Como un creador multifacético y "gran fundador de instituciones", la figura de Carlos Chávez (1899) habita la Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, pareja con la que el músico tuvo una amistad que finalmente se enfriara, pero con quienes, junto a otros creadores de la época, ayudó a construir la modernidad del México pos revolucionario.
Así lo apuntó Marisol Argüelles, directora del recinto cultural de Altavista, durante el recorrido que se hizo de la exposición Caballo de vapor: 120 años de Carlos Chávez que se inaugurará el jueves con 76 piezas, entre las que se encuentran material documental, pinturas, fotografías, cartas, portadas de discos, muebles y partituras de quien fundara la Orquesta Sinfónica de México.
Por la magnitud de la obra del compositor, director de orquesta, profesor y periodista mexicano, se llevarán a cabo cuatro exposiciones bajo el mismo nombre, como la mencionada, así como en el Museo Fuego Nuevo de Iztapalapa, en el Museo de Culturas Populares, donde se resaltará la relación de Chávez con la mexicanidad y en la Fonoteca Nacional.
"Creo que Carlos Chávez, a pesar de que todos creemos que lo conocemos, es un personaje tan grande, con tantísimas facetas, que cuando uno lo estudia en realidad falta mucho para conocerlo. Sin él es imposible comprender el proyecto de la modernidad en México, de la pos revolución. Nos interesaba mucho, sobre todo, el vínculo que tuvo con artistas plásticos. Aquí está el testimonio de la relación que tuvo con Tamayo, con Siqueiros, Diego Rivera y Frida Kahlo. Con ella tuvo una estrecha y profunda amistad", expresó Argüelles.
La directora del espacio donde vivieron y trabajaron los mencionados pintores, explicó algunas de las obras como el Retrato del maestro Carlos Chávez, obra de David Alfaro Siqueiros de 1948 quien resaltó más la corporalidad del músico que los rasgos característicos de su rostro, donde sobresalía su frente y cabellos. También, la especialista en arte, habló de Rivera, quien hizo la escenografía de Caballos de vapor, sinfonía del músico, para ballet representada por la Philadephia Orquestra en 1932.
"De ahí se tomó el nombre de este proyecto, pero después la relación entre ellos se enfrió cuando él pintó un mural donde ponía a representantes de distintas naciones con el sentido crítico que tenía", destacó Marisol Argüelles y agregó que el compositor le dijo al artista que no se podía exhibir esa pieza "porque estaban personas con las que México tenía buena relación".
No obstante, en una de las vitrinas de la exhibición curada por Eduardo García, se muestran las cartas de Rivera dirigidas a Chávez y las que Kahlo le escribió al director de orquesta a quien le decía Carlitos o cuatezón.
Asimismo en la casa Cecil O'Gorman del mismo recinto se recrea el estudio del homenajeado para dar cuenta de su personaldiad metódica y organizada.