C ada día, en México ocho mujeres menores de 40 años son diagnosticadas con cáncer de mama, un padecimiento que, como en otros países en vías de desarrollo, amplía su presencia entre las más jóvenes, afirmó Lizbeth López Carrillo, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Durante su participación en el primer Seminario sobre Cáncer de Mama, organizado por el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, la especialista destacó además que cada año se identifica esa enfermedad en un promedio de 20 mil 444 pacientes, de las cuales mueren cinco mil 680, sobre todo en los estados del norte del país y en Jalisco.
“El 90 por ciento de los casos se conocen por autodetección, mientras que se cuenta con una cobertura diagnóstica por mamografía de un poco más del 20 por ciento”, puntualizó.
El doctor Malaquías López Cervantes, profesor de la Facultad de Medicina señaló que las mujeres con tamizaje (evaluación de una enfermedad específica en personas asintomáticas) reducen en 20 por ciento las posibilidades de morir por este padecimiento.
Sin embargo, recomendó hacer una reflexión profunda sobre los métodos, pues por cada caso que se previene hay tres sobrediagnosticados. El propósito del tamizaje es adelantar el pronóstico para mejorarlo mediante la intervención oportuna, sostuvo.
A nivel mundial, prosiguió, hay un debate sobre la periodicidad con la que las mujeres adultas deben hacerse la mamografía, pues algunas organizaciones la recomiendan de forma anual y otras bianual, modificando también la edad, dejando un grupo flexible de los 35 a los 55 como el de mayor vigilancia.
En México, ese proceso aún es tardío, pues de los casos nuevos, 90 por ciento son detectados por la propia mujer en etapas de diseminación y sólo dos por ciento se identifican en etapas in situ o en el estadio uno.
Respecto a los métodos, en el país se utilizan básicamente tres: el autoexamen de seno, el examen clínico y la mamografía, una exploración de imagen por rayos X de la glándula mamaria, con la cual se detectan protuberancias, tumores y calcificaciones en las estructuras fibroepiteliales internas.
Al hablar de los avances del tratamiento, Juan Enrique Bergalló Rocha, jefe del Departamento de Tumores Mamarios del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), indicó que en 1950 el promedio de sobrevida en mujeres con tumores mamarios era de 40 por ciento, actualmente sobrevive el 80 por ciento.
“Hemos avanzado en la detección temprana, pero en muchos países el diagnóstico aún es tardío y la célula del cáncer tiene muchos mecanismos para desarrollarse. Aunque hay una relación entre el tamaño del tumor y el avance de la enfermedad, a veces causan la muerte los de un centímetro”, resaltó.
En respuesta a la ampliación de este padecimiento en mujeres jóvenes y en edad reproductiva, el INCan cuenta con un programa especial para ese grupo, en el que se considera la cirugía conservadora y estética para preservar la mama en el mejor estado posible, así como la radioterapia.
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