Eider Rodríguez se inspira en lo cotidiano

La escritora ha encontrado en el relato la manera de expresarse tanto en euskera como en castellano

Carmen Sánchez | El Sol de México

  · viernes 3 de enero de 2020

La escritora del país Vasco, Eider Rodríguez, (Rentería, Guipúzcoa), quien presentó en México su reciente libro Un corazón demasiado grande, dice que sus historias suelen ser íntimas y las encuentra en el día a día, en lo cotidiano, suelen ser impactantes y a la vez, tener una carga social.

La autora, quien también ha abordado el ensayo en su producción literaria, cuenta que primero escribe en euskera, la lengua de la región donde vive y su obra, ha sido traducida al castellano, al italiano, al alemán, al holandés, al francés, lo cual la complace y la hace manifestar la razón de su orgullo: “porque llegas a otros lugares del orbe, lo que no haces viajando, es algo que no se paga con nada”.

Eider estuvo en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y al respecto de estar en este magno evento en nuestro país, expresa con emoción que su experiencia fue buena “ves tú librito perdido entre tal multitud y eso te hace sentir bien, para calmar los egos”.

Rodríguez, también ha ejercido el periodismo y actualmente es profesora de la Universidad del País Vasco, profesión que combina con su pasión por las letras que comparte a través de sus publicaciones y platica en entrevista, qué temas son los que le inquietan.

“Yo escribo con mucha economía de lenguaje, intento sacar a relucir lo inquietante del día a día, saber que tiene atrás de asombroso lo prosaico y repetitivo. Me gusta abordar lo cotidiano y me considero una mujer que escribe con mucho detalle”, destaca la entrevistada.

Precisa sobre su literatura: “Escribo historias que están ancladas en la actualidad, casi todas ellas en el país Vasco y en otros lugares. Siempre intento relatar aquello que no sale en los periódicos, pero si hay en estos textos contenido social y político. Están presentes cuestiones como la violencia, la precariedad laboral, la pareja, relaciones maternas filiales distantes y hay algunos escritos que vienen de la guerra civil, todos son independientes, sin hilo conductor”.

De su predilección por el relato, la española comenta: “Me siento muy cómoda en éste género, porque siempre tengo muchas historias que quiero contar y lo que pasa es que en ocasiones no son lo suficientemente grandes para estar en una novela y es posible que ya haga una, porque cada vez escribo relatos más largos”, menciona la escritora.

Respecto a su libro Un corazón demasiado grande, manifiesta que originalmente lo escribió en euskera bajo el título Bihotza handiegia, la cual publicó a finales de 2017 "y la verdad tuvo buena acogida -relata Rodríguez- y en 2018 premiaron y desde entonces no ha parado de darme sorpresas y al mismo tiempo lo publicaron en catalán y castellano. Ahora irá a los países de habla hispana latinoamericanos y estoy muy contenta".

La autora señala que lo que más le sorprende es que "algo escrito con la mayor intimidad, me ha llevado a sitios lejanos e interesantes y me hace sentir muy satisfecha, yo siempre escribo en euskera. Es el cuarto libro de relatos, tengo uno de ensayos y un cómic. Me considero sobre todo cuentista, los anteriores también fueron traducidos en castellano y en otros idiomas".

Eider Rodríguez indica que hay otros escritores del país Vasco que han llevado sus historias a otros niveles como el caso Bernardo Atxaga y en general, la literatura en euskera vive un buen momento, añade la escritora y la mayoría de ellos son traducidos y de esa manera los libros de los escritores vascos viajan por todo el mundo.

"Cada vez hay más publicaciones, una industria del libro y hay editoriales (en el país vasco) y gente que lee en euskera, clubs de lectores, existe un circuito interesante".

Por último, la escritora menciona que sus expectativas en la literatura es seguir contando lo que su visión de su entorno le dicte y al preguntarle quien es su autora favorita como cuentista, sin dudarlo da el nombre de Alice Munro, Premio Nobel de literatura 2013.