad de este cine nacional.
Prueba tangible el largometraje Retrato de una joven enardecida con el que la conocida realizadora Celine Sciamma accede de manera triunfal a la competición, después de haber presentado un par de películas en otras secciones del festival en ocasiones anteriores.
La realizadora logra integrar de manera a la vez convincente y conmovedora la relación intelectual y pasional de dos mujeres en una especie de obra íntima donde destacan las dos intérpretes principales Adele Haenel y Noemie Merlant acompañadas por Valeria Golino.
La segunda cinta en competición fue Una vida a escondidas la nueva y muy esperada entrega del peculiar cineasta norteamericano Terrence Mallick quien a lo largo de una decena de filmes, entre las cuales El árbol de la vida, Palma de Oro (201) y La línea roja, Oso de Oro en Berlín (1999), ha demostrado que es capaz de lo mejor y lo peor.