Durante estos días, en los hogares y centros de trabajo se acostumbra a colocar ofrendas y altares de Día de Muertos, con la finalidad de recordar a los seres queridos con sus platillos favoritos.
En ellos, las flores de cempasúchil, panes de muerto, calaveritas de azúcar y los papeles picados no pueden faltar. Estos elementos además de tener un significado dentro de la ofrenda de Día de Muertos, llenan de color y olores a los altares dedicados a los fieles difuntos.
Sin embargo, algunas personas por falta de tiempo u otras razones, deciden no colocar las ofrendas de Día de Muertos. Aquí te contamos qué pasa cuando olvidan colocar estos altares.
¿Qué pasa si no pongo ofrenda de Día de Muertos?
La tradición mexicana tiene diferentes leyendas para explicar qué pasa si no colocas ofrenda en el Día de Muertos. Una de estas es recordada por el Gobierno de México.
La institución detalla que un campesino, que dedicaba sus días a labrar sus tierras, decidió ir a trabajar en la víspera del Día de Muertos, debido a que consideraba que la colocación de ofrenda era una pérdida de tiempo y no quería gastar dinero en algo que para él no era importante.
Al paso de unas horas de trabajo, comenzó a escuchar voces en su milpa, las cuales le pedían de comer.
Hijo, tengo hambre. Hijo, quiero comer unos tamales. Ven con nosotros.
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Inicialmente pensó que las voces eran producto de su imaginación, debido a que su milpa estaba muy lejos del pueblo, por lo que nadie podía estar cerca de ella. Sin embargo, su incredulidad terminó en miedo, cuando identificó que las voces eran de sus familiares fallecidos que pedían comida y platicaban entre sí.
Por ello decidió irse a su casa. Al llegar, le pidió a su esposa matar un guajolote, hacer tamales y colocar un altar en honor a sus familiares fallecidos; mientras que él tomaba un descanso.
El campesino dormía mientras su esposa cocinaba los tamales y otros platillos, los colocaba en el altar y elevaba oraciones para los difuntos. Después de un largo tiempo, al ver que su esposo no despertaba, la mujer decidió hablarle para que participara en la celebración, pero no logró hacerlo porque el hombre había muerto.
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Los habitantes del pueblo consideraban que el campesino había muerto como consecuencia de no haber colocado la ofrenda de Día de Muertos.