Fernando de la Mora lleva más de 25 años interpretando temas de la temporada decembrina, pero uno de sus sueños era grabarlas y este propósito lo cumplió este año con el disco Canciones de Navidad, en la que incluye 25 canciones populares interpretadas en inglés, francés y alemán.
También grabó algunas canciones en español, contando con la complicidad de Eduardo Langagne, quien hizo la traducción y la dirección y arreglos musicales de Aneiro Taño, quien le dio un sonido sinfónico al álbum en el que se contó con la participación de 120 músicos y un coro macromonumental.
Te recomendamos: Pachecas a Belén cumplen 32 años como las pastoras más divertidas y vigentes
“Es un sueño para mí esta producción, no es un disco más, es una carta de presentación. El disco físico ya no es negocio, es difícil que se recupere la inversión. Y sin embargo, pienso que sigue siendo un negocio. Este es un momento de reflexión para todos los artistas y el artista debe de tener el control de su carrera, de lo que graba, de lo que promueve y esta es una forma de difundir tu propia labor sin depender de los demás para hacer crecer tus proyectos”, detalló.
Al igual que Taño y Langagne, Fernando tiene el interés de que las canciones navideñas que grabó “sean temas que se queden en el gusto del colectivo, no sólo para esta temporada, sino para las futuras generaciones, porque la ventaja de esta música es que siempre está presente”.
Este disco, comentó el tenor, "es un repertorio clásico que abarca desde cánticos religiosos como el Ave María, hasta otros grandes temas", entre los que destacan los clásicos Blanca Navidad y Noche de paz.
“Lo novedoso de los temas es el lenguaje musical de Aneiro Taño que es buscar lo mejor de los arreglos clásicos y enriquecerlos con un sonido moderno, que nos permita seguir siendo entrañable, melancólico. Una música que nos acerca a Dios y nos lleva a la reflexión de lo bueno de nosotros mismos”, señaló De la Mora.
Por su parte, Taño comentó que él conoció las fiestas decembrinas hasta que llegó a México en 1990.
"Yo no tenía la experiencia de esos momentos hasta que me casé. No había tenido la alegría de escribir, arreglar o orquestar música navideña. Para mí fue un gran reto porque tuve que involucrarme espiritualmente con el intérprete y la obra", dijo el músico.