En la actualidad existe una gran cantidad de artistas femeninas que dominan la escena musical, desde Taylor Swift hasta Dua Lipa, pasando por Miley Cyrus o la española Rosalía y la colombiana Shakira, entre muchas otras.
Pero a principios de los años 80, cuando Ana Torroja comenzó en la música, no era así. Ella fue una de las primeras figuras que comenzaron a trazar nuevos caminos y quien abrió nuevas brechas como figura y voz principal de Mecano. Por ello es una figura indispensable de nuestra época.
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¿Ana, qué tanto has cambiado en estas cuatro décadas de música?
¡Uy! Yo creo que la esencia se mantiene, pero he ido evolucionando con los tiempos, por aquello de renovarse o morir. Realmente la vida sigue, los tiempos cambian. En estos 40 años de carrera, la industria de la música, el cómo se escucha la música y cómo se escriben canciones, ha cambiado tantísimo que ha habido que irse adaptando a las nuevas formas y a las nuevas fórmulas, pero a mí eso me ha resultado no sólo muy enriquecedor, ya que siempre se está aprendiendo, sino también motivador… El hecho de salir de mi zona de confort, que por personalidad me gusta hacerlo, la verdad es que me ayuda mucho a seguir avanzado y a seguir queriendo hacer música, para hacer cosas diferentes y sorprender, con mayor o menor éxito, porque no siempre llueve a gusto de todos, pero siempre siendo honesta con lo que yo siento.
Lo que no ha cambiado es la forma en la creación de las canciones, cuando llega la musa y te toca el oído… Porque si no hay buenas canciones no hay nada, y tu siempre has ofrecido buenas canciones, ¿cómo lo haces?
Bueno, eso intento, no todos opinan como tú. Intento hacer canciones que siento que a la gente le van a gustar. Realmente cuando uno escribe; no sé si hablo por todos; escribes sobre lo que en ese momento estás sintiendo, lo que estás viviendo. La musa llega, pero llega en un momento concreto. Lo que hizo hace un disco ya no sirve para este, o la canción anterior ya no es igual a este momento, porque todo está en constante cambio. Por eso hay que ser honesto con uno mismo. Para mí, cuando escribo me tiene que emocionar lo que escribo, o lo que escribo con alguien o lo que me regala algún autor, que también ocurre. Tengo que emocionarme y decir: ¡Ahhh, Si yo fuera oyente o consumidor de música, que lo soy, esta canción me llamaría la atención! Y así es como funciono. Pero claro, nunca gustarás al cien por cien, pero por lo menos, el hecho de ser consecuente con lo que uno siente, piensa y vive en ese momento, yo creo que la gente lo valora y aprecia.
Eres una figura femenina tremendamente importante para la música ¿Has pensado en lo trascendental que eres para muchas mujeres? Enseñaste a hombres y mujeres que eso también lo podían hacer las mujeres.
Si he sido la llama que ha encendido ese motor para que alguien diga -aquí estoy yo, quiero hacer esto y voy a conseguir eso,- daría todo el sentido a mi vida. Es relevante que la mujer se de su valor, pero también es importante que el hombre de ese valor a la mujer, como mujer y como persona. Realmente en la música, ahora hay muchísimas mujeres liderando las listas y haciendo música. Y eso me llena de orgullo, porque yo recuerdo cuando empezamos a principios de los 80, las disqueras decían que las mujeres no vendían y no había mujeres que lideraran vocalmente a un grupo, entonces para mí eso ha sido una lucha y lo que le ha dado sentido a mi vida, el hacer que las mujeres se sientan con la fuerza y la independencia de decir esto es lo que quiero y esto es lo que voy hacer y conseguirlo trabajando mucho. Nadie te regala nada, pero se consigue.
Con tantos éxitos, ¿cómo le haces para seleccionar un setlist para tus conciertos?
Es complicado, pero he descubierto un truco que me ha ayudado muchísimo: Normalmente, hay canciones que siempre están, porque han ido trascendiendo y heredándose de generación en generación, y porque a mí me sigue gustando cantarlas y creo que están igual de vivas que cuando nacieron. Eso por un lado, las imprescindibles siempre están. Luego voy dejando descansar algunas, voy recuperando otras porque necesito renovar el set list. También me atrevo, o me aventuro, a versionar algunas canciones, siempre respetando la esencia, sin hacer marcianadas. Los conciertos son casi un cincuenta cincuenta de canciones de Mecano y de mi carrera como solista, porque también ya tengo muchas, y el público las conoce todas. Pero lo que ocurrió en un concierto en Chile hace muchos años, es que las personas van a verte y quieren que les cantes su canción favorita y a veces en el set list del tour no está la que querían escuchar. Entonces abro un espacio para peticiones del oyente, canciones a la carta. Me quedo en el escenario sola con la gente y cantamos a capella. Vamos cantando pedacitos de las peticiones y es un momento muy mágico y muy especial y que la gente agradece muchísimo… Y yo también.
¿Qué diferencias notas entre el público europeo y el latinoamericano? Concluiste la gira por México y vas a Europa, por ejemplo al Sevilla Fest.
Al principio, en los años 80, había mucha diferencia, por ejemplo entre el sur de España y el norte, y mucha diferencia entre España y Latinoamérica. México siempre fue y sigue siendo un país apasionado, que lleva la música en el ADN, que la música existe en todos los momentos de la vida, tanto en los tristes como en los alegres. Y esa pasión por la música no existía en España. México siempre es especial, no lo sé, esa entrega absoluta sin analizar, simplemente para disfrutar es muy importante y México la tiene.
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¿Qué sigue en tu carrera, cuál es el siguiente gran reto?
No sé (ríe). Cuando uno va cumpliendo años, a pesar de que mi personalidad siempre ha sido de intentar vivir el momento, cuando uno va haciéndose mayor se da cuenta de que sólo eso es lo que existe. Así que de momento sigo disfrutando. No sé cuál será el siguiente reto, alguno habrá. Pero sigo disfrutando de esta gira que llevo ya casi tres años con ella. Yo quería parar, pero no me dejan. En algún momento terminaré para vaciarme, para poder volver a llenarme de cosas para contar. Por eso en algún momento necesitaré parar para ver si llega la musa y revisar que viene después. En el camino la musa va lanzando algunas ideas que llegan en ráfagas y cuando menos te lo esperas llegan las ideas… Por lo pronto, en cada uno de los conciertos les auguro una resaca de felicidad.