Hollywoodgate, el documental que muestra cómo se rearman los talibanes gracias a EU

El documental Hollywoodgate, que recientemente se estrenó en el Festival de Cine de Venecia trata sobre lo que sus autores llaman el llamado "fracaso" de dos décadas de invasión

Magdalena Tsanis

  · lunes 4 de septiembre de 2023

La cinta, proyectada fuera de competición, muestra cómo durante un desfile participan algunos de los aviones y helicópteros estadounidenses reparados por los talibanes | Hollywoodgate

Helicópteros Black Hawk, aviones de combate, bombarderos B-52, rifles y fusiles estadounidenses en manos de los talibanes es lo que muestra Hollywoodgate, una película documental que ha llevado al Festival de Cine de Venecia la denuncia del "fracaso" de dos décadas de invasión.

El reportero egipcio Ibrahim Nashat, con una década de trabajo a sus espaldas en Oriente Medio y Europa para medios como Deutsche Welle o Al Jazeera, llegó a Kabul unos días después de la retirada estadounidense, a principios de septiembre de 2021, con el objetivo de contar lo que estaba pasando.

Con ayuda de un traductor afgano contactó con un joven talibán llamado M.J Mukhtar y entró en un complejo llamado "Hollywood Gate", que es una supuesta exbase de la CIA donde se acumula parte de ese equipamiento militar y que ocupa el centro de la narración.

Nashat se hizo periodista para poder cuestionar | Gabriel Bouys /AFP


A través de Mukhtar, Nashat conoció a Mawlawi Mansour, recién nombrado comandante de la Fuerza Aérea y llegó a un delicado acuerdo con él que le permitiría filmarles durante un año, periodo que concluye con la celebración del desfile militar del primer aniversario de "la liberación", a finales de de agosto de 2022.

El documental, proyectado fuera de competición, muestra cómo durante ese desfile, presidido por el entonces primer ministro afgano Mohammad Hasan Akhund y al que asisten autoridades rusas, pakistaníes e iraníes, participan algunos de los aviones y helicópteros estadounidenses reparados posteriormente por los talibanes.

El acuerdo para grabar pasaba por aceptar las condiciones de los talibanes. "El reto no fue tanto conseguir el acceso como mantenerlo", explica el director, acompañado en Venecia por su productor, Shane Boris, también responsable del oscarizado documental Navalny sobre el opositor ruso encarcelado por Putin.

"Veré lo que quieran mostrar y mostraré lo que vea, ese fue el acuerdo", explica Boris, consciente del fin propagandístico con el que contaban los talibanes al dejarse grabar. "Entendemos que la propaganda es un arma y hemos tratado de hacer algo diferente, desde nuestro punto de vista", recalcó.

La cinta quiere retomar el hilo justo donde lo dejaron los sumarios de los informativos hace dos años y denunciar "la ideología de las invasiones y la apuesta por resolver problemas con bombas, dejando muchos problemas colaterales", en palabras de Nashat.

"En Afganistán han fallado y no han pagado ningún precio por ello, es un país traumatizado por 42 años de guerra, primero los soviéticos, luego los británicos, los americanos y la OTAN, para finalmente irse y dejar el país en manos de los talibanes", apunta el director.

"Y la gente a la que iban a salvar, muchos han muerto, otros se han unido a los talibanes y ahora están en sus manos", agrega.


Desde que han vuelto a acceder al poder, los talibanes han prohibido la educación secundaria y universitaria femenina en Afganistán, y en febrero de 2022 la ONU alertó de una crisis humanitaria, con más de 22 millones de afganos amenazados por el hambre.

Nashat, afincado en Berlín, explica que él creció en una familia conservadora y que le empujaba al radicalismo. "Hui de eso y me hice periodista para poder hacer preguntas, que es algo que estos regímenes rechazan", dice.

Según datos del Pentágono que se mencionan en el documental, el equipamiento militar abandonado en Afganistán está valorado en más de siete mil millones de dólares, y gran parte está dañado, pero la base cuenta con material necesario para repararlo.

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El documental muestra a los talibanes recorriendo estas instalaciones, descubriendo también objetos más cotidianos, como un gimnasio completamente equipado, neveras llenas de botellas de alcohol o cajas de medicinas.

Algunos de los momentos de mayor tensión suceden durante las grabaciones de las conversaciones en las que preparan una operación contra la insurgencia. La cámara les sigue sobre el terreno pero hay un momento en que no le permiten seguir y sólo se escucha el sonido de los disparos.