El escritor mexicano Rafael Pérez Gay habla de Arde, memoria, su reciente libro, una antología de cuentos que tuvo como premisa, “que tuvieran intensidad”. A petición de la editorial Tusquets donde se realiza la entrevista para Organización Editorial Mexicana (OEM), el autor realizó el trabajo de recopilación de sus textos, contenidos en títulos como Me perderé contigo, Llamadas nocturnas, Paraísos difíciles de roer, No estamos para nadie y El corazón es un gitano, "todos los que tuvieran un trozo de remembranza", enfatiza el también periodista, quien se dio el trabajo de releer sus libros “a los que no había regresado”, expresa.
“Nosotros no podríamos recordarlo todo porque sería insoportable, ni siquiera Funes el memorioso de Borges, bueno, él sí, pero la memoria es con lo que vivimos permanente, una forma de evocar, de ser nosotros mismos, nos dice hasta donde podemos ir, un poco nos dice, siendo pasado, de nuestra identidad”, expresa Rafael Pérez Gay.
¿Fue una especie de corte de caja? “Descubrí la obviedad más misteriosa e inquietante que es el paso del tiempo. Ya no puedo traer a comparecer al joven de 35 años que escribió esos relatos, entonces traigo al conjunto del cuerpo literario, un primer bloque que son sicoanalíticos, parejas preocupadas por sus destinos, jóvenes ante el misterio del futuro y tienen un toque de fantasía de mundos paralelos y sueños rotos, luego en la parte que sigue hay un asomo del escritor que he querido ser y de imaginación, los que siguen que son relatos súbitos, son como un descanso y la parte concluyente es más intima" .
¿Como escritor, que le da el cuento o el relato?
“El relato le da a un escritor la rapidez, la movilidad para plantear historias y un vaticinio de la vida y sus interrogaciones.
Yo vengo del periodismo, del literario y de observación de la realidad mexicana, por lo que no tuve el falso dilema de periodismo o literatura, para mí el periodismo tiene que estar bien escrito, como la novela y el cuento debe tener la contundencia del buen periodismo, a mí me gustan los que pueden ser animales literarios, anfibios, que puedan partir de un hecho real, que se muevan hacia un mundo fantástico siempre que sea un paso natural".
¿Le gustaría ver sus cuentos en cine?
“Me gustaría, yo creo que los escritores, sobre todo mexicanos, deberían ver cine nacional y los cineastas deberían leer libros de su propio país y no hablo solo de los míos, yo leo novelas actuales que casi las estoy viendo en la pantalla grande, no solo ahí, sino en series televisivas, esto falta en la cinematografía, aunque tenemos cineastas extraordinarios, triunfando en Hollywood, deberían converger estas dos expresiones”.