A Francisco Toledo se debe "el acto de mayor generosidad en el país". Así fue calificada por autoridades culturales la donación que en enero de 2015 hizo al INBA.
A cambio de un peso, entregó al instituto la biblioteca de las dos sedes del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, IAGO, compuesta por más de 30 mil libros de arte, diseño y arquitectura, así como 22 mil libros de literatura, poesía, ensayo, historia, filosofía, teatro, cine y fotografía.
La donación incluyó más de 20 mil piezas de grabado, entre las que hay obras de Picasso, Miró y Goya y 80 mil fotografías de Manuel y Lola Álvarez Bravo, Graciela Iturbide, Nacho López, Edward Weston y Josef Koudelka.
El artista, que en diciembre de 2018 renunció a la beca de Creador Emérito que recibía del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, la cual destinaba a su vez a un fondo de becas, era, ciertamente, un hombre generoso.
"Los recursos económicos deben ser destinados a creadores que comienzan su camino porque son los que más necesitan", escribió entonces en un comunicado.
Toledo abrió el IAGO en 1988. Además de su extensa biblioteca, cuenta con el cineclub El Pochote y la Fonoteca Eduardo Mata, que acaba de cumplir 22 años este 5 de septiembre.
En 1997, fundó el Taller Arte Papel Oaxaca en San Agustín Etla, donde los trabajadores provienen de la comunidad. Trabajan con procesos que no dañan el medio ambiente para la elaboración de papel utilizado en obras de arte, con materiales como el bagazo del agave mezcalero.
La sede del taller creció en 2006, cuando abrió el Centro de Artes de San Agustín, CaSa, reconocido como el primero con visión ecológica, donde hay talleres de gráfica tradicional y digital, de textiles y un centro fotográfico, entre otros servicios. Ese mismo año creó la editorial Calamus, sucesora del sello Ediciones Toledo.