Roma puede romper el domingo una tradición casi centenaria en el Oscar: nunca una producción en un idioma diferente del inglés se ha llevado el mayor premio de la noche, el de mejor película.
El drama autobiográfico del ya oscarizado Alfonso Cuarón aparece como serio favorito, aunque los premios de los sindicatos de la industria, que sirven como termómetro, no han coincidido y los expertos sostienen que la competencia está abierta.
La cinta, que ya ha arrasado con otros galardones, lidera las encuestas junto a Green Book, ambientada en los tiempos de segregación racial en el sur de Estados Unidos.
Rolling Stone y los sitios especializados Gold Derby e IMDB dan el premio a la película de Cuarón.
En ese caso un filme independiente, hecho en México y por mexicanos, filmado en blanco y negro y hablado en español y un dialecto indígena, cambiaría para siempre la historia del Oscar.
Roma, que llega al domingo con 10 nominaciones, relata la historia de las dos mujeres que marcaron la infancia de Cuarón: su madre, en pleno proceso de separación de su marido, y una joven empleada doméstica de origen indígena, embarazada tras sus primeras experiencias sexuales.
A través de las dos mujeres -interpretadas por las nominadas Marina de Tavira y Yalitza Aparicio respectivamente- la película ofrece un profundo retrato de los conflictos y jerarquías sociales del turbulento México de los años 70.
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