Luego de haberse convertido en la primera documentalista en ganar un Ariel a Mejor Dirección por Tempestad, Tatiana Huezo incursionó en el cine de ficción con la cinta Noche de fuego, la cual sigue la vida de tres niñas cuyas vidas se ven sacudidas cuando el narco se apodera de la comunidad en la que viven, y una habitante desaparece sin dejar rastro.
Esta cinta, basada en el libro Prayers for the stolen de Jennifer Clement y producida por Nicolás Celis, inicia su camino con el pie derecho, pues fue seleccionada para competir en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes de este año.
La protagonista, Mayra Batalla, celebró que este evento dé un espacio a este tipo de historias que muestran la violencia desde la mirada de la niñez, pues al ser situaciones de la vida real, considera necesario abordar sin miedo ni censura estos temas en cine y televisión.
“Tenemos esta idea de que los niños no entienden muchas cosas, no saben lo que está pasando o no se dan cuenta. Pero sí lo hacen perfectamente, y no sólo eso, sino que los afecta y los modifica”, explicó a El Sol de México. “No debemos ser ingenuos, finalmente es el mundo que está ahí y hay que hablar de eso con ellos, y darles herramientas para sobrevivir en un contexto de violencia”.
La actriz agregó que este proyecto es también un homenaje a todos aquellos que sobreviven en estos escenarios, y a la infancia que se ve obligada a utilizar la fantasía y los juegos para escapar de una realidad que los mantiene en peligro constante.
“Desgraciadamente es algo que permea en todo el mundo, porque de otros países también tocan estas historias desde su contexto. La película sobre todo celebra a la gente que viviendo en estas condiciones sale adelante, y se construyen una puerta para encontrar la vida”.
Durante los tres meses de rodaje tuvo la oportunidad de forjar una relación muy cercana con las tres actrices que interpretan a las niñas, hecho que le ayudó en su interpretación.
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Y es que para desarrollar la historia, trabajaron con la coach de actuación Fátima Toledo, quien “no cree en la construcción de personaje como tal, algo en lo que coincido bastante. Ella y Tatiana necesitaban que fuera Mayra, con mi historia de vida, mis traumas y mi experiencia, y que la pusiera al servicio de Noche de fuego”.
Respecto al trabajo con la cineasta, expresó que por ser documentalista, tuvo un gran rigor al momento de dirigir, pues su objetivo siempre fue acercarse lo más posible a la verdad.