GIJÓN. Con todo el esplendor de la variedad de su oferta y recuperando el tiempo perdido, la Semana Negra de Gijón inició este viernes la celebración de sus 35 años de vida con presentaciones de libros, la comida, el mercadillo, los conciertos y las atracciones.
“Es nueva cada año y, a la vez, la de siempre”, señaló el director de contenidos de la Semana Negra de Gijón, Ángel de la Calle, quien destacó la capacidad del festival de reinventarse en la adversidad.
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Refirió que en tiempos de pandemia, “conseguimos mantener la presencialidad de los autores cuando nadie en el mundo pudo hacerlo, y gracias a la tecnología del streaming y a la ayuda de organismos y medios de comunicación que difundieron nuestro canal de YouTube y nuestra página web, conseguimos llegar a más gente que nunca en los lugares más apartados del globo”.
De hecho, el 28 de diciembre pasado, el Ministerio de Cultura del Gobierno de España le entregó la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, que distingue a las personas y entidades que hayan destacado en el campo de la creación artística y cultural o hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico.
De la Calle enfatizó que esta distinción pertenece al pueblo de Gijón, “que es el responsable último de que este festival irreverente, festivo y culto exista”.
La Semana Negra de Gijón es un festival literario nacido en 1988 gracias a la iniciativa del escritor Paco Ignacio Taibo II, actual director del Fondo de Cultura Económica de México y que se celebra cada verano en Gijón, Asturias, norte español, organizado por la Asociación Cultural Semana Negra y cuenta con el apoyo de diversas administraciones, además de patrocinadores privados.
Comenzó dedicado exclusivamente a la novela negra, pero se ha ido ampliando a la ciencia ficción, el cómic, la fantasía y la novela histórica. En sus más de tres décadas de historia, se ha convertido en un referente de los festivales literarios combinando durante una semana lo cultural con lo festivo y mezclando la literatura nacional e internacional con la música, el cine o la fotografía.
La 35 edición se prolongará hasta el domingo 17 con 150 autores en un formato híbrido. El ex jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero hablando de Borges, la presencia de Rosa Montero hablando de su último libro El peligro de estar cuerda y la mesa redonda ¿Para qué escribir si se lo va a llevar el viento o la guerra?, moderada por Paco I. Taibo II y Ángel de la Calle, forman parte los siete días de programación.
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El premiado escritor nicaragüense Sergio Ramírez presentará en este marco su novela Tongolele no sabía bailar, con la que vuelve al género negro en torno a Nicaragua y el fin del sueño de la revolución, mientras que el griego Petros Markaris trae a Gijón, norte español, Cuarentena, volumen de relatos en el que se sumerge en la pandemia actual.
Ángel de la Calle, recalcó que “la promoción de la lectura, como siempre, es el objetivo de este festival, pero este año ponemos los cuidados al mismo nivel, pues no hemos salido de la pandemia, aunque miremos para otro lado porque la mortalidad de la infección ha disminuido y otros problemas nuevos se añadan al virus”.