GUADALAJARA. En 2018 María de Jesús Patricio Martínez se convirtió en la primera mujer indígena en aspirar a una candidatura independiente a la presidencia de México. Marichuy, como se le conoce popularmente, reunió 280 mil firmas de las más de 866 mil que se requerían para lograr que su nombre apareciera en la papeleta electoral.
Aunque las firmas no favorecieron su candidatura, los objetivos que planteó la asamblea del Congreso Nacional Indígena que la postuló como representante se lograron. “Vean, recorran y escuchen los problemas. Y que los medios de comunicación los transmitan. Pero a la vez (hay que) invitar a organizarnos desde abajo, porque solamente nosotros somos quienes vamos a dar ese gran cambio que se tiene que ir tejiendo y consolidando desde abajo”.
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Marichuy no sólo representó a los pueblos indígenas de nuestro país, sino también a las figuras femeninas que en este contexto donde “si los pueblos son considerados de segunda, pues las mujeres de tercera. Por eso la idea de nuestros hermanos zapatistas, que fueron parte importante en este proceso, de mandar a una mujer que fuera la que llevara la voz; pensamos que en esta lucha que soñamos y pensamos los pueblos, si no participa la mujer no es una lucha completa”, cuenta la activista.
La lucha y el trabajo que Marichuy realizó durante cuatro meses fue filmado por la directora Luciana Kaplan en La vocera, documental que se estrena en la 35 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, donde compite por el Premio Mezcal.
La historia llegó a oídos de Kaplan gracias a la productora Carolina Coppel.
“Nos pareció que era una oportunidad única porque era una mujer que venía con una propuesta diferente, que no tenía nada que ver con los otros partidos políticos; eso implicaba poner otra vez en la agenda nacional temas de los que nadie hablaba como la participación política, la defensa del territorio, la situación de los pueblos indígenas, pero también de los pueblos urbanos que están saqueados y olvidados y que es una situación que estaba pasando en todos lados”, comentó la directora.
Con el permiso del Congreso Nacional Indígena, Luciana Kaplan y su equipo siguió la ruta de Marichuy por diversos estados del país. Y “así como para ellos fue un viaje de descubrimiento de las comunidades indígenas, del nivel de despojo y de empobrecimiento del país, nosotros íbamos entendiendo cuál era su propuesta. Íbamos caminando un poco detrás tratando de entender a mayor profundidad qué era lo que nos estaba diciendo”.
La vocera no es un documental sobre Marichuy, dice Luciana Kaplan, “sino sobre el colectivo, sobre la importancia sobre las comunidades” y el activismo y organización que ellas han tenido durante años, comentó la realizadora en un diálogo organizado por el FICG sobre el proceso de desarrollo de esta cinta.
Para Marichuy, el no haber logrado la candidatura a la presidencia no significa un fracaso, porque su intención no era sentarse en la silla presidencial, sino la de mostrar por qué pensar diferente y organizar a las comunidades desde la raíz.
La activista no considera un fracaso no haber logrado la candidatura presidencial, su objetivo era organizar a las comunidades desde la raíz