“Desde muy pequeño, siempre estuve relacionado con la música y de alguna forma la música tradicional gallega siempre ha estado presente en mi vida. Yo soy de Galicia, una ciudad que está en la Península Ibérica, justo encima de Portugal, es un lugar donde la música tiene un papel muy importante y de alguna forma está muy ligada a la vida diaria, pero en algún momento esa relación se rompió, por así decirlo, ya que necesitaba descubrir otras músicas y otros géneros, así que empecé a llegar un poco a la electrónica y a conectar con esa parte más actual y más vanguardista de la música”.
Esa es la explicación que el artista gallego Baiuca encuentra sobre cómo hace ya varios años tuvo la necesidad de hacer coincidir dos mundos, en apariencia alejados.
“Saqué mi primer disco (Solpor) en 2018, y es un disco que intentaba ser una primera referencia de esa relación entre entre la música tradicional y la música electrónica, y es que a muchos artistas lo que nos sucede es que vemos esos dos mundos muy separados, pero a mí me interesaba romper esas barreras y también tener un lugar intermedio entre los dos”.
Por lo anterior, el artista explica que otra necesidad del proyecto era no casarse con un solo tipo de escenario:
“Desde el primer momento, mi proyecto se planteó como que no teníamos que tocar en determinados sitios concretos, sino que había que tocar lo mismo en un museo que en una fiesta, estar en todos lados, porque así es un poco también como yo me siento como oyente, por los gustos que tengo”.
De Galicia para el mundo
Y por supuesto, esta cualidad le abre a Baiuca la posibilidad de enfrentarse a un público mucho más amplio.
“Sí, al final yo creo que el proyecto bebe de pequeños nichos; obviamente creo que Galicia es un lugar donde tenemos muy buena acogida, porque la música tiene ahí un sentimiento y unas emociones que se crean cuando uno escucha una música que tiene que ver con su tierra, pero yo siempre planteé el proyecto para que fuera una música para escuchar en todo el mundo o para mostrar cuál es la cultura que tenemos en Galicia a otros lugares, ¿no? Y al final estamos consiguiendo llegar a sitios muy diferentes, y con públicos que no tienen nada que ver unos con otros”.
Sin embargo, lo anterior también ha ocasionado que algunas personas vean en este proyecto ciertos tintes nacionalistas, lo cual niega rotundamente el músico.
“Es verdad que hay gente que de alguna forma me ha preguntado si hay algo de nacionalista en mi propuesta, porque bueno, Galicia fue un país durante muchos años, fue un reino, aunque ahora forma parte de España, además de que sabemos que en este país hay ciertos sentimientos muy nacionalistas en ciertas regiones, como en Cataluña, pero en este caso no se trata de eso, a mí más bien me gusta crear países en el sentido de mantener una cultura, de relacionar estas emociones y estas sensaciones que tenemos, pero no más allá”.
Sobre las colaboraciones
Acorde a la usanza de nuestros días, Baiuca suele colaborar con otros artistas, quienes le aportan distintos elementos y visiones a su propuesta, aunque no fue así desde el principio.
“El primer disco fue un disco más solitario, en el que prácticamente lo hice todo yo, pero en el siguiente (Embruxo, 2021) quería echar mano de gente que tenía cerca y que sentía que podía aportar algo diferente al álbum, además de también aportarme a mí, porque toda esa sabiduría o esos conocimientos no los podría tener sin contar con otros músicos”.
Para fortuna de Alejandro, varios de esos músicos terminaron quedándose con él, para formar parte de la banda con la que se presenta en directo, aunque de cualquier manera confiesa que para él la grabación de un disco y la puesta en escena son dos cosas muy distintas.
“Tampoco pienso los discos como algo que no se puede hacer en vivo, no, yo creo que hay que grabar y hacer el álbum que uno vea mejor y luego ya se verá si se puede defender o no en directo, pero primero es importante hacerlo, concretarlo… Y ya después vemos cómo lo tocamos en vivo, ¿no? Creo que nunca pensé en un disco como una cosa que tuviera que tener relación con él directo”.
Sobre México, en donde se ha presentado en escenarios como el del festival Bahidorá, asegura que su experiencia aquí fue completamente positiva.
“Yo tengo ganas de volver, no sé aún cuándo se podrá, pero debo decir que México me trató muy bien, fueron unos días en los que estuve muy a gusto, la gente bailó bastante y una experiencia muy positiva. En el caso del festival, me gustó mucho el sentido de respeto de la gente, porque por ejemplo, en España los festivales suelen ser más caóticos en general”.
Sobre su independencia como artista, Baiuca comenta que esta le ha permitido vivir completamente de la música desde hace ya un tiempo.
“Vivo de la música aproximadamente desde hace unos cuatro años; es cierto que cuando empecé con Baiuca estaba trabajando en una tienda de ropa en Madrid, pero ahora el proyecto va muy bien en general, tanto el de la banda, como las presentaciones que a veces hago yo solo, es un show muy audiovisual, y ese otro formato también me permite a mí tener una una economía, por así decirlo, del proyecto para hacer cosas más pequeñas o más grandes, según lo que se requiera”.
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Antes de finalizar, el artista comparte que le gustaría trabajar en otro tipo de proyectos, como la música para películas o la producción de otros artistas, además de más música nueva, en la cual ya está trabajando.