Una tarde, hace cinco años, el doctor Enric Sala navegaba por Internet y se encontró un artículo con un dato que lo alarmó: en 2040 no habrá hielo en el ártico durante los meses de verano. De inmediato se puso a investigar qué podría hacer para concientizar a la sociedad sobre esta crisis, y revertirla lo antes posible.
Fue así como descubrió una zona ubicada entre Groenlandia y Canadá conocida como "The last ice area", en la que todavía existían bloques de hielo permanente, y las especies están hasta cierto punto protegidas del cambio climático. Enseguida hizo maletas, convocó a un equipo de filmación, y viajó a este lugar para documentar lo que ocurría ahí, y tras instalarse, se encontró con la comunidad indígena que hace posible la subsistencia de ese lugar.
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"Cuando empezamos a filmar nos dimos cuenta que sin la comunidad inuit (los habitantes) no podríamos hacer nada. Necesitábamos su experiencia, entonces aprendimos que el cambio climático les afectaba más a ellos que a nadie más en el mundo, son la cara de este problema. Todavía estamos a tiempo de hacer algo, si hacemos el compromiso de preservar el 30% de los océanos, podríamos frenar el daño e ir en contra de las estimaciones", explicó.
Sala añadió que las acciones implementadas por algunos gobiernos han sido de gran ayuda para combatir la crisis climática, pero aunque observa que muchas personas no están conscientes del problema, considera que todavía falta mucho para ver un cambio real. "No hemos llegado al nivel de compromiso necesario. Hay países como Canadá, que lo toman muy en serio, y están desarrollando estrategias para la recuperación, hay líderes de países que son líderes ambientales y tienen esa visión clara, pero en muchas otras naciones fallan los líderes y no hacen la tarea. Tenemos toda la información del argumento científico, y es muy claro, la parte económica es fuerte también, pero en este momento lo que prevalece es el liderazgo político, son ellos a quienes se les tiene que hacer llegar el mensaje".
El biólogo no sólo se ha limitado a documentar el cambio de los ecosistemas, y en 2008 fundó el proyecto "Pristine seas", cuyo objetivo es identificar y proteger los últimos lugares salvajes del océano. A través de esta iniciativa, han contribuido a la protección de 4.5 millones de kilómetros cuadrados de territorio oceánico, y esperan ampliar esta cifra durante los próximos meses.
El público tendrá la oportunidad de ver algunos de los resultados del trabajo del doctor Sala con los documentales El último témpano y Pristine seas: Power of protection, que se estrenan por el canal de paga National Geographic este sábado a las 20:00 horas.
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