La muerte forma parte de los ritos culturales a lo largo del mundo, algunas religiones la consideran el fin de la vida, mientras que otros creen que es el inicio de algo nuevo, para los budistas del Tíbet, el entierro celestial es el acto final para romper la relación del cuerpo físico con el “ser” y los lazos con sus parientes aún vivos.
El entierro celestial o Jhator es una ceremonia religiosa del Tíbet que tiene más de 13 siglos de práctica, y por medio de ésta se trata de regresar a la naturaleza lo que se dio en vida al difunto, comenzando así su proceso de reencarnación, ya que para los budistas tibetanos no existe un cielo o infierno.
Generalmente, el jhator se realiza en un monasterio budista que implementa todo el proceso de despojar al difunto de su cuerpo terrenal, sin la presencia de los familiares.
¿En qué consiste el entierro celestial?
De acuerdo con Israel Estrada Camacho, Doctor en Ciencias Biomédicas y escritor del libro "Innovación de las Ciencias Forenses", el entierro celestial consiste en dejar el cuerpo del difunto desnudo al aire libre, donde los buitres carroñeros se alimentarán de él, hasta no dejar nada, insectos, hormigas y la tierra serán los encargados de deshacerse de los elementos orgánicos restantes que rodean el esqueleto.
Según la creencia, el cuerpo es solo el envase del ser, por tal motivo regresarlo a la naturaleza es parte del proceso para agradecer la vida. Los tibetanos aseguran que, si los buitres devoran completamente el cuerpo, significa que la persona fue buena.
Después de que las aves carroñeras terminaron con los desechos, se recoge el esqueleto y comienzan a cortarlo, separando las extremidades de la columna vertebral, la cabeza y el tronco. Los huesos se machacan para mezclarse con harina tostada de cebada y se vuelve a ofrecer a los buitres para que terminen de deglutir.
Por último, se enciende una hoguera con los materiales que se usaron durante el entierro celestial, en el fuego se purifica el cráneo del difunto y se ofrece como recuerdo al familiar.
➡️ Únete al canal de El Sol de México en WhatsApp para no perderte la información más importante
En la actualidad, este rito fúnebre se muestra, en algunas zonas, al público como una atracción para los turistas que pagan 30 yuanes a los monjes para presenciar el ritual.