HUESCA. Afirmando que no se siente surrealista y considerando que serlo es otra manera de contar “lo que llamamos la realidad”, el director, guionista y escritor español Gonzalo Suárez recibió el Premio Luis Buñuel de la 49ª edición del Festival Internacional de Cine de Huesca por su extensa y multipremiada trayectoria como “uno de los nombres con mayúsculas del cine español, un cineasta completo con una capacidad creativa que sigue intacta”.
De buen humor, haciendo bromas y con mucha energía a sus 85 años, Suárez quiso eludir lo obvio, esto es la genialidad de Buñuel, y recordó la noche que compartió con el cineasta de Calanda, afincado en México.
“Pasamos toda una noche tomando vino y sardinas con Joaquim Jordà, y nos contó historias de toda índole. Por aquel entonces yo practicaba el periodismo, y escribí una entrevista muy extensa. Se la llevé antes de publicarla y se puso hecho una furia porque, claro, él no sabía que yo tenía planeado eso, que no lo tenía, sino que se me ocurrió después”, compartió.
“Le dije que no pasaba nada, que la entrevista se rompía y me dijo: ‘No, está bien escrita. Si hablara de mi portero también me interesaría’. Eso sí, Buñuel me censuró su entrevista, como estaba en su derecho, y cortó las cosas que le pudiesen molestar”, añadió.
Al seguir rememorando a Buñuel, sostuvo que él se encontraba mejor con los actores españoles, “lo cual a mí no me pasa siempre”, y luego argumentó que los actores extranjeros tienen un punto de exotismo y los actores españoles, sin destacar a unos en detrimento de otros, “tienen una parte costumbrista que me gusta menos tanto en el cine español como en la literatura española”.
Suárez, quien aseguró que en México se ha sentido muy bien, comentó que “es curioso que en Buñuel y México haya una vinculación espontánea y bastante difícil de expresar, porque se trata de un hombre aragonés con todas las características”.
No obstante, afirmó que Buñuel hablaba con toda pasión de las películas, actores y vivencias que tuvo en México.
En esta 49ª edición del Festival de Cine Internacional de Huesca, Suárez también presenta su último cortometraje, Alas de tiniebla que adapta una historia de su hija Anne-Hélène Suárez con dibujos de Pablo Auladell, así como el mediometraje El sueño de Malinche, creado igualmente al alimón con Auladell.
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Esta última producción ya fue presentada en México, en el Festival de Cine de Guadalajara, en la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar de la Universidad de Guadalajara y en Monterrey y el director, hoy premiado, confesó que tenía dudas de cómo podía ser recibido “un asunto tan peliagudo” como hablar de Hernán Cortés, de la Malinche, de Moctezuma.
“Tuvo mucho éxito y también entendí que la documentación que había hecho durante años con mi mujer Hélène, realmente había encontrado el equilibrio casi imposible entre estos dos países, casi imposible a la hora de contar la Conquista”, puntualizó.
Emocionado y agradecido de recibir el Premio Luis Buñuel, expresó que lo que más ilusión le hace es presentar estas dos películas, que nacieron, según Suárez, porque “yo había grabado unas voces con unos actores y no sabía qué hacer con ellas. Las grabé por desesperación, al haberme fallado un proyecto de película”.
Ahí entra, apuntó, el ilustrador Pablo Auladell, que no sólo encaja por su talento y sus dibujos tan sugerentes, sino porque “tiene un talante que soporta muy bien mi sentido del humor y mis juegos de palabras, ambos a menudo insoportables. Pablo es el que realmente ha traducido la historia a imágenes. Yo, como les pasa a la mayoría de los directores, soy el que menos ha hecho”.
Con el Premio Luis Buñuel, Gonzalo Suárez se une a una larga lista de personalidades que han recibido este galardón y donde aparecen nombres tan destacados como Bertrand Tavernier, Marisa Paredes, Stephen Frears, Carlos Saura, Ángela Molina, Jean-Claude Carrière, Costa-Gavras, Álex de la Iglesia, los hermanos Taviani o Isabel Coixet, entre muchos otros.
Gonzalo Suárez (Oviedo, 1934) es una figura imprescindible en el cine español, destacado en festivales como Cannes, Berlín, Río de Janeiro, Moscú, Chicago, París o San Sebastián. El cineasta, que se define como un “escritor que hace cine”, firma una obra cinematográfica y literaria en la que se entremezclan constantemente la realidad y la imaginación. Suyas son algunas de las películas más relevantes de la segunda mitad del siglo XX en España, como las multipremiadas Ditirambo, Remando al viento (por la que consiguió la Concha de Plata del Festival de San Sebastián y el Goya al Mejor Director), Epílogo (Premio de la juventud en el Festival de Cannes) o Don Juan en los infiernos, entre muchas otras.
En su palmarés figuran el Premio Nacional de Cinematografía, la Medalla de Oro de Bellas Artes, ha sido nombrado Caballero de las Artes y las Letras de Francia y de la Orden de Alfonso X el Sabio, la primera vez que se otorgaba esta condecoración a un director de cine; además de contar con ocho premios Goya para sus películas.
Su carrera como escritor ha ido paralela a su carrera como director de cine, y ha seguido publicando libros, como Gorila en Hollywood (1980), La reina roja (1981), Ciudadano Sade (1999), El hombre que soñaba demasiado (2005), Las fuentes del Nilo (2011) o La musa intrusa (2019).
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