El portón lateral de Palacio Nacional, considerado como patrimonio cultural, que resultó dañada el 6 de marzo por el impacto de una camioneta de la CFE durante las protestas de un grupo de normalistas de la Escuela Rural Normal Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, presenta daños locales regulares a severos, aunque conserva su estabilidad estructural en general. El costo de la reparación está estimado en 700 mil pesos, informó el INAH.
“Fue un impacto fuerte para el portón que sí genero daños que afectan su estabilidad estructural. Sin embargo, no colapsó, se mantiene vertical y se encuentra en su lugar, aunque tiene pérdida de algunos materiales y fracturas. Pero todo el daño que tiene se puede resarcir: Todos los elementos son recuperables y algunos se pueden reforzar, porque sí presentaron una fractura importante.”, explicó en entrevista telefónica con El Sol de México la conservadora Ana Bertha Miramontes Mercado.
La especialista es la responsable de la Dirección de Conservación e Investigación de la Coordinación Nacional de Conservación de Patrimonio Cultural. Órgano perteneciente Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien supervisará los trabajos de restauración que quedarán a cargo de autoridades de Palacio Nacional y la Secretaría de Cultura Federal.
IMPORTANTE VALOR HISTÓRICO
Con unas dimensiones aproximadas de tres metros de alto y 1.80 metros de largo, este portón ubicado en la calle de Moneda tiene un importante valor histórico, “en principio porque forma parte del monumento histórico de manera integral, que es uno de los accesos más usados de Palacio Nacional; pero también porque pudo haber sido fabricada a finales del siglo XIX y principios del XX”, según apuntó la especialista, quien afirmó que se trata de un objeto compuesto por dos puertas de cedro blanco, el cual ha presentado distintas intervenciones a lo largo del tiempo.
“La historicidad del monumento histórico nos indica que (al portón) se le ha dado constante mantenimiento en varios periodos históricos y en la actualidad. Por el diagnóstico que estamos realizando, sí hemos visto que hay algunos injertos que forman parte de sus distintas etapas de mantenimiento y conservación”, dijo la restauradora, quien al preguntarle si este portón había mostrado daños por algún suceso histórico específico anterior, mencionó que no, por encontrarse “naturalmente protegida, al ser una entrada lateral”.
LA RESTAURACIÓN SERÁ EN EL LUGAR
Sin dar una fecha específica para la conclusión de los trabajos de restauración, por la gestión que implica, la conservadora asegura que será en un tiempo de corto a mediano plazo que éste regresará a su estado previo al impacto.
“Hemos notado que la hoja del lado izquierdo u oriente necesita ser desmontada, así como el tratamiento de estabilización estructural que se atenderá inmediatamente, por lo que esperamos que esté lista en un periodo corto. Estamos acostumbrados a supervisar, apoyar y asesorar proyectos que se desarrollan in situ (en el lugar), por lo que se podrá seguir usando ese acceso de manera controlada, y, por supuesto, con la implementación de un sistema de protección temporal, mientras se trabajan las hojas”, a firmó la especialista.
Por el tipo de daños recibidos en ambas partes del portón, Miramontes Mercado dijo que se necesitará recuperar el estado original de algunas malformaciones en la madera, así como la recuperación del encuadre del bastidor y la instalación de injertos en algunas zonas. Tras este trabajo, también se realizarán tratamientos de protección contra plagas, y aplicación de solventes contra fuego, así como de barnices que asegurarán su conservación contra inclemencias del tiempo.
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Sobre las afectaciones sobre paredes y ventanas y herrería en el marco de la misma entrada del recinto, Miramontes dijo que requieren trabajos menores de conservación que también serán supervisados por el INAH. De igual forma, mencionó que hasta el momento no se han reportado más afectaciones ni al exterior ni al interior del recinto.