México, 9 Jun (Notimex).- La calidad de los productos que elaboran los alumnos de la Escuela de Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) posee calidad y competitividad mundial, aseguró la Arquitecta María Julieta Ramírez Rodríguez, directora general de la casa de estudios.
Entrevistada la noche de este viernes por Notimex tras la inauguración de la muestra didáctica “Los colores de la Tierra”, Ramírez Rodríguez señaló que los alumnos participan con frecuencia en diversos concursos nacionales e internacionales. Tres años consecutivos han competido en China, y sus piezas se han quedado expuestas en el Museo de Pekín.
A nivel nacional, toman parte en los certámenes organizados en Tlaquepaque, Jalisco, y en los que convoca el Fondo Nacional para el Fomento a las Artesanías (Fonart), siempre con buenos resultados debido a la belleza, originalidad, técnica y hechura de las piezas que elaboran para mostrarlas al mundo.
Lo anterior, explicó la entrevistada, se debe en gran medida a que en esa institución se ha profesionalizado al artesano en ocho carreras técnicas, mismas que les dan las bases y el apoyo teórico, artístico y metodológico para que sus piezas estén conscientemente planeadas y al final, lleguen a tener mejores resultados.
“A diferencia de otras instituciones, la Escuela de Artesanías comparte los resultados de la formación con toda la comunidad, para que se note el avance en las habilidades de los estudiantes; todas las piezas que se exhiben obedecen a un tipo de técnica, a un periodo y a un ciclo educativo”, explicó la arquitecta.
Añadió que lo que identifica y distingue a los alumnos de esta institución es que son los únicos en su tipo en el país que reciben título y cédula profesional. “Eso habla del respaldo que les da el INBA por su excelente técnica y mano de obra; las obras que ellos elaboran pasan de ser las piezas utilitarias a objetos de arte”.
Subrayó que el público que se acerca a ellas no las quiere para su uso cotidiano, que es uno de los sellos característicos de las artesanías, sino como objetos de arte y decoración, y las buscan, además, para hacer regalos muy especiales. Cada pieza que sale de esa escuela es única y tiene vida propia, la de su autor.
“Estas piezas tienen el espíritu del hacedor, llevan su contacto y esa forma particular de retomar nuestros saberes ancestrales representados con toda destreza. Son elaboradas con espíritu, alma, corazón y habilidad, por eso, quien se lleva cada pieza se lleva también un pedacito del alumno que la elaboró”, anotó.
Las piezas valen mucho por su belleza, materiales, tiempo y talento invertidos en ellas; sin embargo, en lo económico son bastante accesibles. “Es el alumno quien les pone precio, y en ocasiones son muy elevados para que nadie las compre, porque no se atreven a venderlas por el amor que llegan a tenerles”.
La noche de este viernes, en la inauguración de la muestra que reúne alrededor de 70 piezas hechas por alumnos del primero al sexto semestre de la carrera de Técnico Artesanal en Cerámica, Ramírez Rodríguez dijo que los estudios en la escuela son de tres años divididos en seis semestres, y por la naturaleza del plan de estudios, son presenciales.
En toda exhibición convencional, las obras se muestran a coleccionistas, amantes del arte y público en general, para ser vendidas. Eso mismo pasa con las muestras en esta escuela, con la diferencia de que ahí, los alumnos-artesanos-artistas acuerdan con el comprador y la institución se mantiene al margen de las ventas.
Las carretas técnicas que ofrece la Escuela de Artesanías del INBA son ocho: Ebanistería, Metales, Vitrales, Cerámica, Joyería, Esmaltes, Estampado y Textiles, y a lo largo del ciclo escolar cada especialidad muestra lo que está haciendo. En este caso fue Cerámica, cuya exposición estará abierta hasta el 22 de junio en la Galería Principal del centro educativo.