De grabar con un pequeño micrófono a estar nominado al Oscar, Fernando Cámara ha sido uno de los precursores del cine mexicano que ha visto y ayudado a crecer y consolidar a esta industria.
En su filmografía como sonidista, el capitalino y creador de la casa productora Resonancia, ha realizado cerca de 50 proyectos de cine nacional e internacional. Por este trabajo y por sus aportaciones en el cine mexicano, este sábado será reconocido con el Ariel de Oro, premio especial que entrega la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Desde su casa en Morelos, donde observa junto a su esposa cómo crece el pasto y sus mandarinas mientras se esconde del Coronavirus, el galardonado atiende una llamada con El Sol de México para hablar sobre este premio que no es más que una celebración para todos los cineastas, productores y técnicos que a través de las décadas ayudaron a convertir el cine nacional en lo que es hoy.
“Muchos de los esfuerzos no son míos, sino de toda la comunidad de cine en nuestro país. Hoy el cine mexicano está más sólido que nunca, porque hemos tenido grandes avances y logros. Si un pintor deja un cuadro o un escultor una escultura, nosotros dejamos buenas decisiones que quedaron presentes para el resto de la industria”, dice en entrevista.
Con esas decisiones, Fernando Cámara se refiere a “la lucha por los fondos público, a la constante batalla por tener una distribución y exhibición de nuestro cine. Pequeñas luchas que aún estamos lejos de ganar, pero que se siguen haciendo”.
Al igual que el cine neorrealista o la ola francesa con la que se formó, sus inicios como sonidista fueron de resistencia al igual que las del resto del gremio. Sus primeros trabajos como ingeniero de sonido, a finales de los años setenta, los realizó apenas con unos cuantos materiales al alcance.
“Esas primeras películas creo que las hice con un microfonito cualquiera. Y con el tiempo fuimos comprando inalámbricos y lavaliers para tener más mezclas y cosas. Lo mismo pasaba en las áreas de cámara o iluminación. Hay películas que se hicieron con cuatro o cinco lámparas, escenas que se filmaron con la luz de monitores de televisión porque no había otra forma. Empezamos con casi nada”.
La falta de recursos no quitaron los ánimos de sus miembros para demostrar que en el cine mexicano había calidad y no sólo producciones d ficheras o luchadores como era popular en la época.
“El mayor aporte que hemos hecho desde el 77, año en que salí de la escuela, es que el cine independiente de entonces se hiciera fuera de los cánones de la industria, incluso casi fuera de los Estudios Churubusco. Lo hacíamos quienes teníamos confianza y creíamos que la cinematografía tenía un lenguaje qué promover”, afirma.
“Directores como Jaime Humberto Hermosillo, Paul Leduc, Maryse Sistach, Pepe Buil y muchos otros hicieron sus aportes. Empezamos desarrollando primero las áreas de producción: armar una película, escribir un guion, desarrollarlo, financiarlo, filmarlo. Con Jaime Humberto hacíamos planos secuencia de 10 minutos donde todo era un autentico ballet de cables, cámaras, luces y técnicos chocando. Era un suplicio, pero lo hacíamos con calidad”.
Entre sus trabajos destacan títulos mexicanos como Voces inocentes, La vida precoz y breve de Sabina Rivas, El amor en los tiempos del cólera o Los parecidos. Pero si hay una película que para él marcó un punto de partida para el cine nacional es La invención de Cronos, ópera prima de Guillermo del Toro estrenada en 1993.
“Cronos es el punto de quiebre donde el cine independiente, del cual Del Toro es fundamental. Cobra importancia para quedarse como el cine mexicano establecido que hoy conocemos. Y de ahí en adelante hay cientos de pelis que han logrado establecerse y dialogar con el público. Esto ha sido importante porque ahí radica el compromiso que muchos cineastas tuvieron con nuestro cine”.
En el 2007, Fernando Cámara fue nominado al Oscar por su trabajo en la producción Apocalypto, dirigida por Mel Gibson. Y recientemente participó en la serie ZeroZeroZero, estrenada en 2019 en el marco del Festival de Cine de Venecia.
Estos reconocimientos y el trabajo por más de cuatro décadas en el cine mexicano son suficientes para que Fernando Cámara se sienta satisfecho. Por eso ahora se toma el tiempo de disfrutar la vida, sin presión en pensar lo que pueda venir para él en el futuro.
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“Ahorita estoy con mi esposa escondido del Coronavirus en Morelos. Estamos felices viendo cómo crece el pasto y las mandarinas, muy a gusto. Y para nada nos da el ánimo de salir a contaminar de Covid para hacer una comediucha de las que se hacen ahora. Así que me lo tomo con calma”.
Al igual que la primera actriz, Ofelia Medina, Fernando Cámara recibirá este sábado el Ariel de Oro en la 63 entrega de los premios que organiza la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. El programa especial será transmitido este sábado a las 21 horas por Canal 22 y las redes sociales de la AMACC.