CANNES. Muchos de los veteranos colegas en este festival debaten y otros tantos son los que, por cuestiones de seguridad sanitaria, no asistieron, bombardean desde lejos con la misma cuestión: ¿Es este Cannes como antes o la imagen difundida por el mundo por los medios esconde una realidad muy diferente? A juzgar por los tres primeros días se puede afirmar con seguridad que este evento es efectivamente diferente, tanto por las medidas de seguridad detalladas ya aquí, como por las molestias que ocasionan a los asistentes.
Diferencias considerables también en el número de gente asistentes -el delegado mismo Thierry Fremaux calculó a 20 mil personas-, en el ambiente festivo-menos cenas, parties, reuniones sociales- y en el número de celebridades presentes. Elementos que de alguna manera marcarían el futuro del certamen. Al mismo tiempo y a raíz justamente de esta situación se nota el muy bienvenido y considerable esfuerzo de ampliar el espectro temático y étnico en las selecciones, algo que sería una aportación bienvenida a la imagen futura del festival.
Dentro de esta última tendencia destacan la abundancia de temáticas femeninas y el número de realizadoras.
Reflejándose en la declaración de la actriz y novel directora norteamericana miembro del jurado internacional (significativo: 5 mujeres y 4 hombres) Maggie Gyllenhaal, “las mujeres de este jurado tendremos una mirada distinta sobre las películas de la competición”, esto se vio reflejado en el panorama de hoy de las películas en todas las secciones del certamen. En la competición y a través de tratamientos y logros desiguales dos peliculas: Lazos sagrados de Mahamat Saleh Haroun quien regresa por enésima vez al certamen, esta vez con un drama sobre la opresión de las mujeres y el tema tabú del aborto en su ciudad natal, de mayoría musulmán.
Por su lado otro habitual del certamen, el noruego Joachim Trier aportó con Julie en 12 capítulos -La peor persona del mundo, el poderoso retrato del desarollo de una joven en búsqueda de su lugar en el mundo donde la excelente protagonista Renate Reinsve merece figurar entre las serias candidatas al trofeo de actuación feminina.
África y el norte de Europa, dos universos social y culturalmente diferentes, se unen en la común búsqueda de mujeres en pro de su justo lugar en el mundo.
Mientras que ambas películas en competición fueron dirigidas por hombres, las que contribuyeron a esta temática en el resto de las secciones el día de hoy, son en su mayoría realizadas y escritas por mujeres. En la Quincena de Realizadores la inglesa Joanna Hogg retoma con Souvenir-2nda parte el hilo de Souvenir con la que en 2019 empezó a desplegar el esfuerzo de una joven cineasta para afirmarse como artista. Tilda Swinton y su hija Honor Swinton Byrne aportan unas destacadas actuaciones en ambas películas.
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La debutante sueca de origen costariquense Nathalie Alvarez Mesen aportó en la misma sección el poderoso retrato de una mujer de pueblo quien emprende un viaje místico-realista en búsqueda de su liberación de las opresivas convenciones religiosas, sociales y sexuales en su tierra natal.
Por su lado y siempre en la Quincena la actriz Kosovara Luana Bajrami hace un notable debut por detrás de la cámara, a través de La colina donde rugen las leonas, el dinámico y potente retrato de tres jóvenes mujeres quienes se rebelan con devastadores resultados contra los tabús y la opresión social en su pequeño pueblo balcánico. Excelentes las tres jóvenes actrices.
La otra importante sección paralela, aquella de la Semana de la Critica (SIC) compuesta por siete primeros largos, tampoco quedo atrás en la aportación a temáticas femeninas y mujeres realizadoras.
Clara Roquer trata en Libertad el tema de latinoamericanas de modestos recursos que emigran en España en busca de trabajo como servidoras domésticas. La productora Constance Meyer en su debut como realizadora ofreció con Robusto, una historia en tono de comedia, de una joven, quien se emplea como asistente de un exfamoso actor de cine. En este papel aparece nada menos que Gerard Depardieu.
Finalmente y siempre en la SIC una pareja de Somalies de modestos recursos tratan de conseguir los fondos para un trasplante de riñón en La esposa del enterrador, la primera película de Somalia que dirigida por Khadar Ayuderus aparece en Cannes.
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En un contexto totalmente diferente mencionaremos que las famosas y clásicas bandas norteamericanas de rock parecen estar de moda en esta edición de Cannes.
Después de los Clash quienes hicieron la música y activamente colaboraron con el realizador Leo Carax a la concepción de la película de inauguración Annette, hoy les tocó a los míticos Velvet Underground, ser el tema del homónimo muy interesante documental presentado fuera de competencia, dirigido por Todd Haynes quien regresa a Cannes donde en 2017 presento con éxito en competición Wonderstruck (Maravillado).