Si un libro tuviera vida y contara sus experiencias personales, ¿qué tipo de anécdotas diría? Con esta idea es como Chema Arreola y Nelly Rosales dieron vida al proyecto LibrosVivos, una serie de monólogos donde actores como Rodrigo Murray o Diana Bracho dan vida al objeto llamado libro y cuentan sus vivencias.
“La idea era encarnar un libro, que lo conociéramos como es; saber qué le ha pasado en 50 años, porque es alguien famoso, que está en la crisis de la mediana edad y tiene algunos problemas o percepciones con sus hermanos, La cólera y Las putas, es decir, la obra de su padre, Gabriel García Márquez”, explica Chema Arreola, nieto del escritor mexicano Juan José Arreola.
50 de Cien, reflexiones de un libro en soledad, basado en Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, es uno de las obras que cobra vida gracias a la actuación de Rodrigo Murray. El espectáculo que se presenta hoy y el seis de noviembre en el Centro Cultural Helénico, busca humanizar al libro para poder acercarse al público de una forma más personal.
“Porque cuando te das cuenta, estás frente a un libro que se escapó de su estante, y que te platica una serie de cosas que le suceden cuando se ha humanizado, como un objeto que ha pasado por muchas manos y muchos ojos”, explica Arreola, quien también se desempeña como baterista y músico.
LibrosVivos surgió en 2014 en el marco del Vive Latino, cuando se montó la carpa Rock & Libros, “donde durante cuatro días hicimos cruces entre escritores y músicos. Tuvimos la experiencia de participar con Juan Villoro, Xavier Velasco o Pascual Reyes. Unos meses después, cuando observo mucho apetito por estos espectáculos, me doy cuenta de que podemos llegar a este proyecto”.
Además de Cien años de soledad, LibrosVivos también presenta los espectáculos La Cena, hay una mujer que habla en mis sueños, a partir de la obra de Alfonso Reyes, interpretado Emilio Guerrero; así como Confabulario, un hombre de traje y capa y el cabello alborotado, al que da vida Mauricio Isaac.
Sin embargo, la intención de este proyecto no es sólo retomar obras clásicas de la literatura en español, sino convertirse en una vía para que jóvenes actores y escritores presenten sus propuestas a nuevos públicos.
“La plataforma pretende ir hacia abajo, que sirva como un modelo en el que puedas ir a comunidades y enseñarles cómo vivir un libro; que los alumnos de teatro se alíen con quienes están publicando por primera vez y presenten sus libros bajo estas condiciones para que en el futuro ayuden al fomento de la literatura”, finaliza.