El Centro Histórico de la Ciudad de México cuenta con múltiples inmuebles antiguos que se han convertido en una emblema de la capital, tal es el caso de la Casa de los Azulejos, la cual tiene su origen desde la época del Virreinato.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el origen de la Casa de los Azulejos se remonta al siglo XVI, durante el Virreinato. Construida en la calle San Francisco, la cual hoy se conoce como Madero. Dicho inmueble tiene un estilo de construcción barroco mexicano, bastante común en el siglo XVII.
De acuerdo con el difusor cultural México Alternativo, de la UNAM, explica que el inmueble fue revestido de talavera poblana desde el siglo XVIII. Además, señala que fue propiedad de los Condes del Valle de Orizaba hasta 1871. Para, posteriormente, convertirse en la sede del Jockey Club de México en 1914, el cual se volvió en un lugar de alta alcurnia, pues la élite porfiriana solía visitar dicho club.
De acuerdo con Círculo Sanborns, sitio web del restaurante, la Casa de los Azulejos se convirtió en una residencia privada en 1919, pues fue adquirida por el estadounidense Frank Sanborn.
Dicho sitio explica que en 1903, los hermanos Walter y Frank Sanborn, comenzaron su emprendimiento en el país con una droguería (farmacia) en la Ciudad de México, con el tiempo agregaron una fuente de sodas, incluso se comenta que el mismo Porfirio Díaz llegó a ser un comensal.
Con el inicio de la Revolución Mexicana, los hermanos tuvieron distintas ideas de cara a su futuro, pues mientras Frank se quedó a consolidar su establecimiento, Walter regresó a Estados Unidos debido a la guerra que azotaba al país.
Frank fue un visionario para la época, pues su única sucursal contaba con:
- Restaurante
- Salón de té
- Fuente de sodas
- Tienda de regalos
- Farmacia
- Dulces
- Librería
- Tabacos.
La Casa de los Azulejos cuenta con un gran peso cultural por su historia y cultura, pues cuenta con dos grandes murales al interior del restaurante: Pavorreales (1918) del artista húngaro, Pacologue y Omnisciencia (1925) del mexicano José Clemente Orozco.
De acuerdo con Grupo Sanborns, tras consolidarse como uno de los restaurantes más populares del ciudad, Frank Sanborn vendió su restaurante a la Walgreen Drug Company de Chicago. Siendo hasta 1985 que la cadena de restaurantes se convierte en una empresa mexicana, pues la mayoría de las acciones de Sanborn Hermanos fueron adquiridas por Grupo Carso S.A.B de C.V.