Por poco más de una hora, la noche de este miércoles 19 de octubre, los más de 11 mil kilómetros de distancia que hay entre México y Corea dejaron de existir, gracias espectacular presentación del Festival K-Intangible Heritage, que se presentó en la Alhóndiga de Granaditas en el marco de la 50 edición del Festival Internacional Cervantino.
Fue una cautivadora muestra del patrimonio inmaterial coreano, organizada por el Centro Nacional del Patrimonio Inmaterial de Corea (NIHC, por sus siglas en inglés) como conmemoración de los 60 años de relaciones diplomáticas entre nuestra nación y el país asiatico.
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Todo comenzó con un “Namsadang”, la cual es una actuación que sirve de exordio para llamar la atención del público. En ella se contó, con bases musicales y dramáticas de la música “pansori”, la antigua historia de “Simcheongjeon”, una hija devota que se lanza al mar Indangsu, dando su vida a cambio de 300 sacos de arroz para devolverle la vista a su padre ciego, pero que al al final logra salvarse para volverse emperatriz y lograr su objetivo de dar vista al anciano ciego.Con una gran ejecución de percusiones y canto coral, esta interpretación estuvo a cargo de la agrupación IPKASON Studio.
Luego vino la tan esperada “Buchaechum” o Baile de abanicos tradicional, realizado por la sociedad de Preservación Kim Baekbong Buchaechum, cuyas integrantes parecían flotar con sus largas faldas y extenderse grácilmente con el uso de sus abanicos que rasgaban el viento y se escuchaban casi como un afilado desplegar de alas, una espectacular coreografía que dista bastante de los movimientos que ve estamos acostumbrados a ver en occidente.
Casi como si fuera un entremés escrito por Cervantes, se dio paso a una pequeña representación cómica acompañada de la danza “Sahachum” o danza de los leones, la cual fue adaptada con motivos mexicanos, pues el único actor que interactuaba con los leones estaba vestido con zarape y sombrero y gritaba en cada tras cada remate chusco “¡Olé!”, seguramente por las raíces hispanas que inevitablemente compartimos en México. Este espectáculo fue realizado por La Tienda de Actuación “Choori”, conformado principalmente por jóvenes actores.
En esa montaña rusa (o deberíamos decir coreana) de emociones, la cúspide escénica fue la presentación de un “Namsadang nori”, la cual es una actuación humorística y de gran exigencia musical y física, que cautivó a todos los guanajuatenses y otros visitantes, quienes dijeron que estaban viendo una especie muy particular de “Cirque du Soleil Coreano”, el cual fue arriesgadamente interpretado por el Grupo Creativo G-YEA.
El show terminó con la conjunción de todos integrantes de los números quienes honderaron las banderas de México y Corea al son de un muy emotivo “Cielito Lindo”. ¡Salud!