/ martes 22 de octubre de 2024

[Exclusiva] Tito Ramírez, el príncipe de la nostalgia

En plena era de lo digital y lo artificioso, este músico apuesta por los sonidos que nuestros abuelos escuchaban hace más de medio siglo… Platicamos con él antes de su próxima presentación en la capital mexicana

De la vista nace el amor… Y a veces la confusión. Cuando el año pasado nos llegó el nuevo álbum de un artista llamado Tito Ramirez, titulado El Prince, todo lo que veíamos en la portada nos remitía a los años cincuentas del siglo pasado: desde la tipografía hasta la estética rudimentaria y sobre todo el atuendo del personaje, quien ataviado con una capa y un antifaz negros presumía a su mascota en una mano y su espada en la otra.

La incógnita creció cuando abrimos el disco y lo pusimos en la tornamesa, pues se trataba de una curiosa fusión de mambo, soul, boogaloo y rock and roll que reforzaba la teoría de que se trataba de un artista que quizá vio sus mejores días hace varias décadas.

El músico se presentará el 31 de octubre en la Ciudad de México, acompañado de los TNT All Stars

Sin embargo, en la contraportada encontramos algunas pistas que apuntaban hacia otra dirección: los títulos de las canciones estaban escritos con una tipografía más bien “chola” y la presencia de dos etiquetas más bien actuales: Nu-Tone Recordings -cuyo lema por cierto es “The Sounds of Tomorrow, Today”- y por otro lado El Volcán Música, sello discográfico español que tiene entre sus filas a artistas como Víctor Coyote, Joe Crepúsculo y el Instituto Mexicano del Sonido.

O sea que sí, estábamos ante una obra actual, pero inspirada en los sonidos del ayer… O mejor dicho de anteayer.

Después de hacer la correspondiente búsqueda en las cada vez más contaminadas aguas del internet, encontramos las últimas pistas que nos faltaban: Que Tito Ramírez se llama en realidad Pedro Poyatos, que es un miembro activo de la escena R&B española (anteriormente militó en otro proyecto infalible, llamado Los Granadians del Espacio Exterior) y que antes de El Prince había editado otro LP titulado The Kink of Mambo, además de varios sencillos.

Puedes leer: Siddhartha sigue conquistando al mundo en solitario

Y todo lo anterior cobra relevancia para quienes vivimos de este lado del charco porque, a un año del lanzamiento de El Prince, Tito Ramírez se presentará en la Ciudad de México tal y como suele hacerlo en cada una de sus presentaciones: acompañado de una orquesta y ataviado con sus elegantes ropas que parecen extraídas de una película de El Santo.

Así que nos dimos a la tarea de localizar a este músico para que nos contara más sobre su enigmático personaje, sus influencias artísticas y su regreso a México.

Tito, la gente se sorprende cuando descubre no sólo que eres un artista actual, sino de que además seas español.

Sí, me preguntan mucho de dónde soy y se extrañan bastante cuando digo que soy español; a veces respondo en broma que soy de Puerto Rico y no falta el que contesta: ¡Lo sabía! Y entonces ya les digo: Pues no lo sabías tanto (ríe).

De cualquier modo, el factor latino no es algo ajeno a la propuesta de este artista, quien comparte que desde niño era admirador de ciertas músicas provenientes de este lado del mundo:

“Mi amor por la música latina comienza gracias a la música que mi abuelo escuchaba, y que iba desde Perez Prado hasta Xavier Cugat, que en su época eran lo máximo, algo así como los Bad Bunny de su tiempo… Luego fui encontrando sus discos en las tiendas antiguas y fue así como me fui enamorando del bongo, de las trompetas y de ciertos ritmos latinos que de repente ponía en las fiestas y que funcionaban mucho con la gente”.

Admira a músicos como Pérez Prado y Xavier Cugat, quienes dice que fueron los Bad Bunny de su época, porque también llevaron los ritmos latinos a buena parte del mundo

Es curioso que digas que Pérez Prado y Xavier Cugat eran los Bad Bunny de su época, porque mucha gente sigue creyendo que este furor por la música latina en el mundo es el primero que sucede en la historia.

Claro, y ha sucedido muchas veces, también con Gloria Stefan y su Miami Sound Machine, por poner sólo algún ejemplo, pero es que desde los años cincuenta Xavier Cugat estaba metido en Hollywood, tocando en bandas sonoras y demás… Afortunadamente esto ha sucedido muchas veces y esperamos que siga sucediendo.

Vendrás a tocar a México, pero con una orquesta distinta a la que tienes en España. ¿A qué se debe esto?

Sí, porque de momento tengo una banda en México, que son los TNT All Stars y que son unos muchachos bien jóvenes pero muy versátiles que la están haciendo de banda de acompañamiento de diferentes artistas de soul, de reggae y de boogaloo mambo, como Joe Batán y Jason Joshua, y yo quedé enamorado de ellos y por eso de momento son mi banda de apoyo en Latinoamérica. De hecho se llaman Los Imperiales, pero yo los rebauticé como TNT All Stars.

Hay cierto misticismo alrededor del personaje de Tito Ramírez, lo cual supongo que es completamente premeditado.

Bueno, es que en la música cuenta tanto la nota como el silencio, y quizás en esta época de sobreinformación no está de más separarse un poco del público, por eso a veces iba por ahí enmascarado o con gafas de sol, porque de esa manera se crea también el mito y todo se centra más en la música y en la portada del disco que en otras cosas que ahora son más típicas en las redes sociales, donde vivimos en una especie de Big Brother permanente en el que pareciera que tienes que estar constantemente contando lo que haces, dónde estás y cómo te encuentras. Y yo respeto todo eso, pero prefiero jugar más a la falta de información y eso me ha funcionado, así también me ahorro el tener que mostrar hasta el momento en que estoy comiéndome una hamburguesa.

Esta no será la primera vez que toques en México, por lo que ya sabes cómo es todo de este lado del mundo.

Sí, la verdad es que yo soy un enamorado de México, ya lo había visitado años atrás y me encanta el público mexicano, me parece muy entusiasta y me parece que tiene mucho corazón, que no le tiene miedo a mostrar sus sentimientos y que le gusta ser fanático, porque a veces en Europa la gente es más fría, por así decirlo, mientras que ustedes son como los japoneses: les gusta aprenderse la canción, ir al concierto y cantarla, y todo eso se nota y se agradece.

Para quienes aún no han visto un show de Tito Ramírez, ¿tú cómo lo definirías?

Para mí es un viaje musical y de baile; un viaje estilístico que toma mucho de los años cincuentas y sesentas pero que también deriva de los sonidos latinos, de la psicodelia, del garage, rhythm and blues; diría que es algo muy variado, por lo que la gente va saltando y bailando de un estilo a otro.

¿Hubo algún momento en tu vida en el que tuvieras esa revelación de decir: Quiero dedicarme a la música?

Bueno, es que hubo un momento en el que, aunque yo sabía que ese veneno ya estaba dentro de mí, aún necesitaba conseguir el dinero para vivir de otras actividades, pero siempre supe que la música sería una de las cosas que más me gustaban en la vida, así que no creo que dejaría de hacerla nunca, aunque no ganara dinero… ¡Aunque me costara dinero!

En lo que va de este siglo han surgido muchos proyectos exitosos de R&B y neo soul… ¿A qué crees que se debe que la gente siempre se enamora de estos ritmos?

Bueno, para empezar a que el uso de la melodía vocal es algo muy agradable para el ser humano, a los humanos les gusta escuchas a otros humanos, pero también a que en esta época de sonidos digitales y ahora de inteligencia artificial, pues las armonías vocales te llegan al alma y lo hacen además de una manera muy dulce y creo que ahí radica un poco de la magia que tiene este tipo de música.

¿Grabas tu música de manera análoga, como casi todos los exponentes de estos géneros?

Normalmente grabo de forma análoga, aunque en alguna parte del proceso sí utilizamos la computadora, pero como siempre utilizamos como productor a Óscar Martos, pues utilizamos microfonía y todos los elementos para lograr esa calidez que escuchamos en los discos antiguos y que ya no se da con los equipos digitales; digamos que tratamos de utilizar las mismas herramientas que utilizaban nuestro ídolos.

Antes de concluir, ¿hay algo que quieras agregar?

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Decirle a la gente de México que nos veremos por allá el jueves 31 de octubre, que estaré con Jason Joshua, que es mi compadre de Miami y que al fin se animó a bajar para estar con nosotros en la que será la fiesta más caliente del día en la Ciudad de México, ¡así que no le falten, para que después nadie les cuente!

@djconchaytoro

De la vista nace el amor… Y a veces la confusión. Cuando el año pasado nos llegó el nuevo álbum de un artista llamado Tito Ramirez, titulado El Prince, todo lo que veíamos en la portada nos remitía a los años cincuentas del siglo pasado: desde la tipografía hasta la estética rudimentaria y sobre todo el atuendo del personaje, quien ataviado con una capa y un antifaz negros presumía a su mascota en una mano y su espada en la otra.

La incógnita creció cuando abrimos el disco y lo pusimos en la tornamesa, pues se trataba de una curiosa fusión de mambo, soul, boogaloo y rock and roll que reforzaba la teoría de que se trataba de un artista que quizá vio sus mejores días hace varias décadas.

El músico se presentará el 31 de octubre en la Ciudad de México, acompañado de los TNT All Stars

Sin embargo, en la contraportada encontramos algunas pistas que apuntaban hacia otra dirección: los títulos de las canciones estaban escritos con una tipografía más bien “chola” y la presencia de dos etiquetas más bien actuales: Nu-Tone Recordings -cuyo lema por cierto es “The Sounds of Tomorrow, Today”- y por otro lado El Volcán Música, sello discográfico español que tiene entre sus filas a artistas como Víctor Coyote, Joe Crepúsculo y el Instituto Mexicano del Sonido.

O sea que sí, estábamos ante una obra actual, pero inspirada en los sonidos del ayer… O mejor dicho de anteayer.

Después de hacer la correspondiente búsqueda en las cada vez más contaminadas aguas del internet, encontramos las últimas pistas que nos faltaban: Que Tito Ramírez se llama en realidad Pedro Poyatos, que es un miembro activo de la escena R&B española (anteriormente militó en otro proyecto infalible, llamado Los Granadians del Espacio Exterior) y que antes de El Prince había editado otro LP titulado The Kink of Mambo, además de varios sencillos.

Puedes leer: Siddhartha sigue conquistando al mundo en solitario

Y todo lo anterior cobra relevancia para quienes vivimos de este lado del charco porque, a un año del lanzamiento de El Prince, Tito Ramírez se presentará en la Ciudad de México tal y como suele hacerlo en cada una de sus presentaciones: acompañado de una orquesta y ataviado con sus elegantes ropas que parecen extraídas de una película de El Santo.

Así que nos dimos a la tarea de localizar a este músico para que nos contara más sobre su enigmático personaje, sus influencias artísticas y su regreso a México.

Tito, la gente se sorprende cuando descubre no sólo que eres un artista actual, sino de que además seas español.

Sí, me preguntan mucho de dónde soy y se extrañan bastante cuando digo que soy español; a veces respondo en broma que soy de Puerto Rico y no falta el que contesta: ¡Lo sabía! Y entonces ya les digo: Pues no lo sabías tanto (ríe).

De cualquier modo, el factor latino no es algo ajeno a la propuesta de este artista, quien comparte que desde niño era admirador de ciertas músicas provenientes de este lado del mundo:

“Mi amor por la música latina comienza gracias a la música que mi abuelo escuchaba, y que iba desde Perez Prado hasta Xavier Cugat, que en su época eran lo máximo, algo así como los Bad Bunny de su tiempo… Luego fui encontrando sus discos en las tiendas antiguas y fue así como me fui enamorando del bongo, de las trompetas y de ciertos ritmos latinos que de repente ponía en las fiestas y que funcionaban mucho con la gente”.

Admira a músicos como Pérez Prado y Xavier Cugat, quienes dice que fueron los Bad Bunny de su época, porque también llevaron los ritmos latinos a buena parte del mundo

Es curioso que digas que Pérez Prado y Xavier Cugat eran los Bad Bunny de su época, porque mucha gente sigue creyendo que este furor por la música latina en el mundo es el primero que sucede en la historia.

Claro, y ha sucedido muchas veces, también con Gloria Stefan y su Miami Sound Machine, por poner sólo algún ejemplo, pero es que desde los años cincuenta Xavier Cugat estaba metido en Hollywood, tocando en bandas sonoras y demás… Afortunadamente esto ha sucedido muchas veces y esperamos que siga sucediendo.

Vendrás a tocar a México, pero con una orquesta distinta a la que tienes en España. ¿A qué se debe esto?

Sí, porque de momento tengo una banda en México, que son los TNT All Stars y que son unos muchachos bien jóvenes pero muy versátiles que la están haciendo de banda de acompañamiento de diferentes artistas de soul, de reggae y de boogaloo mambo, como Joe Batán y Jason Joshua, y yo quedé enamorado de ellos y por eso de momento son mi banda de apoyo en Latinoamérica. De hecho se llaman Los Imperiales, pero yo los rebauticé como TNT All Stars.

Hay cierto misticismo alrededor del personaje de Tito Ramírez, lo cual supongo que es completamente premeditado.

Bueno, es que en la música cuenta tanto la nota como el silencio, y quizás en esta época de sobreinformación no está de más separarse un poco del público, por eso a veces iba por ahí enmascarado o con gafas de sol, porque de esa manera se crea también el mito y todo se centra más en la música y en la portada del disco que en otras cosas que ahora son más típicas en las redes sociales, donde vivimos en una especie de Big Brother permanente en el que pareciera que tienes que estar constantemente contando lo que haces, dónde estás y cómo te encuentras. Y yo respeto todo eso, pero prefiero jugar más a la falta de información y eso me ha funcionado, así también me ahorro el tener que mostrar hasta el momento en que estoy comiéndome una hamburguesa.

Esta no será la primera vez que toques en México, por lo que ya sabes cómo es todo de este lado del mundo.

Sí, la verdad es que yo soy un enamorado de México, ya lo había visitado años atrás y me encanta el público mexicano, me parece muy entusiasta y me parece que tiene mucho corazón, que no le tiene miedo a mostrar sus sentimientos y que le gusta ser fanático, porque a veces en Europa la gente es más fría, por así decirlo, mientras que ustedes son como los japoneses: les gusta aprenderse la canción, ir al concierto y cantarla, y todo eso se nota y se agradece.

Para quienes aún no han visto un show de Tito Ramírez, ¿tú cómo lo definirías?

Para mí es un viaje musical y de baile; un viaje estilístico que toma mucho de los años cincuentas y sesentas pero que también deriva de los sonidos latinos, de la psicodelia, del garage, rhythm and blues; diría que es algo muy variado, por lo que la gente va saltando y bailando de un estilo a otro.

¿Hubo algún momento en tu vida en el que tuvieras esa revelación de decir: Quiero dedicarme a la música?

Bueno, es que hubo un momento en el que, aunque yo sabía que ese veneno ya estaba dentro de mí, aún necesitaba conseguir el dinero para vivir de otras actividades, pero siempre supe que la música sería una de las cosas que más me gustaban en la vida, así que no creo que dejaría de hacerla nunca, aunque no ganara dinero… ¡Aunque me costara dinero!

En lo que va de este siglo han surgido muchos proyectos exitosos de R&B y neo soul… ¿A qué crees que se debe que la gente siempre se enamora de estos ritmos?

Bueno, para empezar a que el uso de la melodía vocal es algo muy agradable para el ser humano, a los humanos les gusta escuchas a otros humanos, pero también a que en esta época de sonidos digitales y ahora de inteligencia artificial, pues las armonías vocales te llegan al alma y lo hacen además de una manera muy dulce y creo que ahí radica un poco de la magia que tiene este tipo de música.

¿Grabas tu música de manera análoga, como casi todos los exponentes de estos géneros?

Normalmente grabo de forma análoga, aunque en alguna parte del proceso sí utilizamos la computadora, pero como siempre utilizamos como productor a Óscar Martos, pues utilizamos microfonía y todos los elementos para lograr esa calidez que escuchamos en los discos antiguos y que ya no se da con los equipos digitales; digamos que tratamos de utilizar las mismas herramientas que utilizaban nuestro ídolos.

Antes de concluir, ¿hay algo que quieras agregar?

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Decirle a la gente de México que nos veremos por allá el jueves 31 de octubre, que estaré con Jason Joshua, que es mi compadre de Miami y que al fin se animó a bajar para estar con nosotros en la que será la fiesta más caliente del día en la Ciudad de México, ¡así que no le falten, para que después nadie les cuente!

@djconchaytoro

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