/ martes 5 de noviembre de 2024

George Drakoulias, la mente maestra detrás de la música de cintas como Joker y Barbie

No buscaba convertirse en supervisor musical, pero la vida y las amistades lo llevaron a involucrarse en dicha área de la cinematografía

Su espesa barba blanca, sus gafas de pasta negra y su corporalidad le hacen parecer, con casi 60 años de edad, un miembro de la banda ZZ Top, pero George Drakoulias fue la mente y el oído que orquestaron la revolucionaria y feminista banda sonora de Barbie.

"¡Soy la chica grande a la que le falta un diente!", bromea en tono afable acerca de ese logro de su carrera en una charla en la ciudad de Bilbao, donde este jueves concluye el mayor encuentro de la industria musical de España, denominado BIME.

Drakoulias ha sido uno de los principales protagonistas como supervisor musical de grandes hitos cinematográficos recientes como Joker: Folie à Deux.

A este mundo cuenta que llegó "por accidente". Neoyorquino de origen, comenzó su carrera de la mano del afamado productor Rick Rubin, de quien aprendió que "hacer discos es una forma de vida y requiere pasársela bien".

Otros discos clásicos como Shake your Money Maker, de The Black Crowes (1990) y Give Out But Don't Give Up (1994) de Primal Scream, también llevan su firma.


Ben Stiller me dijo: 'Estoy haciendo una película llamada Zoolander y me gustaría que te hicieras cargo de la música'. Yo no sabía lo que eso significaba. 'Averígualo', me respondió, y fue lo que hice


Su llegada al mundo del cine

Empezó a tener problemas con algunas de las bandas con las que solía trabajar ("Uno quería hacerse saxofonista, el otro un adicto", comenta entre risas) y, recién mudado a Los Ángeles, California, su círculo de amigos empezó a llenarse de gente vinculada al cine.

Puedes leer: Pixies: nuestras nuevas canciones también son importantes

"Ben Stiller, que era amigo mío, me dijo: 'Estoy haciendo una película que se llama Zoolander y me gustaría que te hicieras cargo de la música'. Yo no sabía lo que eso significaba. 'Averígualo', me respondió, y eso fue lo que hice", recuerda.

Aún hoy, no tiene una definición fija de lo que significa ser un supervisor musical, pero sí de cómo lo desempeña él:

"Si un director te dice que quiere algo melancólico, vas al compositor y le pides que trabaje con acordes menores; si piden acción, tú exiges un tempo más rápido", comparte.

Uno de los grandes logros de su trayectoria y que lo obligó a ser especialmente "sensible" fue formar parte del equipo de Barbie, para cuya banda sonora su directora, Greta Gerwig, buscaba no un musical, pero sí algo en la línea de Xanadu.

Discos como Shake your Money Maker, de The Black Crowes (1990) y Give Out But Don't Give Up (1994) de Primal Scream, también llevan su firma

Se crearon más de 15 piezas nuevas junto a un sinfín de estrellas como Dua Lipa, Karol G, Charli XCX y Billie Eilish, quien recibió un Oscar por la canción “What Was I Made For?”.

"Llegó con su hermano Finneas un día lluvioso de invierno, la película estaba a medias, Greta estaba embarazada de ocho meses y les mostramos como 45 minutos de la cinta. '¿Crees que sacaremos algo de todo esto?', me preguntó la directora cuando se fueron, y yo le dije: 'Me parece que tienes muchas posibilidades, tengo un buen presentimiento'", recuerda.

Solo tres días después, Eilish regresó con la canción prácticamente tal y como la conocemos hoy. "Recuerdo escucharla cantar y yo, un hetero viejo de sesenta años, emocionarme por cómo podía estar tan conectada con lo que es una crisis vital de mediana edad, ser tan directa y resumir el espíritu de 'Barbie'", comenta.

Drakoulias llamó a su amigo Mark Ronson, también famoso productor, para que diese unidad a todo el conjunto de canciones y artistas. En ese sentido, asegura que fue muy fácil trabajar con todos ellos: "Se hacía una videoconferencia, les poníamos una escena y te entregaban algo una semana después", dice.

Uno de los momentos que más disfruta es cuando tiene que poner a los actores a cantar o bailar, como cuando logró que Owen Wilson cantara en Zoolander. En Barbie recuerda especialmente la escena en la que Ryan Gosling interpreta “I'm Just Ken”.

"Para mí, esa es la definición de pasarlo bien", destaca.

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Uno de sus últimos trabajos fue articular la controvertida dimensión musical que Todd Phillips dio a Joker: Folie à Deux. Se hizo según "la vieja escuela", o sea, con un piano en el rodaje y un micrófono para que todas las interpretaciones de la canciones se grabaran en directo.

"Creo que Joaquin Phoenix hace un trabajo desgarrador, tan crudo, y ella vuelve a mostrar su talento, porque salta ahí, no como Lady Gaga, sino siendo Harley Quinn, e incluso cuando no despliega todo su entrenamiento vocal, es capaz de mostrar todo el sentimiento de la canción", subraya.

Su espesa barba blanca, sus gafas de pasta negra y su corporalidad le hacen parecer, con casi 60 años de edad, un miembro de la banda ZZ Top, pero George Drakoulias fue la mente y el oído que orquestaron la revolucionaria y feminista banda sonora de Barbie.

"¡Soy la chica grande a la que le falta un diente!", bromea en tono afable acerca de ese logro de su carrera en una charla en la ciudad de Bilbao, donde este jueves concluye el mayor encuentro de la industria musical de España, denominado BIME.

Drakoulias ha sido uno de los principales protagonistas como supervisor musical de grandes hitos cinematográficos recientes como Joker: Folie à Deux.

A este mundo cuenta que llegó "por accidente". Neoyorquino de origen, comenzó su carrera de la mano del afamado productor Rick Rubin, de quien aprendió que "hacer discos es una forma de vida y requiere pasársela bien".

Otros discos clásicos como Shake your Money Maker, de The Black Crowes (1990) y Give Out But Don't Give Up (1994) de Primal Scream, también llevan su firma.


Ben Stiller me dijo: 'Estoy haciendo una película llamada Zoolander y me gustaría que te hicieras cargo de la música'. Yo no sabía lo que eso significaba. 'Averígualo', me respondió, y fue lo que hice


Su llegada al mundo del cine

Empezó a tener problemas con algunas de las bandas con las que solía trabajar ("Uno quería hacerse saxofonista, el otro un adicto", comenta entre risas) y, recién mudado a Los Ángeles, California, su círculo de amigos empezó a llenarse de gente vinculada al cine.

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"Ben Stiller, que era amigo mío, me dijo: 'Estoy haciendo una película que se llama Zoolander y me gustaría que te hicieras cargo de la música'. Yo no sabía lo que eso significaba. 'Averígualo', me respondió, y eso fue lo que hice", recuerda.

Aún hoy, no tiene una definición fija de lo que significa ser un supervisor musical, pero sí de cómo lo desempeña él:

"Si un director te dice que quiere algo melancólico, vas al compositor y le pides que trabaje con acordes menores; si piden acción, tú exiges un tempo más rápido", comparte.

Uno de los grandes logros de su trayectoria y que lo obligó a ser especialmente "sensible" fue formar parte del equipo de Barbie, para cuya banda sonora su directora, Greta Gerwig, buscaba no un musical, pero sí algo en la línea de Xanadu.

Discos como Shake your Money Maker, de The Black Crowes (1990) y Give Out But Don't Give Up (1994) de Primal Scream, también llevan su firma

Se crearon más de 15 piezas nuevas junto a un sinfín de estrellas como Dua Lipa, Karol G, Charli XCX y Billie Eilish, quien recibió un Oscar por la canción “What Was I Made For?”.

"Llegó con su hermano Finneas un día lluvioso de invierno, la película estaba a medias, Greta estaba embarazada de ocho meses y les mostramos como 45 minutos de la cinta. '¿Crees que sacaremos algo de todo esto?', me preguntó la directora cuando se fueron, y yo le dije: 'Me parece que tienes muchas posibilidades, tengo un buen presentimiento'", recuerda.

Solo tres días después, Eilish regresó con la canción prácticamente tal y como la conocemos hoy. "Recuerdo escucharla cantar y yo, un hetero viejo de sesenta años, emocionarme por cómo podía estar tan conectada con lo que es una crisis vital de mediana edad, ser tan directa y resumir el espíritu de 'Barbie'", comenta.

Drakoulias llamó a su amigo Mark Ronson, también famoso productor, para que diese unidad a todo el conjunto de canciones y artistas. En ese sentido, asegura que fue muy fácil trabajar con todos ellos: "Se hacía una videoconferencia, les poníamos una escena y te entregaban algo una semana después", dice.

Uno de los momentos que más disfruta es cuando tiene que poner a los actores a cantar o bailar, como cuando logró que Owen Wilson cantara en Zoolander. En Barbie recuerda especialmente la escena en la que Ryan Gosling interpreta “I'm Just Ken”.

"Para mí, esa es la definición de pasarlo bien", destaca.

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Uno de sus últimos trabajos fue articular la controvertida dimensión musical que Todd Phillips dio a Joker: Folie à Deux. Se hizo según "la vieja escuela", o sea, con un piano en el rodaje y un micrófono para que todas las interpretaciones de la canciones se grabaran en directo.

"Creo que Joaquin Phoenix hace un trabajo desgarrador, tan crudo, y ella vuelve a mostrar su talento, porque salta ahí, no como Lady Gaga, sino siendo Harley Quinn, e incluso cuando no despliega todo su entrenamiento vocal, es capaz de mostrar todo el sentimiento de la canción", subraya.

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