Desde que en 1968, hace ya medio siglo, Stanley Kubrick conquistó la gloria con su película 2001, Odisea del espacio, el cineasta estadunidense nacido en Nueva York el 26 de julio de 1928 se convirtió en un imprescindible del cine y en uno de los hombres más influyentes del arte y la cultura de la segunda mitad del siglo XX; o sea que, hoy el fino realizador de La naranja mecánica que, inició su carrera en 1951, estaría cumpliendo 90 años de vida, pero murió el 7 de marzo de 1999 víctima de un infarto.
Precisamente, 2001, Odisea del espacio, obtuvo el Oscar en la categoría de efectos visuales, entre un cúmulo de premios internacionales que llevó el cineasta a sus vitrinas a lo largo de su deslumbrante, pero corta trayectoria fílmica, en justo reconocimiento a su talento, a la destreza y a la técnica empleados en su trabajo. Trece películas fueron suficientes para pasar a la historia.
Hoy, hablar de Kubrick es hablar de uno de los genios universales del cine, grandioso por el control total que ejercía en sus películas, pero también por la aportación que hizo de nuevas técnicas y formas narrativas que permitieron a la industria un avance significativo.
Suyas también son los cintas Barry Lyndon, El resplandor y Full metal jacket, entre otras que sorprendieron a crítica y público, unificándolos en un solo aplauso, pero además despertaron la admiración de cineastas de gran altura como Steven Spielberg, Woody Allen, Martin Scorsese, James Cameron y Ridley Scott, destacando el estilismo y simbolismo en sus obras; incluso Orson Welles, quien llegó a considerarlo “un gigante” entre los cineastas jóvenes de su época.
LA CUNA
Aquel 26 de julio de 1928 nacía en el Bronx, en el seno de una familia judía, el pequeño hijo de un doctor de sangre polaca, austríaca y rumana, que llegaría a convertirse en el artista, el visionario que daría al cine de ciencia ficción una nueva dimensión -valga la cacofonía-, y al séptimo arte en general con sus aportaciones lo mismo como fotógrafo que como director, guionista, editor y productor.
Su carrera comenzó en 1951 con el estreno de su primer proyecto, un corto documental llamado Day of the fight, al que le siguieron títulos como Paths of glory, Espartaco, Lolita, Dr. Strangelove y Eyeswideshut.
Paths of glory (Senderos de gloria) es un filme de corte antibélico, considerado uno de los mejores de Kubrick; por su parte, insertada en el género bíblico, Espartaco (con Kirk Douglas) conquistó cuatro premios Oscar en 1961.
Sin embargo, independientemente de la admiración de propios y extraños, el cineasta estadounidense no ha estado ajeno a la polémica: su película Lolita atrajo fuertes críticas al abordar un tema tan controvertido como la hebefilia, es decir, el interés físico o sexual de adultos o jóvenes por personas en la pubertad. No obstante, la cinta protagonizada por Sue Lyon y James Mason, concedió dos nominaciones a Kubrick como mejor director en los Globos de oro y el Festival de Venecia.
Otro de sus filmes más controversiales es La naranja mecánica, pues en él, Stanley presenta a un delincuente sociópata cuyos placeres son la música clásica, la violación y la violencia extrema. Se trata de la adaptación de la novela homónima de Anthony Burgess.
Pocos saben que aparte del cine, a Stanley Kubrick lo apasionaban la música y el ajedrez, inclinándose por el jazz y especialmente por la batería, instrumento que tocaba a placer en una banda. También practicó el periodismo fotográfico.
El Festival Internacional de Cine de Venecia, en Italia, lo honró con un León de Oro por su brillante trayectoria, en 1997.
SUS PELÍCULAS EMBLEMÁTICAS
1987. Full metal jacket
1980. El resplandor
1975. Barry Lyndon
1971. La naranja mecánica
1968. 2001, Odisea del espacio
1962. Lolita
1960. Espartaco
1957. Phats of glory
SUS AMORES
Se casó con Toba Metz, en 1948; luego con la bailarina Ruth Sobotka, en 1955, de quien se divorció unos meses más tarde y posteriormente se relacionó con Valda Setterfield, otra bailarina. Procreó dos hijas: Anya y Vivian, y tuvo una hijastra: Katherina.