Si bien el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) volverá a abrir sus salas este sábado luego de más de un año cerrado por la pandemia, conservará su barra de programación digital ante la incertidumbre que representa el panorama sanitario en el país y, sobre todo, para atender al público virtual creado en este tiempo y que se caracteriza por una manera particular de interactuar con el recinto muy distinta al espectador presencial.
Así, el MUAC entrará en un formato híbrido: sus puertas recibirán público los viernes, sábados y domingos con aforo de 50 personas por sala y en horario reducido, mientras se alimenta la página web con proyectos ex profeso para la versión digital del recinto, señaló en entrevista con El Sol de México Amanda de la Garza, directora del museo y coordinadora de Artes Visuales de Cultura UNAM.
“Hasta que no se regularicen por completo las actividades presenciales, tendremos muchas actividades de carácter virtual, en la barra de programación que ya hemos estructurado y queremos generar una barra de programación recurrente. Es el camino a seguir porque en un futuro el área tecnológica va a formar parte de los procesos de mediación en sala, entender que el ámbito digital puede ocurrir en espacios físicos y al mismo tiempo de manera remota”, apuntó De la Garza.
Bajo el protocolo denominado Museo Seguro, que contempla uso de cubrebocas, filtro sanitario, control de aforo e implementación de códigos QR, el museo reinicia sus actividades con las exposiciones Cien del MUAC, una revisión de la colección del recinto a partir de obras y autores relevantes para el arte contemporáneo en México, retoma Desde el otro lado, fragmento, de Chantal Akerman, una adaptación de su videoinstalación concebida para Documenta 11 en Kassel, y la artista Amor Muñoz exhibe en Hybrida, que consiste en tres bioesculturas sonoras.
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Un año de aprendizaje
Durante este periodo, el MUAC entró en un proceso de formación, no sólo en el manejo de las redes sociales y la página web como nueva plataforma de exhibición, sino de cómo crear un contenido artístico ex profeso para la virtualidad y la apreciación de un público remoto, pues no sólo se trataba de replicar en línea actividades presenciales, sino de generar una programación estrictamente digital, señaló la directora.
“El museo se enfrentó a muchos retos que significaron traducir una programación al ámbito digital a partir de lo que ofrecen las plataformas, las páginas web y redes sociales como espacios virtuales, pero también como sitios para generar contenidos y mostrar y exhibir arte de manera virtual, y eso implicó un esfuerzo muy grande por parte del equipo y también lo que significó el trabajo a distancia. Todos nos volcamos en generar esta programación virtual y estrategias de trabajo distintos a los que veníamos desarrollando y eso ahora se muestra como un aprendizaje enorme”, apuntó.
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El reto en esta nueva etapa es, por un lado, dialogar entre el formato presencial y digital y, por otro, perfilar el museo hacia la sustentabilidad, pues si bien se sostiene de un presupuesto anual otorgado por la UNAM, las entradas de recursos por parte de la tienda, los patrocinios, el programa pedagógico, entre otros, tendrán que reorientarse mientras se regulariza la actividad completamente.
“No podemos confiarnos, tenemos que estar conscientes de la incertidumbre en la que vivimos ahora y planear a futuro e ir avanzando en la medida en que la situación sanitaria lo permite”, dijo al insistir en que le interesa perfilar la agenda del museo a temas de género, medio ambiente y de asuntos sociales del país.