El teatro: el bichito que contagió a Lía Jelín

La directora de la obra Toc toc asegura que dirigir es sacar lo mejor de un actor

Mónica Rubalcava | El sol de México

  · lunes 3 de junio de 2019

Si algo tiene claro en la vida aquella mujer menudita de ojos verdes y cabello rojo intenso, es que al teatro no se le etiqueta como comercial o como independiente, sino, como bueno o malo.

Con una sonrisa en la cara que la mantiene preparada para reír a cualquier instante, la directora de teatro argentina, Lía Jelín, cuenta sus anécdotas y su pasión por el teatro.

Siempre expresiva, Jelín se ha abierto espacio en un ambiente en el que ser mujer “ha sido difícil”, y aunque no da muchos detalles sobre eso, explica que también ha aprendido a sacar lo mejor de cada actor que pisa el espacio por ella liderado.

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“Es difícil ser una directora de teatro, lo que aprendí es que hay que trabajar con el deseo del actor más que con el deseo del director, o sea, ser muy hábil, muy cariñoso para poder llevar al actor por el lugar que el director piensa pero que el actor siente, entonces es todo un trabajo amoroso”.

Jelín, se formó como bailarina en Israel, sin embargo asegura que el teatro “es un bichito que te contamina y no lo puedes dejar nunca más”.

“Bailé en el municipal de Buenos Aires, el Teatro San Martin, en los años 60 fui bailarina solista en La Plata, que tiene un teatro maravilloso y poco a poco empecé haciendo coreografías para actores, me llamaban para hacer teatro para chicos y cada vez me fui moviendo hacia el teatro, hacía el teatro de texto, o sea, de no hablar nada a comprender un texto de Shakespeare, y me formé y trabajé como actriz en la televisión, dirigí a grandes c apocómicos (jefe de compañía teatral) en Buenos Aires y bueno nada así llegue, ya estoy yéndome” dijo entre más risas.

Cuando le preguntas a la directora sobre lo qué le falta hacer en el teatro, ella contesta “quedarme un poco más tranquila porque ya soy un poco mayor, digamos que hay que dejar que vengan otras generaciones”.

Sin embargo, eso no parece estar cerca pues a sus 80 años de edad dirige la obra Toc toc en México y está próxima a recibir un premio en Argentina por la obra Los martes orquídea, “yo me vuelvo a la argentina y posiblemente tenga que hacer un show con una vedette”.

En Argentina “acabo de ganar el premio Estrella de mar para mejor dirección por una obra completamente blanca que es una película de 1940 que se llama Los martes orquídea, la época de oro del cine argentino y mexicano, yo adoraba ver a Jorge Negrete cuando mi hermana me llevaba al cine, la rehicimos, y fue adorable, un éxito extraordinario” asegura.

Para la multipremiada directora el recibir los premios “siempre es una caricia al corazón, pero en realidad es el amor al teatro, porque el teatro no es ni cine ni televisión, es tracción a sangre, no es un beso a través de un vidrio como la televisión, es persona con persona, sangre con sangre, cuerpo con cuerpo”.

Es por eso que la directora considera que a veces se olvida del teatro debido a la popularidad del cine que aunque considera “es muy importante y la televisión también, como el teatro no hay, desde Aristófanes, Eurípides, Sófocles y de antes también, son 2 mil 500 años y uno agarra una obra como Medea y se queda deslumbrado”.

La versatilidad de Jelín no tiene límites, ella afirma que “me divierte saltar de una punta a la otra” y aunque ella lo llega a ver un poco como una dificultad, así “como hace un show y de repente hace El rey se muere de Eugéne lonesco, pero a mí me gusta eso, me gusta la diversidad, el teatro no es bueno o malo no es comercial o independiente, yo hago teatro de sótano también, he hecho El cabaret de los hombres perdidos, tres años seguidos lunes martes miércoles ¡en un sótano! Y fue un éxito y no es teatro comercial”, dice con mucha emoción.

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Para la experimentada actriz, el papel más preciado de toda su trayectoria lo llevó a cabo en 1982 “se llamaba Recless concert, ( Concierto a pedido)y era una obra que tenía cuatro páginas que describía acciones de una señorita mayor que llegaba a su pequeño departamento, lo que pasaba hasta el momento que se iba a dormir, sin una sola palabra y sin hacer pantomima sino, sólo pensamiento y acción y ¡la gente adivinaba lo que yo pensaba! eso fue extraordinario, eso cambio la mirada que yo tenía del teatro”.

Sobre la obra Toc toc que actualmente dirige en el país, considera “en realidad es un pieza complicada, difícil que necesita de los actores una entrega total y desinhibirse de hacer el ridículo, son enfermos pero de cualquier manera logran cierta mejoría después de una hora y media de teatro logran mejorar de sus trastornos obsesivos compulsivos, es una obra que da esperanza”.

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