Julio Hernández Cordón se ha caracterizado por llevar temas crudos a la pantalla, él se lo atañe a su formación académica, pues haber estudiado comunicación educativa lo ha hecho querer incentivar a la gente a problematizar y analizar su entorno para poder actuar ante los conflictos.
En su última película Cómprame un revólver, el director explora la libertad y la paternidad en un México, sin fecha en el que el narcotráfico y la inseguridad tiene acaparados todos los ámbitos sociales.
“Es un futuro en el que México retrocedió demasiado, en el que no hay leyes, son cosas que suceden en varias ciudades del país. Es como cuando estás con alguien y le hablas de otra persona para que no parezca que le estás hablando directamente, pero él se siente aludido, intenté jugar un poquito con eso” comenta en entrevista para El Sol de México.
El largometraje, que se estrenará este fin de semana, cuenta la historia de Huke, una niña que tiene que vivir con el rostro cubierto fingiendo ser niño y atada a una cadena para no ser robada. Su padre, un músico adicto busca protegerla por sobre todas las cosas tras haber perdido a su esposa y su otra hija.
“Es un homenaje a la gente que vive esta ruleta rusa en el país y que resisten y están ahí con todo en contra y que decidieron quedarse en México, un homenaje a esas personas que se las ingenian por existir, que cree que lo más importante son los niños y que a pesar de que no son personas perfectas son capaces de meter las manos al fuego para salvar a alguien” asegura.
Como padre de familia y con su propia hija como protagonista, Hernández Cordón creador de cintas como Gasolina o Te prometo anarquía, sabe la angustia y la impotencia de vivir en un lugar en el que el miedo y la inseguridad imperan.